La marca del sabio Caldas en su celda antes de ser fusilado

Un enamorado de la vida y obra del prócer revisa sus últimos días para valorar el legado que les dejó a los colombianos.

Jesús Antonio Villalobos Rubiano* / Especial para El Espectador
05 de noviembre de 2016 - 02:12 a. m.
Francisco José de Caldas nació en Popayán el 4 de octubre de 1768 y fue fusilado.
Francisco José de Caldas nació en Popayán el 4 de octubre de 1768 y fue fusilado.

El trabajo científico y epistolar de Francisco José de Caldas, doscientos años después de su muerte, es la oportunidad para estudiar aspectos de su vida, rodeados de conjeturas en el campo de la astronomía.  (Lea aquí: Reaparece un manuscrito perdido del sabio Caldas)
 
Caldas fue un adelantado en el campo científico, no contaba con libros actualizados e instrumentos adecuados para la observación astronómica. Compartía su tiempo de investigación con los negocios familiares; situaciones adversas que no lograron menoscabar su genio científico, elogiados de parte de científicos como el prusiano Alexander Von Humboldt y del botánico José Celestino Mutis. 
 
Sus contradicciones de carácter político lo impulsaron a participar después de la independencia de la Nueva Granada en el año de 1810, como capitán de ingenieros de la causa centralista liderada por Antonio Nariño, traductor de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, clara manifestación por parte de Caldas de su espíritu ilustrado. Pero pudo más su abolengo y los lazos familiares que lo unían a su primo Camilo Torres, contradictor y enemigo de Nariño, quien atrincherado en la ciudad de Tunja, lideraba la causa federalista.  
 
Caldas sin miramientos, al encaminarse con Antonio Baraya,[1] como capitán de ingenieros del ejército centralista, antes de lograr una confrontación  pasó a formar parte de las filas de los defensores que promulgaban un sistema proteccionista en lo económico, defensores de la autonomía política de las provincias, conservando la concentración y posesión de las tierras como también de la esclavitud, características fundamentales de los federalistas de aquella época.[2]
 
Pasados los años, esta situación le valió para el momento en que Pablo Morillo retoma el poder del virreinato por parte de España, que Caldas sea señalado como un rebelde, situación que lo obliga a refugiarse en la finca de Paispamba cerca de Popayán, donde finalmente es apresado por el general Sámano, quien lo conduce a Santafé a manos de la jurisdicción del Pacificador venido de España. 
 
Después de un viaje penoso ya en las inmediaciones de La Mesa de Juan Díaz, escribió una carta rogando por su vida al general Español Pascual Enrile, en donde manifestaba su desdén y equivocación de los años en que militó defendiendo los ideales de la Independencia, consagrándole todo su trabajo y conocimiento a favor del monarca español.
 
Ya estando en Santafé, Caldas es puesto a disposición del general Pascual Enrile, segundo al mando del ejército pacificador enviado de España, quien hace caso omiso de las rogativas hechas por Caldas, donde finalmente es puesto preso en el Colegio Mayor del Rosario, claustro utilizado por esos días como cárcel y fuerte por parte del ejército español. 
 
Caldas antes de ir a su inminente fusilamiento deja una marca en la celda del Colegio Mayor del Rosario, haciendo alusión a la letra griega theta, generando todo tipo de especulaciones posteriores. 
 
No hay que olvidar que Caldas era un eminente astrónomo, que conocía los trabajos realizados para describir el perímetro de la tierra realizados por Jorge Juan y Ulloa como de La Condamie y Godin, en 1735 en la Presidencia de Quito, pudiéndola observar sin limitaciones en su estadía en la Provincia de Cuenca, Presidencia de Quito, en julio de 1804. Por tanto, es clara la fascinación por esta constelación que el mismo Juan, identificó con la letra griega Theta. En relación a esta situación caldas escribe en su “Memoria sobre el estado de las quinas en general y en particular sobre la de loja”, lo siguiente:
 
“En Cuenca observé más de cincuenta veces la latitud y el paso de θ Antínoo.” [3] En carta dirigida a José Celestino Mutis, en mayo 6 de 1802, desde Quito, Caldas reveló a Mutis el objetivo científico de un nuevo proyecto. Precisó la posibilidad de realizar una observación astronómica de Orión a partir de los trabajos de Jorge Juan y los demás científicos, teniendo como puntos de referencia la catedral de la Presidencia de Quito y la de la Provincia de Cuenca, constelación identificada por Jorge Juan con la letra griega theta. Caldas en relación a la catedral de Cuenca señaló sus temores sobre la posibilidad de erigir una nueva en lugar de la existente ya que allí se perdería la medida astronómica.[4]
 
Theta Antínoo es la referencia que Caldas dibujó en su celda antes de morir, en donde al parecer quería estar en esta constelación una vez muerto. En relación a Antínoo, la historia cuenta que éste fue compañero de Adriano el emperador romano, incluso se sugiere tuvieron amoríos. Igualmente, en la mitología griega esta estrella también denominada Aquilae, representa a un bello muchacho del cual Zeus se enamora y Zeus como un águila lo rapta. 
 
Se evidencian entonces, las angustias y contradicciones de un ser humano excepcional para su época, que si bien puede ser objeto de críticas y reproches por su comportamiento, sus contradicciones son el crisol de su efervescente espíritu emprendedor, recursivo, investigativo y combativo que marcó diferencia en los hombres de su tiempo.
 
Caldas muere en horas de la mañana, de ocho tiros por la espalda, el 30 de octubre de 1816, bajo el cargo de traición al Rey.
 
* Arquitecto de la Universidad Católica de Colombia, especialista en Gestión y Planificación del Desarrollo Urbano-Regional, de la Escuela Superior de Administración Pública ESAP, magíster en Sociología Urbana de la Universidad Nacional de Colombia, profesor de Teoría e Historia del Hábitat Doméstico y Teoría e Historia del Ambiente Urbano de la Universidad Antonio Nariño. Trabaja en la Dirección de Planes Maestros y Complementarios de la Secretaría Distrital de Planeación. 
 
Notas
 
[1] En Colciencias-Forum. 1994. Caldas 1768-1816. Francisco Joseph de Caldas Y Thenorio. Molinos Velásquez Editores. Arias de Greiff, Jorge. “Caldas: Inquietudes, proyectos y tragedias”.
 
[2] En su carta No. 39 del 20 de julio de 1801, dirigida a Santiago Arroyo hace referencia a su distancia y desagrado sobre los filósofos que el mismo dice “modernos”, filósofos que motivaron con sus escritos la revolución francesa: “Se nos ha querido atribuir las impiedades y demás delirios de Voltaire, Diderot y Rousseau, etc;(…)”.
 
[3] Universidad Nacional de Colombia. Memoria sobre el estado de las quinas en general y en particular sobre la de loja.  Obras completas de Francisco José de Caldas. Publicadas por la Universidad Nacional de Colombia como homenaje con motivo del sesquicentenario de su muerte. 1816 octubre 1966. Bogotá, Imprenta Nacional. Página No. 278.
 
[4] Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Cartas de Caldas. Bogotá, Colombia 1978. Ver página 174 a 180 de la carta N°.65, dirigida a José Celestino Mutis septiembre 28 de 1804. En el archivo epistolar de Mutis titulado: “Cartas al sabio Mutis”, se encuentra esta carta. Páginas 102 a 106. Las notas 4 y 5 de esta carta son muy sugerentes en relación a la preferencia de Caldas por la constelación de Orión y de Antínoo, denominación anterior y que hoy se conoce como la del Águila.
 

Por Jesús Antonio Villalobos Rubiano* / Especial para El Espectador

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