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Tan solo tres meses y 20 días estuvo Evamaría Uribe Tobón como gerente de la Empresa de Acueducto de Bogotá. Este miércoles se conoció que, aduciendo motivos personales, renunció a su cargo ante el alcalde Enrique Peñalosa, confirmaron en la administración.
A pesar del poco tiempo, su mano dura ya se había comenzado a sentir. Los trabajadores se quejaron hace cerca de un mes por el despido de 12 empleados de nómina (ingenieros, administradores y auxiliares) y la no renovación del contrato de unos 280 que trabajaban a término fijo, pero que laboraban en la entidad, algunos, desde hacía 10 o 12 años. Pertenecían a áreas como cobro coactivo y la Oficina Jurídica, según Martín Quijano, presidente de Sintraemsdes.
El Acueducto será clave en el viraje que Enrique Peñalosa quiere darle al Distrito. Como se recordará, fue la entidad que el anterior mandatario, Gustavo Petro, eligió para asumir desde diciembre de 2012 la prestación del servicio de aseo en el 52% de la ciudad, por medio de su filial, Aguas de Bogotá. Un asunto que el actual alcalde quiere terminar de tajo, pues considera que el peso para la tradicional empresa ha sido muy grande en términos económicos.
La salida de Uribe, independientemente de las razones, llama la atención dentro de un gabinete que, a diferencia del liderado por Petro, promete ser más estable.
Los trabajadores, por lo pronto, celebran la decisión, pues consideran, como dice Quijano, de Sintraemsdes, que “el panorama que le esperaba a la empresa no era el mejor”. Sin embargo, es claro que el remplazo mantendrá la línea que el alcalde ha marcado: una empresa que disminuya costos y se vuelva más eficiente.