Conozca todos los detalles sobre el tránsito de Mercurio frente al Sol

Ocurre solo unas 13 veces cada siglo y este lunes el planeta pasará como un diminuto punto negro por delante del Sol. Este acontecimiento se puede observar con telescopios. La duración total del fenómeno será de 5 horas y 29 minutos.

Con información de Agencia SINC
11 de noviembre de 2019 - 03:43 p. m.
Imagen compuesta de varias fotogramas del tránsito de Mercurio ocurrido el 9 de mayo de 2016 y captado por el Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA.  / NASA
Imagen compuesta de varias fotogramas del tránsito de Mercurio ocurrido el 9 de mayo de 2016 y captado por el Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA. / NASA

Este 11 de noviembre, entre la 1:00 p.m. y las 10:10 p.m., se producirá el tránsito de Mercurio por delante del Sol, un fenómeno astronómico más raro que los eclipses y que de media sucede 13 veces a lo largo de un siglo. El siguiente no ocurrirá hasta el año 2032. La duración total del fenómeno será de 5 horas y 29 minutos. (Lea: Este lunes se podrá ver a Mercurio transitando frente al Sol)

Aunque en esta ocasión durará casi cinco horas y media, el acontecimiento será visible dependiendo de la salida y la puesta de Sol en cada lugar de la Tierra. Mercurio es un planeta muy pequeño, y pasará por delante del Sol como un diminuto punto negro. Nunca se debe mirar este fenómeno a simple vista, ni mucho menos con instrumentos sin tomar precauciones, porque se podría dañar permanentemente nuestra retina o incluso dejarnos ciegos.

Los métodos recomendados son la observación mediante la proyección del disco solar en una pantalla o mediante telescopios dotados de los oportunos filtros solares. En Bogotá, el Planetario pondrá a disposición sus herramientas en el Parque Simón Bolívar. En Medellín, el Planetario propone planes familiares con telescopios especializados. Otra opción es seguir este fenómeno a través de internet, en webs como las de la NASA.  

El pequeño Mercurio y los tránsitos

Mercurio es un planeta muy pequeño y extraño, en el que el Sol puede salir dos veces el mismo día, o donde la temperatura de su superficie puede oscilar entre los 450 y los -170 ºC. Debido a su pequeño tamaño y lejanía, hasta la invención del telescopio, resultó imposible observar un tránsito de Mercurio. Las primeras observaciones con telescopio fueron realizadas por Galileo Galilei en el siglo XVII. (Puede leer: Hallan tres mundos cercanos que darán pistas sobre la formación planetaria)

Su tamaño y brillo varían de forma notable en función de su posición en la órbita. Cuando cruza por delante del Sol, lo vemos con su tamaño máximo (entre 10 y 13 segundos de arco), mientras que al cruzar por detrás del Sol lo vemos con su tamaño mínimo (unos 4,5 segundos de arco).

Respecto a los tránsitos, se denominan así los pasos de un cuerpo por delante de otro, de forma que el más próximo oculta una parte de la superficie del más lejano. Por ejemplo, es posible observar un tránsito de la estación espacial internacional (ISS) por delante del Sol. En el sistema solar, sólo los planetas interiores (Mercurio y Venus) pueden transitar el Sol desde nuestro punto de vista en la Tierra. 

Mercurio gira en una órbita bastante elíptica, completando una vuelta al Sol en aproximadamente tres meses terrestres (88 días), tiempo en el que la Tierra se ha desplazado un cuarto de su órbita. Por eso, Mercurio volverá a situarse entre el Sol y la Tierra tras 116 días, es decir, se repite unas tres veces por año. Podemos tratar de visualizar este efecto pensando en el minutero de un reloj, que tarda 65 minutos en alcanzar la manecilla de las horas. (Puede leer: El ‘planeta’ moribundo que sobrevivió a la destrucción de su estrella)

¿Por qué no tenemos entonces tres tránsitos de Mercurio al año? Este planeta se mueve en un plano que forma 7° con el plano orbital de la Tierra alrededor del Sol y para que queden suficientemente alineados los tres cuerpos tienen que coincidir ambos planos. En caso contrario, Mercurio pasará por encima o por debajo del disco solar. Para simplificar, podemos imaginar dos circunferencias concéntricas que representan las órbitas de Mercurio y la Tierra (el Sol es su centro) pintados en una libreta.

Ahora levantemos ligeramente la hoja: ese es el plano orbital de Mercurio, mientras que el de la Tierra es horizontal. Ambas hojas (planos) se cortan a lo largo de una línea, que coincidirá con dos fechas del año en el recorrido de la Tierra. En el caso de Mercurio, el 8-9 de mayo y el 10-11 de noviembre; si unos pocos días antes o después de esa fecha coincide con el paso de Mercurio frente al Sol, habrá tránsito.

Existe una cierta periodicidad en estos fenómenos, aunque obedece a reglas complejas. Está claro que tiene que ser un múltiplo de los 116 días que tardan en coincidir Mercurio y la Tierra alineados. Esto suele ocurrir en promedio unas 13 veces por siglo, en intervalos que oscilan entre 3,5 y 13 años y en mayo o noviembre. El siguiente tránsito de Mercurio será el 13 de noviembre de 2032.

El tránsito de Mercurio 2019

El último tránsito de Mercurio ocurrió en 2016, y durante este siglo también hubo otros dos, en 2003 y 2006. En esas ocasiones y como volverá a suceder este año, el tránsito presenta cinco momentos clave. El primero, cuando el disco del planeta toca exteriormente el disco luminoso del Sol (el primer contacto); el segundo, cuando termina de entrar. El periodo entre ambos es lo que se denomina 'ingreso'. (Podría leer: Astrofísico de la NASA cree que puede haber vida fuera de la Tierra)

El tercero sería justo en medio, donde la distancia entre el planeta y el centro del Sol es mínima. De forma análoga al ingreso, pero en orden inverso, se realiza la 'salida', periodo comprendido entre el contacto interior del borde del planeta con el borde del disco del Sol hasta su desaparición del mismo. Los momentos precisos de cada uno de estos eventos dependen de la posición del observador sobre la Tierra, pudiendo variar en un par de minutos como máximo.

Hasta la fecha, 2.965 exoplanetas han sido detectados mediante el método de tránsito, de los cuales 482 forman parte de sistemas planetarios múltiples. De la medida precisa de la disminución del brillo (la curva de luz) de forma repetida podemos determinar el periodo orbital, el tamaño del planeta y otros valores que nos permiten saber la masa, el volumen, (la densidad), los parámetros orbitales, que a su vez nos permiten establecer la 'habitabilidad' de dicho planeta.

Por Con información de Agencia SINC

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