Prevenir las enfermedades crónicas: lo que falta en salud

La administración creó el modelo Bogotá Vital, para bajar los indicadores negativos. No se han reportado muertes de niños por desnutrición, pero aún falta reducir casos de enfermedades crónicas.

Redacción Bogotá - Bogota@elespectador.com
14 de agosto de 2019 - 03:11 a. m.
 En los últimos tres años se redujo en 40 % los casos de mortalidad materna.  / AFP
En los últimos tres años se redujo en 40 % los casos de mortalidad materna. / AFP

Los cambios en el esquema de salud, implementados en los últimos tres años por la actual administración, han tenido fuertes detractores. No solo por la unificación de los 22 hospitales públicos en cuatro subredes, sino por la forma como se ha abordado la estrategia de acercar los programas de salud pública a la ciudadanía.

Para atender esta necesidad, la pasada administración constituyó los Territorios Saludables, subprograma que estaba definido por edades, condiciones diferenciales y ámbitos de su cotidianidad, para orientar metodologías que apuntaran a reducir los indicadores negativos y a mejorar la calidad de vida.

Pero con el cambio de alcalde el programa fue sustituido por Bogotá Vital. Patricia Arce, subsecretaria de Salud Pública de la Secretaría, reconoce que pese a que al principio hubo polémica por el fin del programa anterior, el nuevo busca enfrentar las principales problemáticas de la ciudad.

“Cuando comenzamos, identificamos las principales causas de mortalidad y morbilidad, así como los lugares donde se concentran estos eventos, ya que la ciudad es bastante grande y no se presentan las mismas condiciones entre localidades y mucho menos entre UPZ”, señaló Arce.

Tras realizar esa identificación se priorizaron 26 UPZ, de Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Suba y Usme, donde había más niños con desnutrición, embarazos adolescentes y problemáticas consecuencia de los bajos niveles educativos, desplazamiento, abandono y falta de trabajo estable.

Desde allí, no solo se ha priorizado la atención en estas poblaciones sino que se han adelantado planes de intervención colectivos junto a otras secretarías, para identificar en casas, colegios y espacio público las alertas tempranas, y hacer seguimiento, tanto a niños, como a embarazadas y adultos mayores.

Esto, según Arce, ha permitido la reducción de indicadores como la mortalidad infantil, que bajó de 9,4 a 8,8 casos por cada 1.000 nacidos vivos; mortalidad materna, que pasó de 29,9 gestantes fallecidas por cada 100 mil nacidos vivos en 2014 a 25,2 por cada 100 mil en 2018, y el embarazo adolescente, que se redujo más de dos puntos en los últimos tres años.

Pero su principal logro ha sido mantener en cero la cifra de muerte de menores de cinco años por desnutrición, algo que atribuyen a las alertas nutricionales, con las que se identificaron 1.673 casos de niños con desnutrición aguda, y gracias al papel de los gestores de riesgo, que han logrado hacer el seguimiento permanente a la mayoría de estos casos.

“Los gestores de riesgo hacen todo el protocolo y el seguimiento hasta que el niño suba de peso. En ese proceso está toda la articulación para recibir ayudas como la alimentación o ingreso al jardín, para que tenga comida complementaria. En el caso en que la mamá no haya terminado sus estudios, se articula con educación para que pueda ingresar a programas para adultos”, dijo Arce.

Estos mismos seguimientos se hacen con las mujeres embarazadas y adultos mayores, con lo que se ha logrado identificar 16.996 casos con hipertensión arterial; 6.069 con hipertensión y diabetes, y 3.931 con diabetes mellitus. Pero esto no ha sido suficiente, pues de acuerdo con el último informe de Bogotá Cómo Vamos, hay otros indicadores que deberían ser prioridad.

Entre ellos se han identificado enfermedades crónicas no transmitibles: cardiovasculares, cerebrovasculares, diabetes y cáncer, que son la principal causa de mortalidad en la ciudad. Esto mismo ocurre con la prevalencia de bajo peso al nacer, mediana de lactancia materna y la sífilis congénita.

Una alerta adicional se lanzó frente a otras situaciones como el aumento de los casos de tuberculosis, sida y abuso de drogas, por lo que piden al próximo alcalde desarrollar un modelo de vigilancia epidemiológica y fortalecer los programas de salud mental, prevención y atención del uso de psicoactivos.

Pero no todo ha sido malo. Pese a que la percepción sobre la prestación del servicio de salud sigue siendo baja, Bogotá Cómo Vamos destacó el impulso que se le dio al Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud, así como a la virtualización de las historias clínicas, lo que facilitará el acceso a citas de los afiliados al régimen subsidiado y a los hospitales de la ciudad.

El reto ahora estará en el fortalecimiento de la atención prehospitalaria y domiciliaria, así como en la reducción de los casos de mortalidad asociada con enfermedades crónicas. Si bien, los diferentes alcaldes han buscado atender a los diferentes tipos de poblaciones, el verdadero reto en salud pública está en la constancia de los programas, pues la ciudad aún debe trabajar en temas como el tabaquismo, el alcoholismo, los problemas asociados con la contaminación del aire y a mejorar otros factores como el hacinamiento y la falta de especialistas en de la red pública.

Por Redacción Bogotá - Bogota@elespectador.com

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