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Fosfina, el gas que pone a Venus en el foco de la búsqueda de vida extraterrestre

Un equipo de astrónomos descubrieron una molécula de este gas en las nubes del planeta, un hallazgo que ha generado grandes expectativas en la comunidad científica. Sin embargo, advierten que no se puede confirmar la existencia de vida. Se abre una puerta a nuevas investigaciones para estudiar a Venus.

14 de septiembre de 2020 - 04:51 p. m.
El descubrimiento abre una puerta para que se realicen nuevas investigaciones sobre Venus, para muchos un planeta olvidado.
El descubrimiento abre una puerta para que se realicen nuevas investigaciones sobre Venus, para muchos un planeta olvidado.
Foto: Nasa

Desde hace varios días había gran expectativa en la comunidad científica. Muchos sabían que este lunes 14 de septiembre se haría pública una noticia que han calificado de “sorprendente”. Con un artículo en la revista Nature Astronomy (y otro en Astrobiology en agosto), hoy un equipo internacional anunció que había detectado la presencia de un gas que representa un posible indicio de “vida” en el planeta Venus: la fosfina. (Lea Ondas gravitacionales al límite de la imaginación)

La noticia hay que tomarla con precaución. Como han advertido los autores de las investigaciones, reconocer la presencia de “vida” aún requiere de mucho trabajo, pero el hallazgo plantea preguntas que solo podrán ser resueltas con el tiempo. Lo que parece un hecho es que impulsará una nueva oleada de investigaciones sobre ese planeta que, como le dijo a The New York Times Stewart Johnson, científica planetaria y directora del Laboratorio Johnson Biosignatures de la Universidad de Georgetown, ha sido muy ignorado por la NASA durante mucho tiempo. “Una verdadera lástima”.

En términos concretos, lo que anunciaron este lunes fue la presencia de moléculas de fosfina en las nubes de Venus. Como explica en un comunicado el Observatorio ALMA, este gas sólo es producido en la Tierra de forma industrial o por microbios que logran sobrevivir en ambientes libres de oxígeno. También se puede encontrar en nuestros intestinos, en las heces de tejones y pingüinos, y en algunos gusanos de aguas profundas.

¿Quiere decir esto que hay microbios en las nubes de Venus? No. Los autores encontraron una veintena de moléculas por cada mil millones y aún no tienen muy claro cuál es la fuente que produce la fosfina. Como le dijo al medio estadounidense Matthew Pasek, geocientífico de la Universidad del Sur de Florida en Tampa (EE.UU.), “no comprendemos muy bien de dónde proviene ni cómo se forma”.

Sin embargo, William Bains, bioquímico del MIT y uno de los coautores de los artículos, aseguró que han descartado todas las fuentes de fosfina que no sean “vida”. Otros prefieren esperar con escepticismo, pues sostienen que es posible que el origen sea no biológico.

“Por lo que sabemos”, dijo por su parte Clara Sousa-Silva, astrofísica molecular de la Universidad de Harvard, " solo la vida puede producir fosfina". Pero, como escribieron los autores del artículo, también es cierto que “la detección de fosfina no es una evidencia sólida para la vida, solo para una química anómala e inexplicable”.

Para detectar este gas, los científicos usaron los potentes telescopios que están ubicados en el desierto de Atacama (el Large Millimeter Array, ALMA, para ser precisos). También buscaron signos con el telescopio James Clerk Maxwell, ubicado en Hawai.

“Para nuestro gran alivio las condiciones eran buenas en ALMA para hacer observaciones de seguimiento, mientras que Venus estaba en un ángulo adecuado con respecto a la Tierra. Sin embargo, el procesamiento de los datos fue complicado, ya que ALMA no suele buscar efectos tan sutiles en objetos muy brillantes como Venus”, le dijo al grupo del Observaotrio ALMA Anita Richards, miembro del equipo del Centro Regional ALMA del Reino Unido y de la Universidad de Manchester.

Sousa-Silva, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.), resumió este hallazgo en un par de frases: “¡Encontrar fosfina en Venus fue un regalo inesperado! El descubrimiento plantea muchas preguntas. Por ejemplo, cómo podrían sobrevivir algunos organismos. En la Tierra, algunos microbios pueden hacer frente hasta a un 5% de ácido en su entorno, pero las nubes de Venus están hechas de ácido casi en su totalidad”.

Otra de las razones por las cuales este descubrimiento es valioso es porque para algunos científicos es posible que alguna vez Venus haya estado cubierto de agua y haya permitido la presencia de vida. La teoría ha sido difícil de confirmar por varios motivos. Uno de ellos es porque enviar una misión a Venus ha sido un sueño muy difícil de cumplir: su atmósfera es un verdadero horno capaz de derretir cualquier nave espacial y para medir la fosfina habrá que acercarse a Venus.

Por lo pronto, como apuntó Leonardo Testi, astrónomo de ESO y Director de Operaciones Europeas de ALMA, “confirmar la existencia de vida en la atmósfera de Venus sería un gran avance para la astrobiología (...) Es esencial dar continuidad a este emocionante resultado con estudios teóricos y observacionales con el fin de excluir la posibilidad de que la fosfina en planetas rocosos también pueda tener un origen químico diferente al de la Tierra”.

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