Una macabra tesis doctoral sobre tatuajes

Tras analizar tatuajes de 800 presos de un campo de concentración, un médico nazi publicó un criticado libro que hoy venden por $3 millones.

Redacción VIVIR
30 de diciembre de 2017 - 01:31 a. m.
Prisionero de Buchenwald posando para Wagner / USM Books
Prisionero de Buchenwald posando para Wagner / USM Books

No se habla sobre los perversos tatuajes del Holocausto. De ese número en el antebrazo de los prisioneros nazis que les daba la bienvenida a un campo de concentración. Se estima que entre 15 y 20 millones de personas murieron o estuvieron internadas en aquellos sitios y que todas fueron marcadas así. Judíos, gitanos, homosexuales y opositores de Adolf Hitler llevaron en sus pieles esa inscripción. Para algunos era un tatuaje más en la piel, aunque uno muy cruel que servía como identificación de ganado.

Los tatuajes que llevaban los prisioneros iban desde mariposas en la frente, órganos sexuales o mujeres desnudas, hasta Mickey Mouse, el célebre personaje de Walt Disney. Así lo muestran las fotografías de Sobre el tema del tatuaje, un libro que la empresa estadounidense USM Books, dedicada a coleccionar material nazi, acaba de poner a la venta por US$995, casi $3 millones. Ese material posiblemente sea la tesis doctoral más perversa de la historia.

La escribió Erich Wagner, el médico nazi, que se obsesionó con las figuras que llevaban en la piel los presos del sistema de campos de Buchenwald, en Alemania. Un centro en el que fueron asesinadas unas 56.000 personas desde su apertura en 1937 hasta su liberación en 1945. Su idea era encontrar un vínculo entre la criminalidad y los tatuajes.

Por eso analizó los dibujos en la piel de 800 presos del campo y los relacionó con la raza y la nacionalidad, la educación y el pasado criminal que tenían. En ese proceso, Wagner los llevaba a su consultorio y ordenaba que les tomaran fotos mientras estaban desnudos, de pie y con la mirada perdida, como aparecen en el ejemplar original, compuesto por 51 páginas ilustradas con 30 imágenes.

Hasta ahí suena común y corriente. El problema es que después de retratarlos, ninguno salía con vida. “No es arriesgado asumir que todos los hombres que acudieron a su consultorio fueron liquidados por él en el edificio del hospital”, contó un sobreviviente austríaco llamado Gustav Wegerer, después de la liberación del campo.

Aunque eso no era todo. Wagner se aseguraba de guardar el pedazo de la piel tatuada para exhibirlo en la sección de patología de Buchenwald, una especie de museo en el que los miembros de la SS estaban autorizados a entrar para ver los tesoros recogidos en el campo, asegura el portal de USM Books.

El libro de los tatuajes es la única prueba de esa investigación. Un trabajo por el que Wagner, con apenas 28 años de edad, recibió grandes elogios y el título oficial de doctor en medicina de la Universidad Friedrich Schiller de Jena, en Alemania. En esa misma universidad, sobre una estantería de la biblioteca, reposa otro ejemplar de la tesis.

Allí lo encontró el dermatólogo alemán Peter Elsner, para quien “la autoría científica de la tesis es cuestionable”, como escribió en la revista científica Journal of the German Society of Dermatology. Aunque esa no es la única crítica que ha recibido la tesis macabra de Wagner.

Años después de la liberación de Bunchenwald, el escritor médico Paul Grünwald reveló que, durante su reclusión en el campo, él mismo había diseñado el cuestionario de los 800 prisioneros por orden del médico. Además de que los había interrogado, recopilado los datos y redactado Sobre el tema del tatuaje tal y como se conoce. Y mientras él se encargaba de todo el trabajo, Wagner sólo se cercioraba de que los tatuajes más bonitos fueran bien retratados. Lo que da mucho más de qué hablar sobre el nazi. Su tesis, la más perversa de la historia, sería un trabajo plagiado.

Pero no se habla mucho de este personaje, ni de las penas que debió haber pagado. Se sabe que Wagner fue arrestado por el ejército estadounidense en 1945, al acabarse la Segunda Guerra Mundial, pero escapó. Que vivió unos años escondido en la Selva Negra, al suroeste de Alemania, hasta que volvieron a detenerlo. Y que frustró todo tipo de juicio porque el 22 de marzo de 1959 se suicidó.

Detalle de tatuajes de personajes célebres/ USM Books

Por Redacción VIVIR

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