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Una Navidad con el vacío de las 8.634 vidas que apagó el COVID-19

Arrancan oficialmente las festividades decembrinas, pero para muchos hogares no serán más que fechas de duelo por cuenta de la pandemia. El mejor regalo será cuidarse y cuidar a los suyos.

Manuela Valencia Gómez
06 de diciembre de 2020 - 02:01 a. m.
La recomendación es evitar las aglomeraciones en zonas comerciales y las reuniones familiares con muchas personas. / Archivo particular
La recomendación es evitar las aglomeraciones en zonas comerciales y las reuniones familiares con muchas personas. / Archivo particular

El pronóstico apuntaba a que la ciudad viviría, en pleno diciembre, el segundo pico de la pandemia, lo que hubiera obligado a implementar medidas para contener los contagios. No obstante, el trabajo y el comportamiento de la gente tuvieron efecto y hoy las familias podrán vivir estas fiestas sin más restricciones que el autocuidado, el cual toma cada día más relevancia. Vale recordar que no todo será felicidad en los hogares. Al menos 8.643 cerrarán el año de luto por cuenta del COVID-19.

Por eso, para mantener la senda, el Distrito trabajará en la vigilancia y el control para garantizar que no se presenten mayores riesgos de contagio e insistirá en el llamado a los ciudadanos de celebrar con responsabilidad. Si bien los resultados han permitido que los bogotanos regresen paulatinamente a la normalidad, el hecho de que los recuperados representen más del 90 % de los casos no significa que sea momento de bajar la guardia.

El virus persiste, como lo demuestra el promedio diario de casos confirmados que alcanza los 1.700 positivos, una tasa de 270 casos activos por cada 100 mil habitantes (hasta el viernes se registraban 22.960 casos) y una letalidad del 2,3 %. Por esta razón, el secretario de Salud, Alejandro Gómez, explica que aunque la cifras de Bogotá se encuentran todavía en una meseta, no es algo que debe pasar inadvertido.

“Por fortuna estamos en una etapa de la pandemia que no genera mucho estrés en el sistema sanitario, pero la gente no puede equivocarse. Actualmente tenemos más de 800 personas intubadas en las unidades de cuidados intensivos (UCI) por COVID-19, y aunque cada vez hay menos letalidad, nos debe llamar la atención el panorama para seguir cuidándonos y ser prudentes, especialmente en estas épocas”.

Fuera de lo que indican las cifras y del argumento del secretario de Salud, para los expertos la ciudad debe mantener la alerta y los ciudadanos un mayor cuidado. Al menos así lo cree el médico epidemiólogo Luis Jorge Hernández, quien señala que a pesar de haber dicho que el segundo pico de la pandemia se postergó hasta el próximo año, actualmente la ciudad sí atraviesa por un panorama preocupante que amerita tomar medidas con urgencia.

“Realmente el virus sigue en expansión. Ya se están aumentando otra vez los casos y todo lo que se haga será solo para disminuir la velocidad de transmisión. En esta época navideña es importante que las autoridades distritales tomen medidas como hacer aperturas paulatinas de establecimientos y evaluar la posibilidad de hacer toques de queda. Las cuarentenas ya no sirven, pero las personas deben salir con mucha precaución”, opina Hernández, profesor de la Universidad de los Andes.

El plan que elaboró la administración, para cambiar la tradicional forma de vivir la ciudad en diciembre, consiste en una amplia oferta cultural que combine la tradición con el cuidado. Para este fin se organizaron actividades para grupos reducidos de personas y otras que se desarrollarán desde la virtualidad. De igual forma, se trabajará en el aprovechamiento de los espacios al aire libre, con la estrategia “A cielo abierto”, pero con mayor control.

Para las compras navideñas la recomendación es usar las plataformas virtuales y comprar en línea. Sin embargo, para las negociaciones presenciales se implementó el piloto de “Bogotá 24 horas”, con el fin de que el comercio amplíe sus horarios de servicio y evitar aglomeraciones. En este caso, los ciudadanos deben tener en cuenta que se deben cumplir las normas de bioseguridad y ser conscientes de que cualquier tumulto es un riesgo inminente de propagación y contagio.

¿Podemos autocuidarnos?

