Amputan brazos y piernas a una mujer tras ser infectada por la saliva de su perro

En Estados Unidos se presentó un extraño caso de una mujer que, tras ser infectada de una bacteria que suele estar en la saliva de perros y gatos, desarrolló gangrena en sus extremidades.

- Redacción Ciencia
05 de agosto de 2019 - 06:36 p. m.
La Capnocytophaga canimorsus suele estar en la saliva de perros y gatos.  / Pxhere
La Capnocytophaga canimorsus suele estar en la saliva de perros y gatos. / Pxhere

Marie Trainer vive en el Condado de Stark, en Dakota del Norte (EE.UU.). Hace unos meses su vida transcurría con normalidad en esa pequeña población de no más de 31 mil habitantes. Sin embargo, hace poco sucedió algo inesperado. Tras sufrir una infección y caer en coma, se despertó con los brazos y las piernas amputadas. ¿El motivo? Su perro le había contagiado una bacteria que casi la ocasiona la muerte. (Lea Científicos crearon lentes de contacto que hacen "zoom-in" al parpadear)

Tal y como cuenta el portal de noticias Fox 8, Marie y su esposo acababan de llegar de unas vacaciones por el Caribe cuando ella empezó a sentirse enferma. Fiebre, náuseas y un fuerte dolor en la espalda fueron algunos de los síntomas que la condujeron al Hospital Aultman. (Lea Un cáncer transmisible se ha convertido en un parásito del perro)

Una vez allí, al cuidado de un grupo de especialistas, empezó a desarrollar una sepsis que los doctores intentaron combatir con cocteles de antibióticos. Sin embargo, al cabo de unos días sus extremidades empezaron a presentar signos de gangrena. Los médicos optaron por inducir un coma.

Los análisis de sangre y de laboratorio confirmaron las sospechas: Marie tenía en su cuerpo la bacteria Capnocytophaga canimorsus, que suele encontrarse en la saliva de perros y gatos. Ella tenía dos canes en casa.

Se trata, como le explicó al medio estadounidense la doctora Margaret Kobe, Directora Médica de Enfermedades Infecciosas del Hospital Aultman, de un organismo muy virulento que induce al sistema inmunitario a hacer cosas bastante horribles. “Puede transmitirse a través de una mordedura o, a veces, simplemente por contacto con la saliva", explicó.

La progresión de la infección fue tan rápida que el grupo de médicos no pudo detenerla. La única solución para evitar la muerte fue amputar sus extremidades, donde se habían producido coágulos sanguíneos que restringen el flujo de la sangre y generan necrosis y gangrena.

“Cuando abrí los ojos no sabía dónde estaba", dijo Marie al portal Fox 8. "Fue muy difícil descubrir que tuvieron que quitarme las piernas y los brazos. Fue muy difícil de manejar".

Sin embargo, como aclaró la doctora Kobe, esta reacción tan severa se presenta muy rara vez. Para ser más precisos solo le ocurre a una persona entre un millón. De acuerdo con ella, hay casos de dueños de mascotas que están expuestos a la Capnocytophaga canimorsus durante años y nunca presentan los problemas que tuvo Marie.

Por - Redacción Ciencia

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