Científico cuenta las calorías en la dieta de los caníbales

Un arqueólogo británico calculó el aporte energético de cada parte del cuerpo humano.

Redacción VIVIR
08 de abril de 2017 - 04:40 p. m.
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En una época donde la obesidad se ha convertido en epidemia, el conteo de calorías que aporta cada alimento que nos llevamos a la boca es una obsesión para muchas personas ¿Pero que ocurría con las comunidades humanas que en alguna época se dedicaron al canibalismo? ¿Qué ventajas o desventajas les ofrecía una dieta basada en sus propios congéneres?

James Cole, un arquéologo de la Universidad de Brighton en Inglaterra experto en el paleolítico, decidió que ese sería uno de sus temas de estudio: el aporte nutricional del canibalismo. Un tema excéntrico y hasta escabroso pero no por eso menos interesante en el intento de entender la historia de la alimentación y la evolución humana.  

¿Cuántas calorías contiene un cuerpo humano completo? De acuerdo con Cole, que no tuvo pudor a la hora de sentarse a hacer esas matemáticas, la cifra aproximada es 125.000 a 144.000 calorías (Ver gráfico).

En un reportaje publicado por The New York Times, Cole explicó que desde que se interesó por este asunto sus colegas comenzaron a mirarlo con suspicacia. En la revista Scientific Reports publicó esta semana un artículo en el que expuso una guia para el conteo de calorías humanas parte por parte.  Los muslos humanos, por ejemplo, contienen unas 13.350 calorías, mientras que la parte superior de los brazos aportaban a un buen canibal alrededor de 7.450 calorías. En los antebrazos se encuentran apenas 1.660 calorías, el corazón unas 650 calorías y  los riñones poco más de 380 calorías.

Mas allá de las impúdicas cifras, el verdadero interés de Cole es entender mucho mejor las complejidades de la vida de los primeros homínidos y el canibalismo paleolítico. Uno de los principales argumentos de Cole para defender el morboso conteo de calorías aportadas por un cuerpo humano es que no puede analizarse el canibalismo “nutricional” frente al que se llevaba a cabo por razones rituales y religiosas, sin entender su aporte energético frente al de otras especies que podían ser cazadas en ese periodo de la historia.

Cole concluyó que comer humanos no tiene mucho sentido desde un punto de vista nutricional. Un mamut, por ejemplo, aportaba 3.6 millones de calorías y un bisonte unas 612.000.

“Algunos casos de canibalismo en el Paleolítico que ha sido intepretado como nutricional podrían haber ocurrido por otras razones”, explicó Cole a The New York Times. 

Por Redacción VIVIR

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