Y es que más allá de las actividades y de la vigilancia las 24 horas, el llamado es a que sea la voluntad de los bogotanos la que garantice vivir unas festividades sin riesgo. Se sabe que el reto es grande. Basta con recordar que desde el primer día del mes se vienen presentando aglomeraciones en zonas comerciales como San Victorino, que realizan sus tradicionales eventos de descuentos, entre estos los denominados “madrugones navideños” o el evento de inauguración del alumbrado en Ciudad Bolívar (quinta localidad en cantidad de contagios), organizado por la Alcaldía, donde la aglomeración obligó a la alcaldesa Claudia López a ofrecer disculpas públicas por el descontrol y la falta de logística para restringir el aforo.

De eso es consciente el secretario de Salud, y por eso reitera el llamado a los comerciantes para que reactiven su economía en estas fechas, pero promoviendo el distanciamiento. El mensaje lo reitera a los ciudadanos, pues los que han tenido parientes, amigos o conocidos contagiados de COVID-19 han sido testigos de que el virus llega de la forma más inesperada y lo puede portar el que menos se piensa.

Por esta razón, el epidemiólogo Hernández dice que la clave es que los bogotanos sean conscientes de que la situación amerita grandes esfuerzos para mantenerse sanos. “Es importante que las personas tengan presente que esta Navidad es diferente y no se pueden hacer reuniones familiares ni de 10 ni de 50 personas, por que la posibilidad de contagio en familia puede llegar hasta el 80,7 %. El Día de las Velitas, las novenas, la Nochebuena y el fin de año se pueden celebrar con el núcleo familiar, ojalá, en espacios abiertos”, puntualizó.

Lupa a la salud mental

Para el experto, el mejor regalo que se puede dar en esta Navidad es mantener a las personas sanas. Esto implica esperar un poco más para volverse a ver con los seres queridos. Sin embargo, el llamado también es a no descuidar la salud mental y no hablar de distanciamiento social, sino físico. “No nos vamos a reunir ni a abrazar, pero debemos afianzar los vínculos, estar pendientes de los demás y aprovechar las herramientas tecnológicas, que nos han enseñado a vivir una nueva realidad”.

Agrega que es fundamental dejar de lado las falsas percepciones de seguridad, tomando medidas exageradas, usando mal los elementos que no contribuyen a evitar la propagación del virus. Hernández se refiere al uso de guantes, trajes antifluidos y el alcohol, que además de ser innecesarios, dice, son peligrosos sobre todo en estas épocas por el contacto con el fuego.

Por ahora el Distrito no ha anunciado un plan diferente al que se viene aplicando para enfrentar el segundo pico, esperado para inicios de 2021. Todo dependerá del comportamiento de los ciudadanos durante diciembre. Si se acatan las recomendaciones, seguramente se podrá mantener la estrategia que hasta ahora ha dado resultados. De lo contrario, se tendrán que pensar en otras medidas para contrarrestar una eventual oleada de altos contagios.

La alcaldesa Claudia López asegura que es el trabajo de la ciudadanía, de los comerciantes, de los lideres barriales y de las alcaldías locales mantener la pandemia bajo control. Eso sí, el secretario de Salud asevera que la administración no bajará la guardia y se seguirán aumentando los esfuerzos. “El laboratorio distrital pasó de 200 a 4.500 pruebas que se están haciendo en promedio diariamente, teniendo un total de 16 mil procesadas al día. Seguiremos esforzándonos, porque sabemos que Bogotá está en capacidad de hacer hasta 25 mil. Trabajando sobre esa meta, trataremos de mantener el control sobre el COVID-19 en la capital”.

El mensaje es claro. La estrategia también. Ya es suficiente con las familias que hoy están de luto. La responsabilidad ahora es de cada quien.

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-(-)06 de diciembre de 2020 - 01:43 p. m.
Este comentario fue borrado.
Hernando(24765)06 de diciembre de 2020 - 12:02 p. m.
Claro que importan, no es necesario mencionarlo: muchos no murieron por el tal covid, pero murieron. Lamentable si aún no era la hora. Más lamentable y horroroso el asesinato de líderes sociales, de jóvenes indefensos a manos de la fuerza pública, sin que le importe a un gobierno patrocinador de la violencia y a la ciudadanía en general, que ya se acostumbró.
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