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Con recolección de basuras, una semana dolorosa

Operarios de Aguas Bogotá dicen que han lidiado con linchamientos y dolores físicos.

Santiago Valenzuela
23 de diciembre de 2012 - 07:52 p. m.
Operarios de Aguas de Bogotá en una de las volquetas dispuestas  para la recolección de residuos. / Gabriel Aponte
Operarios de Aguas de Bogotá en una de las volquetas dispuestas para la recolección de residuos. / Gabriel Aponte

En una sala de espera de la Clínica Nueva, los familiares de Norberto Artunduaga esperan su salida. El jueves, el hombre cumplía cuatro días recolectando basura en volquetas para la empresa Aguas Bogotá y, cuando acomodaba las bolsas de la carrera 13 con Avenida Primero de Mayo, perdió el equilibrio y cayó cuatro metros contra el asfalto. El resultado: trauma craneoencefálico leve, trauma de tórax y trauma dorsal. Su esposa espera un nuevo parte médico para que vuelva a casa: “No entiendo. Él lleva 20 años trabajando en aseo y nunca le había ocurrido algo así. Ni en Ciudad Limpia ni en ninguna otra empresa”.

La semana pasada no fue fácil para otros recolectores de basura de Aguas Bogotá. John Nemocón pasó de reciclar en las calles de la ciudad con una “zorra” para manejar un camión compactador de basura. Cuenta que han estado saturados de trabajo y los afectó la cantidad de basuras que no recogieron las empresas privadas el día que empezó su trabajo. “Me despierto a las 3:30 a.m. y llego a las 10:30 p.m. a mi casa. Mi hijo está en una de las volquetas y está cansado porque estos días han sido muy duros”.

El agotamiento impacta de diferente manera a cada trabajador: “Muchos quieren tirar la toalla. Los de Atesa, los de Lime y los novatos. Los recicladores somos guerreros. Cuando éramos carreteros, corríamos el riesgo de que nos atropellara un carro y la Policía nos arrestara porque para ellos éramos ladrones. Prefiero estar acá, por más duro que sea. Mis compañeros no ven la hora para que lleguen nuevos camiones para trabajar más cómodos y hacer las cosas más rápido”.

Lo más difícil para Eduardo Rincón*, operario de Aguas Bogotá, fue soportar un linchamiento en la zona de Chapinero: “En la volqueta ya no cabía más basura y todos los vecinos se nos fueron encima. Aguantamos este tipo de cosas, el peso de las canecas de basura, subirlas a las volquetas y el dolor de espalda, porque sabemos que es provisional. Si no fuera así, nos habríamos retirado”.

Fuentes de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) le revelaron a este diario que durante la primera semana de implementación del nuevo modelo de aseo cuatro operarios sufrieron accidentes de trabajo. “Uno se dislocó el hombro, otro tuvo fractura de radio y los otros dos tuvieron problemas musculares”.

Para algunos funcionarios de la EAAB, el problema se generó desde el proceso de contratación: “Tres días antes del 18 de diciembre aún hacían falta por contratar 1.500 operarios. La empresa revisó la base de datos y le tocó contratar a personal sin experiencia. Luego vino el incumplimiento del proveedor de dotaciones. Se colgó tres días y más de 500 operarios no tenían los elementos de protección para salir. Todavía estamos colgados en el abastecimiento de cepillos, garlanchas y otros elementos de aseo”.

Por el accidente de Norberto Artunduaga el Distrito afrontará diferentes acciones por parte de entidades nacionales y distritales. El Ministerio de Trabajo y la Defensoría del Pueblo abrieron investigación contra Aguas Bogotá por una presunta violación de las normas sobre seguridad y riesgos en la recolección de basura y una investigación preliminar contra la EAAB por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos. El motivo de la indagación es el uso indebido de volquetas para la recolección de basuras. Según el organismo, sigue vigente el Decreto 1713 de 2002, que establece que el servicio público de aseo se debe realizar con equipos de compactación cerrados.

El gerente de Aguas Bogotá, Mario Álvarez, dijo: “La situación del operario que se lesionó es lamentable, pero la empresa lo está atendiendo de manera responsable a través del seguro médico. Fue un caso que le podría pasar a cualquiera. Usted o yo podemos resbalarnos en cualquier momento”. Reconoce que la condición de los trabajadores es adversa, pero reitera que las volquetas serán retiradas paulatinamente para abrirles espacio a los camiones compactadores: “Si todo sale bien, el lunes llegan 22 camiones a la ciudad. Por dos de ellos salen tres volquetas. Esperamos que esta semana lleguen otros 38 vehículos y el 4 de enero tengamos 100 operando”.

Luego de varios días de negociación, el Distrito firmó un contrato por cuatro meses con la empresa de aseo Atesa para que continuara operando en las localidades de Fontibón y Engativá. El acuerdo se da luego de que en los últimos meses el alcalde Gustavo Petro hubiera arremetido contra William Vélez, gerente de Atesa, señalando sus presuntos intereses en el negocio de las basuras: “los que hablan de libre competencia en aseo, esconden que el mercado nacional del aseo está dominado por William Vélez y Alberto Ríos”, dijo el mandatario en Twitter, donde también habló de sus presuntos vínculos con el paramilitarismo.

El Espectador consultó a dos operarios de Atesa, que hasta el viernes aún no sabían si el Distrito le renovaría el contrato a su compañía. Para los operarios (que prefirieron mantener su nombre en reserva) no existen garantías para trabajar con la EAAB: “para el empalme necesitamos las garantías. Acá tenemos botas de seguridad, tapabocas, tapaoídos, guantes de baqueta, gafas y seguridad por riesgos profesionales. Es inhumano que los recolectores de Aguas Bogotá no tengan todo el equipo completo. Así poco se atreven a trabajar”, puntualizó uno de ellos.

*Nombre cambiado por solicitud e la fuente.

Una oxidada solución de aseo

 

El alcalde Gustavo Petro dijo que las 22 compactadoras de basuras alquiladas para el nuevo sistema de aseo público, que llegarán hoy a la ciudad, deben tener la capacidad operativa necesaria y para ello se expedirá públicamente el certificado que lo demuestre. La reacción se produjo luego de que este sábado Caracol Noticias revelara las fotografías de los vehículos en la terminal de contenedores de Cartagena, en las que algunos aparecían oxidados.

Ante la controversia, el Ministerio de Transporte ordenó la revisión técnico-mecánica de los carros en el Centro de Diagnóstico Automotor de Cartagena, para verificar los requisitos de circulación. El alcalde Petro agregó que antes de llegar a Cartagena había 110 compactadores en el puerto de Nueva York y sólo uno incumplió la capacidad operativa. Agregó que el Acueducto compró una flota nueva de vehículos que llegará entre tres y seis meses.

 

Por Santiago Valenzuela

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