Un escenario para el cine llamado Bogotá

En el último mes, Mark Wahlberg y Nicolas Cage estuvieron grabando en la ciudad parte de dos películas de acción producidas por Hollywood. La productoras llegaron atraídas por los incentivos que dan el país y el Distrito, que buscan promocionar la capital como destino turístico.

Mónica Rivera Rueda
07 de abril de 2018 - 03:00 a. m.
La grabación de “Running with the Devil” se realizará por 14 días en Bogotá, Subachoque y Cartagena. / Cortesía Revista Vea
La grabación de “Running with the Devil” se realizará por 14 días en Bogotá, Subachoque y Cartagena. / Cortesía Revista Vea

El pasado martes el actor Nicolas Cage estuvo en Usme grabando parte de su nueva película Running with the Devil, algo que era impensable en el país hace 10 años. Y aunque ese tipo de escenas son cada vez más comunes en la ciudad, hoy sigue siendo un hecho pintoresco que un actor de Hollywood utilice como locación una tradicional calle capitalina.

Su llegada a la ciudad fue un acontecimiento. Un par de fotos publicadas por funcionarias de Migración alertaron sobre su arribo al país. Pero Cage no ha sido el único famoso que ha estado en la ciudad en los últimos meses. En febrero también estuvo Mark Wahlberg, grabando escenas de acción en el centro de Bogotá.

Detrás de esto hay una razón: la Ley 1556 de 2012, más conocida como la Ley del Cine, que no sólo fomenta el trabajo cinematográfico nacional, sino que crea beneficios para los proyectos internacionales que quieran grabar en el país. Entre ellos, un aporte del 40 % para gastos de servicios de rodaje en Colombia y del 20 % en hotelería, alimentación y transporte. El proceso es simple. Cualquier productora puede presentar el proyecto ante Proimágenes. Los apoyos se otorgan a las películas que inviertan más de 1.800 salarios mínimos en el país, es decir, alrededor de $1.400 millones.

“Más o menos la relación es que ellos gastan US$3,5 millones en el país y nosotros les devolvemos US$1 millón. Nos quedan todas las otras cosas que son indirectas, como el turismo y el comercio, que son indicadores que vienen creciendo en la ciudad”, asegura Claudia Triana, directora de Proimágenes, organización nacional que administra estos recursos.

La primera película que aprovechó este beneficio se hizo en 2013 y fue Los 33, la historia de los mineros chilenos que quedaron atrapados por dos meses en una mina de Atacama, protagonizada por Antonio Banderas. “Luego llegaron otras producciones y comenzamos a tener mayor experiencia. Nuestros equipos colombianos estaban acostumbrados a hacer películas con un presupuesto de máximo US$1 millón y con la ley comenzaron a llegar producciones de hasta US$10 millones, con el método de trabajo norteamericano”, manifiesta Triana.

De acuerdo con cifras de Proimágenes, en los últimos cinco años las películas internacionales han generado en el país alrededor de 17.000 trabajos temporales, en su mayoría extras y personal técnico, y ha logrado consolidar al país como un escenario llamativo para el cine internacional y para el turismo, teniendo como principal atractivo a Bogotá, en donde se han rodado 19 de las 31 películas que se han beneficiado de la Ley del Cine.

Frente a esto, aunque la administración distrital no puede aportar recursos para atraer un mayor número de realizadores, sí ha venido trabajando para facilitarles los procesos. En 2014 se creó la Comisión Fílmica Distrital, que tiene entre sus objetivos asesorar los rodajes y apoyar el crecimiento del sector, promocionando la ciudad como escenario fílmico.

Para facilitar el proceso se creó el Permiso Único para Filmaciones Audiovisuales (PUFA), con el que se permiten grandes rodajes en cualquier parte de la ciudad, con la asesoría y el permiso de 27 instituciones distritales, entre las que se encuentran las alcaldías locales, la Secretaría de Movilidad y la Defensoría del Espacio Público, entre otras.

“El PUFA nos ha llevado a que podamos hacer filmaciones como la de Mile 22 (en la que participó Mark Wahlberg), en la que se tuvo que integrar Policía y Bomberos por las explosiones que se hicieron durante la grabación. Además podemos hacer recomendaciones sobre el uso del espacio público e identificar las grabaciones que se realizan a diario. Idartes recibe alrededor de 20 solicitudes a diario”, asegura Paula Villegas, gerente de artes audiovisuales de la entidad.

Aprendizaje

A medida que las compañías extranjeras están aprovechando mejor los incentivos que ofrece la Ley del Cine, esto ha generado todo un proceso de aprendizaje. Si bien la tendencia demuestra que tanto la ciudad como el país se están convirtiendo en un atractivo para las productoras internacionales, aún hay normas que se deben ir ajustando y necesidades que se deben ir supliendo, como la falta de personal y programas académicos especializados alrededor del cine.

“Cada película es distinta. Uno qué se va a imaginar que para grabar la serie Narcos tenían que importar dos contenedores llenos de ropa de los años ochenta, cuando el ingreso de textiles al país está restringido. O como ocurrió con la película de Tom Cruise, que tenían que importar un avión de escenografía. Esas son cosas que no estaban previstas y que nos toca solucionar en el camino”.

Otro vacío se detectó cuando estas producciones internacionales llegaron a contratar personal colombiano, pues no encontraron profesionales con ciertas especializaciones. “Tenemos buenos técnicos y productores, pero todavía nos faltan line producers y gerentes de locaciones. Asimismo, apenas nos estamos formando en el uso de Movie Magic y haciendo talleres de formación en los campos en los que hemos detectado necesidades, como la del inglés técnico”, agrega Villegas.

Más allá de las películas de Hollywood, la ciudad les está apostando a otros frentes. Mientras la Comisión Fílmica ha ido por el mundo presentando a la ciudad como escenario propicio para grandes producciones, la Ley del Cine ha atraído a productores de largometrajes y grandes seriados. El año pasado, por ejemplo, Netflix grabó la segunda temporada de Narcos, así como la serie del Chapo Guzmán.

El principal reto ahora es aumentar el turismo y para ello el Distrito está cumpliendo la tarea. “Necesitamos fortalecer la percepción de ciudad como región. No sólo tenemos la ciudad urbana, sino además bosques, páramos y regiones con diferentes ambientes que se pueden aprovechar mucho más”, concluye Villegas.

Por Mónica Rivera Rueda

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