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¿Primará la rosca o la meritocracia en la elección de contralor y personero de Bogotá?

Concejales verdes y liberales enviaron cartas a la mesa directiva de la duma pidiendo que la elección de contralor y personero sea transparente. Hay quejas porque algunos nombres suenan como seguros escogidos sin que el proceso haya empezado.

Carlos Hernández Osorio
04 de febrero de 2016 - 04:03 a. m.

“Urgente estar alerta sobre el proceso de elección de contralor y personero de Bogotá (…) Graves rumores (sobre) ya escogidos sin abrir proceso”. Este trino lo escribió la concejal liberal María Victoria Vargas el martes pasado y demuestra la necesidad de poner el foco en el trámite de escogencia de quienes tendrán la labor, en los próximos cuatro años, de vigilar las inversiones y el comportamiento de los funcionarios de la administración de Enrique Peñalosa.

Desde diciembre ha habido debate alrededor de los nuevos mecanismos para elegir a los jefes de los organismos de control en el Distrito, pero el camino parece estar despejado para que el Concejo haga convocatorias en las que, según el texto aprobado, debería primar, entre otros, el “criterio de mérito”.

Al contralor, antes, lo elegían los concejales de una terna que les enviaban los tribunales de Bogotá y Cundinamarca, a donde llegaban previamente las hojas de vida de los aspirantes. Al personero, en cambio, lo escogían entre los candidatos que postulaban las bancadas. El balón ahora está en la cancha de los tres concejales que integran la mesa directiva del Concejo: el presidente, Roberto Hinestrosa (Cambio Radical); el primer vicepresidente, Álvaro Argote (Polo Democrático), y el segundo vicepresidente, David Ballén (la U), que deben definir y detallar en una resolución los términos de la convocatoria. Es decir, en sus manos está el grado de meritocracia que se le imprima al proceso.

La convocatoria para elegir contralor es un mandato constitucional desde que el Congreso aprobó en 2015 la reforma para el equilibrio de poderes. Para elegir personero, sin embargo, ha habido más debate, pues hay quienes piden que se haga un concurso.

Es la posición de Jairo Cardozo, concejal del MIRA, quien, de hecho, lo propuso en el debate de diciembre. La Ley 1551 de 2012 establece que los personeros municipales deben ser elegidos por concurso, lo que implica que una universidad o entidad especializada evalúe a los aspirantes y, con base en ese resultado y el de otras pruebas, a cada uno se le asigne un puntaje. Los concejales, así, eligen entre quienes ocupen los primeros lugares. En la convocatoria, en cambio, no hay un orden y todos los admitidos tienen la misma probabilidad de ser elegidos.

La propuesta del concurso la derrotaron quienes argumentaron que esa ley solo aplicaba a municipios y no al Distrito Capital. “No lo comparto”, dice Cardozo, “porque entonces en Bogotá ninguna ley aplicaría para el caso. Nada justifica que la ciudad se aparte del avance de privilegiar los méritos”.

El concejal Antonio Sanguino, de la Alianza Verde, afirma que la convocatoria solo implica examinar hojas de vida y “seleccionar los admitidos por lo bajo: que no tengan inhabilidades disciplinarias y penales, y pare de contar”.

Pero como la convocatoria es el mecanismo ya establecido, sólo queda que la mesa directiva establezca que dentro de ese procedimiento haya meritocracia real. La bancada verde, integrada por seis concejales, les envió una carta a los tres directivos para que incluyan pruebas de conocimientos y de competencias laborales y otorgue puntajes a los estudios, la experiencia y la producción intelectual de los candidatos, así como a la entrevista con los concejales.

Otra carta la envió la concejal Vargas (la misma que ha advertido sobre los “graves rumores”), recordando que la Procuraduría halló “presuntas irregularidades en los concursos para personeros y contralores de 135 corporaciones territoriales”. También propone incluir “pautas específicas para asignación de puntajes”, con el fin de que la ciudadanía y los aspirantes sepan a ciencia cierta los parámetros de evaluación.

No es de poca monta la labor que asume la mesa directiva, cuyos integrantes también deberán unificar criterios. Hinestrosa, elegido presidente esta semana, votó a finales del año pasado contra el concurso en el caso del personero, pero ha prometido una convocatoria con garantías.

Argote, del Polo, insiste, como su colega del MIRA, en que para el caso de personero debería hacerse un concurso. “Eso tiene que quedar resuelto”, advierte. “De lo contrario, quienes no resulten elegidos demandarán esa elección”.

Ballén considera que, aunque se trate de convocatorias, “tiene que hacerse una evaluación escrita, como en el resto de municipios. No podemos seguir con la metodología del que más ofrezca puestos”.

Los términos del proceso se conocerán a comienzos de la próxima semana. En manos de Hinestrosa, Argote y Ballén está la posibilidad de despejar las dudas sobre un trámite en el que, tradicionalmente y por cuenta del juego político, los escogidos se han conocido de antemano. El presidente del Concejo ha negado que su partido, Cambio Radical (que avaló al alcalde Enrique Peñalosa), pretenda contar con un representante al frente de la Personería o la Contraloría, versión que corre con fuerza entre fuentes bien informadas del Concejo. La organización Bogotá Cómo Vamos, que también hace veeduría del Concejo, ha pedido, al tiempo, que se discuta “la posibilidad de que estos funcionarios sean de una orientación distinta a la del alcalde”. Este mes se sabrá si priman las buenas intenciones.

Por Carlos Hernández Osorio

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