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Transmilenio en la Avenida Boyacá, por partes

El Distrito sólo tiene $1,2 billones, que alcanzan para extender la obra hasta la calle 137 en el norte, no la 170, como está en los diseños.

Verónica Téllez Oliveros
12 de septiembre de 2015 - 03:29 a. m.

Con la troncal de Transmilenio por la avenida Boyacá, la ciudad comenzaría a ver parte de la cuarta fase del sistema de transporte masivo, de las ocho que se proyectaron en el comienzo. Y aunque en los diseños y estudios se prevé un trayecto desde Yomasa, en el sur, hasta la calle 170, en el norte, la plata no alcanza y por ahora su construcción llegaría hasta la calle 137. Así lo anunció ayer el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) en la presentación de los diseños del proyecto.

Contratar la obra completa hasta la calle 170 costaría $3,2 billones, pero el Distrito asegura que sólo tiene $1,2 billones. Por esta razón, la megaobra, que inicialmente contemplaba una extensión de 34 kilómetros, con 38 estaciones y grandes intervenciones del espacio público, se reducirá a 28,7 kilómetros y apenas 21 estaciones.

William Camargo, director del IDU, explicó que la entidad sólo tiene $700.000 millones del endeudamiento que el Concejo le aprobó al Distrito en 2013, y otros $500.000 millones de transferencias, para completar los recursos con los que abrirá la licitación inicial para la nueva troncal de Transmilenio. El resto del dinero ($2 billones), para completar los 34 kilómetros, depende de las negociaciones a las que llegue el Distrito con la Nación.

Cabe recordar que, a comienzos de año, el presidente de la República, Juan Manuel Santos, dijo que firmaría un documento Conpes en el que comprometería recursos para el metro y para otras obras de movilidad de la capital, como Transmilenio. Hasta el momento, el cheque simbólico que le entregó a Petro en esa oportunidad sigue siendo un anuncio y todo indica que seguirá así, al menos en lo que resta de la actual administración.

Diseños

Por la anunciada falta de plata, el Distrito dio a conocer ayer detalles de lo que hará con los recursos con que cuenta. Por ejemplo, se conoció que la mayoría de las estaciones tendrán accesos sin puentes peatonales. En los diseños, que fueron hechos por profesionales del IDU, y no contratados externamente, se tuvo en cuenta la idea de priorizar a caminantes y la entrada de niños, discapacitados y adultos mayores.

En cuanto a las estaciones, también habría cambios. El IDU propuso construirlas sin puertas, como se hace en algunos sistemas de transporte en el mundo, como en Berlín, donde ni siquiera hay torniquetes para validar el viaje. Pero esta alternativa dependerá de la empresa Transmilenio, cuya junta directiva decidirá si la acoge o no. Camargo reconoce que detrás de llevar a la práctica esta posibilidad hay una cuestión de cultura ciudadana. Cuesta pensar que todos los habitantes de la ciudad estén dispuestos a pagar su pasaje sin que sea el propio diseño el que los obligue a hacerlo.

Entre la calle 29 Sur y la calle 22, la tubería de la red Tibitoc del Acueducto que pasa por allí no resiste la carga de los buses articulados y biarticulados del sistema. Así que allí el trayecto de la troncal se abrirá hacia el separador lateral para luego regresar al eje central. La decisión se tomó de acuerdo con los estudios de las cargas que hizo la Empresa de Acueducto, pues reubicar el tubo madre cuesta $450.000 millones.

La licitación de la troncal se abriría en los próximos meses. Aunque el IDU no se compromete con fechas, espera dejar el contrato antes de que termine el año, pues una de las promesas del alcalde Gustavo Petro en su Plan de Desarrollo respecto a Transmilenio fue dejar esa obra, además de los diseños de la troncal para la avenida 68, que aún no es claro si alcanzarán a estar listos.

Por Verónica Téllez Oliveros

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