Premio por transformar realidades complejas

El Colectivo de Comunicaciones de los Montes de María y la Fundación del Monte Tabor recibieron el galardón a la solidaridad otorgado por la Fundación Alejandro Ángel Escobar en la versión número 65 de sus reconocidos premios.

14 de octubre de 2020 - 02:00 a. m.
Niños en el río Guajui Guapi, en el municipio de Guapi (Cauca), observan el barco hospital San Raffaele.
Niños en el río Guajui Guapi, en el municipio de Guapi (Cauca), observan el barco hospital San Raffaele.

Este 2020 se cumplen 65 años de los Premios Alejandro Ángel Escobar en Ciencia y Solidaridad, uno de los galardones más prestigiosos en el mundo científico colombiano. Esta vez, ante la imposibilidad de realizar la tradicional ceremonia de premiación debido a la pandemia del COVID-19, la Fundación Alejandro Ángel Escobar anunció que daría a conocer “las valiosas investigaciones e impresionantes iniciativas de solidaridad ganadoras” a través de medios de comunicación y redes sociales en el transcurso de esta semana.

Solidaridad fue la primera categoría premiada. Según los jurados, el galardón se entregó a instituciones que se destacan porque “realizan labores complejas, transformando realidades complejas”. El Colectivo de Comunicaciones de los Montes de María Línea 21 y la Fundación Italocolombiana del Monte Tabor recibieron este reconocimiento. La Fundación Piel para Renacer se quedó con la Mención de Honor.

“Nuestra organización es una escuela sin paredes”, dicen desde el Colectivo de Comunicaciones de los Montes de María, un proyecto que nació hace 26 años en una banca rota de un parque de El Carmen de Bolívar, bajo la sombra de un grupo de comunicadores, maestros, líderes comunitarios y gestores culturales con el fin de “hacerle el quite a la guerra”.

Desde entonces, se propusieron narrar la realidad de su territorio para apoyar la construcción de ciudadanía, defender y proteger los derechos humanos, la memoria, la participación y la identidad. La producción y la realización audiovisual se convirtieron en sus aliadas claves para reparar, reconstruir, reconciliar, resistir y re-existir, para convencerse de que la transformación era (y sigue siendo) posible.

“Cuando la guerra llegó y mandó a callar, dejamos de ser personas con memoria y con sueños para convertirnos en las cifras en el boletín de la guerra y sus intereses. En nuestro territorio urgía contarle al mundo lo que nos estaba pasando desde nuestras propias voces, necesitábamos hablar y ser escuchados”, señalan. Ahora han creado más de 18 colectivos infantiles, juveniles, femeninos y campesinos para narrar la memoria. Han instalado seis centros comunitarios de producción y realización audiovisual, lanzaron el Festival Audiovisual de los Montes de María y tienen una cinemateca con más de 120 producciones locales. Sus esfuerzos por promover espacios de comunicación alternativos y proyectos de comunicación autónomos les hicieron merecedores de este galardón.

En la otra costa del país, bordeando el océano Pacífico, se encuentra la Fundación Italocolombiana del Monte Tabor, una organización sin ánimo de lucro creada en el año 2008 con el fin de ayudar a mejorar las condiciones de salud en las comunidades más olvidadas del litoral Pacífico colombiano, en los departamentos de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño.

A través de un barco hospital, de 28 metros, prestan servicios de salud de calidad, teniendo en cuenta las costumbres y prácticas ancestrales de las comunidades afrodescendientes e indígenas que se encuentran en los territorios. En 10 años han realizado 71 misiones y han beneficiado a 82.948 personas. También han capacitado a 492 parteras y 451 madres comunitarias en salud sexual reproductiva y violencia basada en género. “Esta iniciativa es la única forma de llevar medicina y especialistas a una zona tan necesitada y tan apartada como la costa Pacífica colombiana”, señalan desde la Fundación. “Por esta razón, en junio de 2009, en la ciudad de Buenaventura, se llevó a cabo la inauguración del primer barco hospital en Colombia, el barco hospital San Raffaele, equipado para brindar atención en medicina general y especializada con enfoque familiar, consulta externa especializada en pediatría, medicina interna, odontología general, servicios de ginecoobstetricia y servicios de cirugía de ginecoobstetricia, general y cirugía pediátrica. Con este proyecto hemos beneficiado a alrededor de 84 mil personas en más de 10 años de trabajo”. Asimismo, han implementado una estrategia etnocultural para que el equipo médico preste sus servicios bajo el reconocimiento de la cultura y las prácticas ancestrales del territorio.

Finalmente, la Mención de Honor de esta categoría fue entregada a Piel para Renacer-Fundación del Quemado, una ONG que lleva 25 años prestando atención y servicios de rehabilitación integral a personas que han sufrido traumas por quemaduras y que no tienen cobertura en salud o que, teniéndola, no reciben atención.

Esta organización fue también la fundadora del primer banco de piel del país y cuenta con un equipo especializado de profesionales en cirugía plástica, psicología, terapia física, terapia ocupacional y trabajo social. En sus 24 años de servicio han realizado 2.917 cirugías a 1.681 pacientes.

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