Colombia, laboratorio del mundo para entender la vida

Científicos de todo el mundo llegan al país para estudiar los organismos extremófilos, que podrían explicar cómo se da la vida en ambientes extremos en los que el ser humano moriría rápidamente.

Carlos Urrego*
23 de febrero de 2017 - 03:56 a. m.
Colombia, laboratorio del mundo para entender la vida

Once de la mañana, día de neblina, el viento zumba suavemente a través de los frailejones que acompañan el ascenso hasta los casi 4.000 metros sobre el nivel del mar. Llegan un grupo del Servicio Geológico Colombiano (SGC) y el investigador Carlos Arturo Granada Torres, Ph.D de la Universidad de Almería, a una de las 14 fuentes termales que hay en el Parque Nacional Natural Los Nevados, Aguas Calientes.

Granada se acerca al agua termal azufrada, toma una muestra de organismos y la deposita en un tubo de ensayo, que luego será analizada en su laboratorio, en la Universidad de Manizales. Esos organismos son conocidos como extremófilos y tienen en su interior la respuesta de cómo pueden sobrevivir a ambientes de altas temperaturas, ácidos, alcalinos, con poco oxígeno o sin luz solar, en donde el ser humano moriría rápidamente.

El experto estudia en el Parque Nacional Natural Los Nevados una microalga que no solo sobrevive a las altas temperaturas de las aguas termales asociadas a la actividad volcánica, sino que se encuentra dentro de las rocas, allí hace fotosíntesis y puede fermentar más de 50 tipos de azúcares, por lo que, según sus pesquisas, puede tener aplicaciones ambientales, agroindustriales y farmacéuticas.

Gracias al trabajo colectivo de varias instituciones, entre ellas el Instituto de Astrobiología de Colombia (IAC), Colombia lidera en América Latina el estudio más completo de organismos extremófilos, el cual hace parte de la astrobiología, disciplina que tiene como meta entender cómo empezó la vida en el planeta, la forma en la que se distribuyó al pasar los años y el futuro de la misma en la Tierra.

Al lente del microscopio otros mundos aparecen: microorganismos que viven en los poros de las rocas en el frío Ártico, soportan temperaturas de casi 65 grados centígrados bajo cero, vientos de más de 160 kilómetros por hora, hacen su metabolismo sólo cada seis meses durante el verano para luego “esconderse” en las piedras hasta la próxima estación; o pequeños seres que viven sin problema en aguas termales, en medios azufrados y con alta radiación solar; otros sobreviven en el fondo de los océanos, en entornos en los que no hay oxígeno, o realizan sus metabolismos con sustancias venenosas para el ser humano, como sulfuros. Con ese tipo de seres compartimos el planeta y seguramente seguirán acá si en un punto dado nuestra especie llegase a extinguirse.

“La gran respuesta que he encontrado es que la vida se adapta y se sigue adaptando bajo las condiciones más increíbles. He hallado formas de vida que nadie hubiera imaginado que pudieran existir”, dice Armando Azua-Bustos, investigador del Blue Marble Space Institute of Science en Seattle, Estados Unidos.

Azua-Bustos lleva varias décadas estudiando los microorganismos xerófilos, es decir, que viven sin agua o muy poca en el desierto de Atacama en Chile, el más seco del mundo. Sin contar con las posibilidades biotecnológicas de este tipo de organismos, si se logra aislar la proteína, enzima o gen que les da esta capacidad, imagine tener un cultivo de piña, mazorca o maíz que no deba regarlo cada diez días, sino una vez al mes.

Colombia extrema

Siempre se ha hablado de la gran biodiversidad de este país, pero con la astrobiología, Colombia llega a otro nivel. “Penny Boston, la directora del Instituto de Astrobiología de la NASA, dijo que Colombia es el único país de América Latina que va en punta de lanza en esta temática, se nota la fortaleza investigativa”, dice Jorge Enrique Bueno Prieto, director del IAC, quien también considera que hacen falta mayores recursos y apoyo para continuar con las investigaciones.

Uno de los escenarios que tienen maravillados a científicos de todo el mundo está ocurriendo en el Nevado del Ruiz, que desde 2010 está en alerta amarilla por presentar actividad sísmica, emisión de ceniza y tremores volcánicos, lo que ha aumentado el deshielo generado por el cambio climático y una modificación súbita del medio.

