Tabletas en las aulas: ¿utilidad o distracción?

Aunque la Nación y el Distrito se han centrado en dotar a maestros y estudiantes con nuevas tecnologías, según expertos debe pensarse más en su pedagogía. Secretaría de Educación dice que ha trabajado en esto en 281 colegios públicos.

Mónica Rivera Rueda / mrivera@elespectador.com - @Yomonriver
19 de abril de 2018 - 03:00 a. m.
En Bogotá hay una tableta por cada seis estudiantes. / Secretaría de Educación
En Bogotá hay una tableta por cada seis estudiantes. / Secretaría de Educación

Hace 10 años, la preocupación en los colegios era tener suficientes computadores para formar a los estudiantes en nociones básicas de informática. Hoy es mayor, pues con las tabletas y los teléfonos inteligentes, los esfuerzos se enfocan en ir más allá de su manejo técnico y promover su uso apropiado y adaptarse a los ambientes digitales, para comenzar a innovar.

Por ello, una de las principales apuestas del Distrito es la implementación de nuevas tecnologías en las aulas de clase y gracias a una alianza con el Ministerio de las Telecomunicaciones este año entregaron 10.000 equipos a estudiantes y profesores de 97 instituciones. Con esta nueva dotación, ya son 30.000 dispositivos entregados en los últimos dos años en 281 instituciones distritales, con lo que se logró pasar de una tableta por cada 10 alumnos en 2016, a una por cada seis este año.

Pero ¿qué tan convenientes son estos dispositivos en las aulas? La secretaria de Educación, María Victoria Angulo, asegura que no son solo un elemento más en los salones, sino “un escenario de aprendizaje. Con ellas estamos enseñando bilingüismo, matemáticas y lenguaje. Además, buscamos fortalecer el pensamiento crítico, la autonomía, el trabajo colaborativo y la comunicación”. Una visión similar tiene el Ministerio de Educación, que ha dejado de entregar computadores en los colegios públicos para entregar 106.000 tabletas por todo el país.

Por su parte, Carolina Botero, directora de la Fundación Karisma, asegura que la tecnología en las aulas es una necesidad y “el sector educativo debe enfrentar esto como una alfabetización, ya que, incluso en perspectivas laborales, si un joven no maneja la tecnología, va a tener problemas de inclusión social”.

Sin embargo, esta no es la solución a los problemas educativos. Julián de Zubiría, director del Instituto Merani, cree que las tabletas son útiles, “siempre y cuando se realicen todas las reformas que una y otra vez hemos dejado pendientes”, ya que el problema sería pedagógico y no tecnológico y “no hay una cultura de lectura”.

Por el otro lado, William Agudelo, de la Asociación Distrital de Educadores, cree que su implementación ha sido improvisada y carece de factores claves como la formación de los maestros e internet de calidad en los colegios. Asociado a esto, los alumnos son proclives a hacer un mal uso de estas tecnologías.

“Por ello son presa fácil de manipulación y caen en el cyberbullying. Lo que tenemos que entender es que la tecnología es tan sólo el medio. Si cambiamos los fines y los contenidos, las tecnologías podrían ayudarnos a transformar la educación obsoleta que hoy ofrecemos. Pero con los mismos fines y contenidos, sólo sirve para llevar en empaque nuevo las viejas pedagogías. Hasta ahora, eso es lo que hemos hecho”, manifiesta de Zubiría.

Las soluciones del Distrito

La Secretaría de Educación asegura que la entrega de nuevas tabletas está ligada al desarrollo pedagógico y “se usan con acompañamiento a los docentes y con contenidos que responden a las necesidades de sus clases”. Para esto, ofrecen a los maestros cuatro tipos de capacitaciones y se delegan monitores estudiantiles para el apoyo en las aulas.

Además, se realizan controles de uso pedagógico y técnicos, para evitar que ingresen a portales no permitidos También han centrado el uso de las tabletas para proyectos de programación, como animaciones, videojuegos, realidad virtual, robótica y para la enseñanza particular de matemáticas, ciencias naturales y lenguaje, entre otras cosas.

“La realidad demuestra que los chicos terminan usando la tecnología aun sin acompañamiento, pero son los apoyos a su alrededor los que les permiten aprovecharla al máximo. Creo que es necesario hacer cambios en la pedagogía, para lograr una inclusión de tecnología más efectiva”, manifiesta Botero.

El problema se ha centrado en que el uso efectivo de la pedagogía digital es aún tema de innovadores. Hay casos identificado en el país, como el de una maestra en Cauca que convirtió su computador en un servidor que conecta las tabletas de sus estudiantes, ante la falta de internet en su región, o el caso de niños en Nariño que hicieron un festival de cine con cortometrajes que realizaron con sus tabletas.

La meta en la ciudad es que este tipo de ejemplos se den cada vez más en la capital y que la tecnología sea cada vez más parte de la pedagogía, un camino largo que todavía está por concluir.

Por Mónica Rivera Rueda / mrivera@elespectador.com - @Yomonriver

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