La paradoja del 'huevo o la gallina' fue propuesta por primera vez por los filósofos en la antigua Grecia para describir el problema de determinar la causa y el efecto. Ahora, un equipo de físicos de la Universidad de Queensland y el Instituto NÉEL ha demostrado que, en lo que se refiere a la física cuántica, tanto el huevo como la gallina son los primeros. (Lea: ¿Se acerca una era de artículos de ciencia gratuitos?)
Jacqui Romero, del Centro de Excelencia de ARC para Sistemas de Ingeniería Cuántica explica que en la física cuántica, causa y efecto no siempre es tan sencillo como un evento que causa otro. "La rareza de la mecánica cuántica significa que los eventos pueden suceder sin un orden establecido", dijo.
"Tome el ejemplo de su viaje diario al trabajo, donde viaja en parte en autobús y en tren. Normalmente, tomarías el autobús y luego el tren, o al revés. En nuestro experimento, ambos eventos pueden ocurrir primero", dijo Romero. "Esto se llama 'orden causal indefinido' y no es algo que podamos observar en nuestra vida cotidiana", concluyó.
Fabio Costa, de la Universidad de Queensland, dijo que con este dispositivo el orden de los eventos -transformaciones en la forma de la luz- depende de la polarización. "Al medir la polarización de los fotones a la salida del interruptor cuántico, pudimos mostrar que el orden de las transformaciones en la forma de la luz no estaba establecido", aseguró el experto para Agencia Europa Press.
"Esta es solo una primera prueba de principio, pero a una escala mayor, el orden causal indefinido puede tener aplicaciones prácticas reales, como hacer las computadoras más eficientes o mejorar la comunicación". La investigación fue publicada en Physical Reviews Letters por la American Physical Society.