“Podemos encontrar sistemas que están en transición, que se están adaptando y deben hacerlo muy rápidamente para poder asegurar la supervivencia de la especie”, confirma Granada Torres.

El desierto de La Tatacoa, la Sierra Nevada de Santa Marta, el Nevado del Cocuy, la cueva de los Guácharos, Caño Cristales y las minas de sal de La Guajira son algunos de los lugares donde se pueden encontrar estos seres. Estas zonas son muy apetecidas, no solo por los microorganismos extremófilos que allí viven, sino por contar con condiciones parecidas a las de Marte, buscan convertirlas en análogos marcianos.

“En América Latina y en Colombia puntualmente hay ambientes parecidos a las superficies de Marte, entonces, si queremos practicar vivir allá, estos son muy buenos lugares para experimentar”, dice Bacheldor.

El aporte de Colombia a la astrobiología sirve para comprender cuáles son las propiedades químicas que debe tener la vida y si en otros lugares del universo se encuentran. “Uno pensaría que en un sitio en donde no hay agua líquida y el PH es 0 no puede haber vida, pero si miras en tu estómago, en donde están esas condiciones, allí hay bacterias que sobreviven sin problema. Tenemos que entender esa adaptabilidad y comprender en dónde se puede dar”, dijo Juan Pérez Mercader, Ph.D en física teórica y profesor de la Universidad de Harvard.

Y lo de vida en otros planetas, ¿para cuándo?

Hace 30 años se pensaba que la vida se había desarrollado gracias a la presencia de agua en el planeta, “donde hay agua hay vida”, dice un refrán popular pero hasta el momento no se ha cumplido. Diferentes misiones que han estudiado las lunas Ganímedes, Europa y Calisto en Júpiter; Encélado y Titán en Saturno, incluso en Marte han encontrado vestigios de agua congelada e incluso líquida pero aún sin señal alguna de vida. Así que faltaban algunos materiales para que la receta estuviera completa, la materia orgánica (que está en todo el universo).

“Nadie esperaría que pudiera haber materia orgánica compleja en el universo, materia de la que estamos hechos todos los organismos vivos. Materia que necesitamos para funcionar, mi investigación empezó hace más de 30 años y encontramos por accidente que las estrellas muy viejas fabrican materiales orgánicos complejos en cortos periodos de tiempo (unos cuantos miles de años)”, explica Sun Kwowk, presidente de la Unión Internacional de Astronomía (IAU por sus siglas en inglés).

Por su parte para Daniel Bacheldor, la vida aparte de agua líquida necesita una fuente de energía (como el sol) y un campo magnético que funcione como escudo contra la radiación solar y de la galaxia.

“En un planeta como Marte no hay ese campo magnético y por tal motivo la atmósfera ha sido llevada por el viento solar, las partículas radioactivas que vienen del sol entran sin filtro y por eso no hemos visto vida compleja en la superficie. Eso es lo que sabemos acerca de qué debería tener un planeta habitable”, afirma el científico británico.

Al parecer no solo el agua fue necesaria para que en la Tierra hubiera vida; somos hijos de las estrellas, cometas y asteroides que trajeron esta materia orgánica que nació de estrellas viejas y que está por todo el universo,  “pensamos que debe haber una conexión entre esa materia orgánica y la vida en la Tierra”, dice Kwowk.

MIles de científicos se preguntan constantemente por la vida en la Tierra y en las cerca de 200 mil millones de estrellas de la Vía Láctea, sus planetas y lunas, por eso entender la vida aquí y el papel de Colombia y su diversidad de ambientes extremos para estudiar su desarrollo se vuelve tan importante, “tenemos que entender mejor cómo los compuestos que existían en el universo se asociaron entre ellos para generar los primeros seres vivos (Arqueobacterias y virus) hace miles de millones de años”, afirma Pérez Mercader, no solo para confirmar o no si hay vida en otros planetas sino para mejorar la nuestra.

Bacterias que pueden metabolizar el plástico, desintegrar las manchas de petróleo de los océanos, que tienen aplicaciones para desarrollar nuevos fármacos o mejorar la agroindustria; Colombia tiene la materia prima y los científicos para desarrollarlo, pero como es común en el país, estamos sentados encima de la mina pero aún no nos hemos dado cuenta.

*Docente de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Manizales.

Por Carlos Urrego*

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