Con un gran concierto, Medellín se prepara para "viajar" a Marte

Este 27 de noviembre, los maestros Gonzalo Ospina y Julio Reyes Copello, ganador de 8 premios Grammy, dirigirán a la orquesta filarmónica de la ciudad, mientras el público observará una apuesta audiovisual que muestra los detalles más íntimos del planeta rojo.

Ana Ochoa
27 de noviembre de 2018 - 03:07 a. m.
Cortesía Parque Explora.
Cortesía Parque Explora.

La expedición a Marte empezará en una calle de Medellín a las 6:30 de la tarde este martes 27 de noviembre. Unas seis mil personas se reunirán al aire libre en el Parque de los deseos para ir desde la Tierra al planeta rojo, próximo destino de la humanidad. Será una navegación audiovisual en vivo por el universo, pilotada por el Planetario de Medellín y el museo de ciencias Parque Explora, con una orquesta en pleno: la Filarmónica de la ciudad dirigida, en esta ocasión, por los maestros Gonzalo Ospina y Julio Reyes Copello, compositor y productor musical colombiano, ganador de 8 premios Grammy y autor de la música de Marte 2030, experiencia virtual de Nasa. (Lea La primera fotografía enviada por InSight, la nave de la Nasa que acaba de llegar a Marte)

Atmosphere, Cave, Hope, son algunas de las obras de Reyes Copello que oiremos mientras nos fugamos de la Tierra y vagamos entre enjambres de lunas heladas,  planetas de atmósferas turbulentas, cinturones de asteroides que podrían sumar más de 200 mundos en una travesía que nos llevará a Marte y de allí, por fuera de nuestro vecindario galáctico, al borde del espacio-tiempo conocido: la Radiación Cósmica de Fondo. (Lea: La misión InSight de la Nasa aterrizó con éxito en Marte)

Reyes Copello es bogotano, tiene 49 años y su vida transcurre agitada en una pequeña pero poderosa cápsula: Art House en Miami, casa productora propia, por la que entran y salen proyectos peligrosamente distintos sin chocarse, en calculada armonía de contrarios. Hoy con orquestas sinfónicas o mañana con cantantes como Alejandro Sanz, Willie Smith o Marc Anthony, que ha fraguado con Reyes Copello éxitos como “Vivir mi vida”. En esta casa también funciona Art House Records, sello discográfico construido, dice Reyes Copello, para proteger la intuición de los artistas, ese fuego pequeño y no domesticado del artista que nace, que es un atributo en riesgo hoy, cuando la industria musical opera muchas veces como temible aplanadora, que homogeniza los talentos para cumplirle a un mercado y que usa y tira y, finalmente, desampara. 

Le gusta acoger al anónimo, acompañar al talento que se precipita desde las altas normas académicas y va extraviado sorteando la censura. La música es otra cosa, afirma, es una intención prendida de incertidumbres que hay que permitir. Para que con su potencia emocional transforme al autor y a otros, los amplifique e, incluso, los proteja. “Mire allá, ese señor que limpia vidrios se está escapando, está oyendo música para aguantar”. 

Marte 2030 fue compuesta por Reyes Copello por encargo de NASA y grabada y dirigida por él con la Sinfónica de Londres, una orquesta que ha tenido directores como Pierre Monteux, Otto Klemperer, Leopold Stokowski o Leonard Bernstein y conocida por sus episodios históricos, entre ellos los de sus orígenes de fasto en la Philharmonic Society, que tuvo el acierto de encargarle a Ludwig van Beethoven una obra que se convertiría en la Novena Sinfonía Coral. 

Reyes Copello estudió piano y composición en la U. Javeriana. Dice que a los siete años oyó la Tocata y Fuga Bach en una serie infantil animada. "Recuerdo que solté las crayolas”. Cree que su formación clásica le da más posibilidades, ventajas evolutivas a la hora de crear. Aunque insiste en que las memorias no son las heredadas sino las que uno construye, sí tiene camino familiar con la música. Por ejemplo,  un primo audiófilo se ha dedicado buena parte de su vida a fabricar clavecines barrocos en Medellín, la ciudad a la que Reyes Copello regresará este martes, luego de 31 años de ausencia, para dirigir Marte 2030, una aventura astronómica y musical que explorará, en la calle y con la gente, la potente convergencia de la ciencia con el arte.

En la primera de las ocho estaciones de esta ruta cósmica se saldrá de la Tierra con la Fanfarria para un hombre común, de Aaron Copland (1942). De ahí llegará al lugar más caliente del sistema solar, la atmósfera solar, con olas del tamaño de América. La orquesta interpretará la obra Eco (2018), del colombiano Michael Páez, mientras se intuye que el sistema solar es mucho más que 8 planetas.

Luego, llegará en ritmo trepidante a Marte, portador de la guerra, con Gustav Holst (1918). Cortejará sus lunas Fobos y Deimos que pronto serán devoradas por el planeta. Sobrevolará sus majestuosas formaciones geológicas con polos de hielo seco y agua, valles sin término y cañones tres veces más altos que el Everest. Una curva arrojará al viajero al pasado planetario de Marte, para rastrear sus nubes de agua, sus ríos y mares extintos y su actualidad poblada de robots.

El viaje coincide con la llegada del InSight, la última de las 43 misiones a Marte, encargada de estudiar la intimidad geológica del planeta que perdió su campo magnético y, barridas por el viento solar, su atmósfera y su agua

¿Le pasará lo mismo a la Tierra? Reyes Copello dice que en estos océanos de dunas y tormentas de arena, sonaría muy bien Stravinsky. Pero recuerda que compuso Hope, para que suene cifrada la esperanza de que no colapsará esta esfera prodigiosa, en la que giramos distraídos.

Por Ana Ochoa

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