:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/w2eL9tIwRAAsnLTnIXWio3PfqwE=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/JI6KQHFT45FG3N3MHIPTAYYXUY.jpg)
Esta noche se puede ver un fenómeno astronómico que no ha contemplado ningún ser humano actualmente vivo sobre la Tierra; la luminosa superluna que este miércoles se posará sobre el cielo obedece a la aparición de fenómenos que no coincidían desde 1866, contó a Efe la astrónoma mexicana Brenda Arias. (Lea: La superluna azul de sangre se aprovechará para hacer ciencia lunar)
Hoy coincidirán en el tiempo la segunda luna llena del mes -denominada luna azul- con un eclipse que ya tiñó de rojo la superficie lunar en la madrugada, generando un acontecimiento astronómico que, según la experta, habla también de la pequeñez del ser humano ante la inmensidad del universo.
Estos fenómenos han sucedido a lo largo de la historia del Sistema Solar, solo que no había seres humanos para observarlos, algo que evidencia las vetustas entrañas del universo (alrededor de 13.700 millones de años) si lo comparamos con la corta existencia de la humanidad (unos 300.000 años para nuestra especie, Homo sapiens).
"La superluna se da cuando tenemos luna llena y además esta se encuentra a la distancia más corta que puede haber entre la Luna y la Tierra. Por eso podemos verla más grande y brillante, porque está más cerca", precisó.
Sumándole que es la segunda del mes y el eclipse que cubrió con un manto rojo la Luna la pasada madrugada, el de este miércoles se trata de un evento que "genera muchas expectativas".
La académica del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) quiso aclarar que el nombre "luna azul" no tiene nada que ver con el color, ya que hace referencia al momento en se da por segunda vez la luna llena en un mismo mes, como es el caso.
Aun así, se mostró entusiasmada con que "este tipo de fenómenos tengan en nuestra sociedad un impacto tan fuerte porque nos demuestra que la ciencia y la astronomía están muy en el corazón de los seres humanos".
Para ejemplificarlo hizo mención a las antiguas civilizaciones maya y azteca, que "eran extraordinarios observadores del cielo y por supuesto medían este tipo de fenómenos".
La superluna de este miércoles 31 de enero no otorga ningún conocimiento científico ni genera ningún cambio en la atmósfera o placas tectónicas, algo que la experta enfatizó ya que en los últimos días circuló por redes sociales el rumor de que podían entrar en erupción ciertos volcanes, algo que es totalmente falso ya que "no hay ninguna relación entre un fenómeno y otro".
"Es más bien un evento que permite a todos, porque ni siquiera necesitamos telescopio o binoculares, disfrutar de este fenómeno de la naturaleza", manifestó.
Los astrólogos afirman que esta "luna de sangre" provoca cambios drásticos en el comportamiento de la gente, algo que la ciencia desmiente por completo. "Científicamente sabemos que un eclipse no es más que la sombra que le genera la Tierra a la Luna", aseguró la experta.
El eclipse de luna se da cuando el Sol, la Tierra y la Luna se alinean y nuestro planeta proyecta una sombra en su satélite natural, dotándolo de un color rojizo que ha hecho que con los años se le bautice como luna de sangre o luna roja.
Eventos inusuales como el de hoy pueden pronosticarse "con pura matemática", calculando cuál es la velocidad de la Luna alrededor de la Tierra y de la Tierra alrededor del Sol para así saber cuándo sucederán otros eclipses que coincidan con la luna azul.
Por lo pronto, 152 años después de que se le viera por última vez, una luna exuberante podrá contemplarse suspendida en el cielo durante toda la noche regalando un deleite para la vista y, de paso, una reflexión sobre la existencia humana.