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La explicación al por qué ciertos rasgos corporales son preferibles a otros a la hora de buscar pareja es un asunto que intriga a la ciencia desde hace mucho tiempo. Thomas Versluys, Robert Foley y William Skylark, de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, tienen una nueva pista para entender la atracción femenina por ciertos cuerpos masculinos más que otros.
“El atractivo tiene un impacto sustancial en el bienestar humano, y las personas más atractivas son percibidas como más sociables, inteligentes y saludables que sus contrapartes menos atractivas. Este conjunto de atributos positivos, conocido como 'el efecto halo', podría tener implicaciones significativas para los resultados de la vida, porque el atractivo se correlaciona positivamente con las perspectivas laborales, los salarios, las decisiones judiciales, los resultados electorales, la estabilidad del matrimonio y la fecundidad biológica”, explicaron en su trabajo publicado en la revista de la Royal Society.
Trabajos previos a los de Versluys y su grupo habían indicado que para las mujeres podía existir una relación bastante oculta, pero poderosa, entre el deseo y la proporción piernas/cuerpo del hombre. Para responder este interrogante, los investigadores recopilaron proporciones corporales promedio de aproximadamente 9.000 hombres en el ejército de los EE. UU. Con estos datos a mano, crearon imágenes para alimentar un modelo computacional. Las imágenes variaban en tres aspectos: relación piernas/cuerpo, relación brazo/cuerpo y la localización de las articulaciones en las extremidades.
El siguiente paso de la investigación consistió en pedir a unas 800 mujeres heterosexuales de Estados Unidos que evaluaran el atractivo de cada imagen. Los resultados demuestran que la proporción de las piernas y el cuerpo sí juegan un rol a la hora de elegir pareja por parte de las mujeres. “Existe una clara preferencia por los hombre con una proporción de pierna/cuerpo aproximadamente 0.3-0.5 desviaciones por encima de la media”, concluyeron los investigadores y de paso descartaron que el tamaño de los brazos tenga alguna preponderancia en el atractivo.
“Tomados en conjunto, nuestros resultados se suman a la creciente evidencia de que la variación de las extremidades influye en aspectos del bienestar humano, desde la elección del compañero hasta las perspectivas de empleo y los resultados médicos, y también ofrece información sobre el papel de las proporciones de las extremidades en la historia evolutiva”, escribieron los tres científicos.