Testimonios de habitantes de calle que vivían bajo el Canal Comuneros

Luego de que el caño de la calle sexta con carrera 30 fuera desalojado por las autoridades, Luis inició el proceso del Distrito para alejarse de las calles, mientras que José, nacido en España, sigue atrapado por la droga y la vida de las calles. Crónica.

David Casasús Márquez - EFE
11 de agosto de 2019 - 01:22 a. m.
Según el más reciente censo del Distrito, en la ciudad hay 9.538 habitantes de calle. 
 / Mauricio Dueñas Castañeda - EFE.
Según el más reciente censo del Distrito, en la ciudad hay 9.538 habitantes de calle. / Mauricio Dueñas Castañeda - EFE.

Son las diez de la mañana de un viernes cualquiera; medio centenar de personas deambulan por el centro de Bogotá: brazos y piernas en movimiento como si fueran marionetas. A un lado, en la acera como invisible, está José, un español que llegó a la capital colombiana hace cinco años y malvive entre la droga.

Dice que era músico, hijo único y que dejó Valencia, en la costa mediterránea española, cuando sus padres murieron. Lleva ya cuatro años en las calles de Bogotá fumando bazuco, una droga de bajo coste parecida al crack, hecha con los residuos de la cocaína: "¿Para qué voy a volver a España? Allí ya no tengo a nada ni a nadie", se pregunta y responde.

Este valenciano es uno de los 10.000 mendigos, como les llaman en Colombia a los habitantes de calle, que llenan algunas vías de Bogotá.

Luis Alexander Alvarado se ve reflejado en la historia de José. Es colombiano, tiene 46 años y llevaba 23 años fumando la droga: siete de ellos como habitante de calle. A los 18 dejó la vida en el campo, donde vivía con sus abuelos para ir a la ciudad a estudiar bachillerato, una noche de fiesta probó el bazuco y la vida le cambió para siempre.

"Meses más tarde ya no había rumba, lo empecé a hacer como algo personal, para refugiarme. Llegó y me atrapó, me puso a dormir en un andén (acera), debajo de un puente, a pasar la vida al valor de nada, rebuscando en la basura", asegura Luis Alexander a Efe.

La vida le dio una segunda oportunidad cuando Los Ángeles Azules lo encontraron en el arroyo que atraviesa la céntrica calle sexta a la altura de la carrera treinta, un sector rodeado de comercios, almacenes y residencias. Allí, los ángeles, trabajadores de la Alcaldía distribuidos por toda la ciudad, atienden a los habitantes de calle. Los Ángeles Azules están formados por diferentes equipos e intentan con su labor hacer la vida de estas personas un poco más fácil.

Por David Casasús Márquez - EFE

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