Por primera vez un hombre cruza el canal de la Mancha en una tabla voladora

Franky Zapata, apodado el “hombre volador”, logró este domingo una hazaña que no había podido cumplir: atravesar ese canal en 20 minutos a bordo de su flyboard.

AFP
05 de agosto de 2019 - 03:12 p. m.
Franky Zapara durante su vuelo sobre el canal de la Mancha. / AFP
Franky Zapara durante su vuelo sobre el canal de la Mancha. / AFP

Franky Zapata, apodado el "hombre volador", logró este domingo su hazaña de cruzar el canal de la Mancha a bordo de su "Flyboard" en unos 20 minutos, tras una breve parada en un barco para repostar en queroseno. (Lea Científicos crearon lentes de contacto que hacen "zoom-in" al parpadear)

Este francés de 40 años despegó hacia las 08H15 (06H15 GMT) a bordo de su tabla voladora desde la playa de Sangatte, en el norte de Francia, en medio de un ruido ensordecedor y bajo la mirada de cientos de curiosos. (Lea Un cáncer transmisible se ha convertido en un parásito del perro)

Vestido de negro, con arnés y casco, despegó rumbo a la bahía de St Margaret, en el sur de Inglaterra, donde aterrizó 22 minutos más tarde, tras sobrevolar el canal a entre 15 y 20 metros de altura, convirtiéndose en el primer hombre en cruzar el canal de la Mancha a bordo de una tabla voladora.

Durante la travesía, se posó durante unos momentos en un barco, en aguas francesas, para cambiarse la mochila, en la que llevaba el queroseno necesario para que su aparato funcionara.

El aterrizaje en ese barco "fue complicado, todavía se movía bastante, no logré posarme a la primera pero lo hice al segundo intento”, explicó a la prensa tras haber vuelto a Francia. Una vez se posó sobre la plataforma de abastecimiento, "sabía que había hecho lo más difícil", declaró.

Luego volvió a despegar hacia las costas británicas, donde aterrizó tras haber recorrido los 35 km del estrecho, de pie sobre su máquina voladora dotada de cinco turborreactores de aire que permiten despegar y avanzar a hasta 190 km/h, con una autonomía de unos diez minutos.

A su llegada a las costas británicas, Zapata levantó el puño y se abrazó a uno de sus colaboradores.

"Veía Inglaterra que se iba acercando e intenté disfrutar para no pensar en el dolor. ¡Las piernas me quemaban!", aseguró Zapata, justo después de aterrizar, añadiendo que se trataba de un "trabajo de equipo".

"Creo que no estuve lejos de mi límite", admitió más tarde en una rueda de prensa en Sangatte, en el norte de Francia.

Zapata, quien dijo que se sentía "cansado" y necesitaba unas vacaciones, aseguró que ya tiene otros desafíos en mente, como terminar su "coche volador".

"Quiero volar a 2.000 metros y volar por encima de las nubes. ¡Es la próxima etapa!", declaró a la AFP. "¡Me siento bien, feliz y afortunado!".

El 25 de julio, 110 años después del éxito del francés Louis Blériot, primer aviador en atravesar la Mancha, Zapata se lanzó desde el mismo lugar con su invención. Sin embargo, pocos minutos después de entrar en aguas inglesas cayó al agua, tras golpear levemente la plataforma del barco de abastecimiento donde intentaba posarse.

Esta vez, el barco de aprovisionamiento era más grande y tenía una zona de aterrizaje más amplia, y estaba situado en aguas francesas. "Si uno se rinde al primer intento, nunca consigue nada. No hay ningún problema en fracasar, pero hay que fracasar teniendo la conciencia tranquila, habiéndose entregado al 200%", afirmó, emocionado.

Con la primera tentativa, Zapata y su empresa lograron cierto eco mediático, aprovechando la espectacular intervención que realizó unos días antes durante la Fiesta Nacional francesa, el 14 de julio, al volar a varios metros del suelo durante el desfile militar en los Campos Elíseos de París.

"Felicitación @frankyzapata! (...) Con esta nueva hazaña, usted continúa superando los límites de la innovación militar francesa. Es un orgullo y una inspiración para todos y todas, gracias!", reaccionó la noche de este domingo en Twitter el presidente Emmanuel Macron.

Su invento fue expuesto a finales de 2018 en el Foro Innovación de la Defensa de París. Las fuerzas especiales franceses se han interesado por esta plataforma voladora, viendo en ella "un potencial uso en las operaciones especiales en zonas urbanas".

Desde diciembre de 2018, su empresa Z-AIR cuenta con una subvención de 1,3 millones de euros del Ministerio francés de Defensa para desarrollar una nueva turbina que pueda ser impresa en 3D.

 

 

Por AFP

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