Con motivo de la celebración de los 130 años de la Escuela, se presenta una muestra de ejercicios en la que se evidencian dos procesos de aprendizaje constitutivos de dicha institución: el dibujo y la copia. Quienes ingresen a la sala República de Colombia encontrarán módulos con papeles y lápices para dibujar diferentes obras de artistas como Epifanio Garay, Coriolano Leudo y Ricardo Acevedo Bernal, entre otros.
Los dibujos serán escaneados y publicados en la página web del Museo Nacional de Colombia.
El 1º de diciembre de 1886 se inauguró la primera exposición de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Con motivo de la celebración de sus 130 años, en este diálogo se presenta una muestra de ejercicios en la que se evidencian dos procesos de aprendizaje constitutivos de dicha institución: el dibujo y la copia. Para los artistas, llegar a exhibir sus obras implicaba haber asimilado las técnicas aprendidas en un proceso minucioso y estricto de formación. En los dibujos y las copias aquí expuestos es posible ver la variedad y la riqueza plástica, como efecto de la enseñanza de la Escuela, buscadas por maestros y alumnos. Esto forma parte de la estructura que definió una educación particular, para asegurar la profesionalización en el campo de las artes plásticas. Como autoridad para la enseñanza del arte, la Escuela se estructuró a partir de cánones, criterios y preceptos académicos copiados de sus referentes europeos, en los que las piedras angulares eran la habilidad técnica del dibujo y la imitación precisa de las obras tanto de los grandes maestros como de la naturaleza.
¿Cómo se aprendía en la Escuela Nacional de Bellas Artes?
Para hacernos una idea de las clases que tomaban los alumnos de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Colombia y las alumnas de la “Sección de Señoritas”, podemos hojear las publicaciones de los Laureados del Concurso de la Escuela. En los años 1912 y 1913, por ejemplo, encontramos premios para alumnos de las clases de pintura, dibujo, escultura, paisaje, ornamentación, acuarela, geometría y perspectiva, y las alumnas de las clases de dibujo, escultura, pintura y paisaje. Y los trabajos ganadores estaban dedicados a temas que retoman la antigüedad clásica y las tradiciones grecolatinas, como cabezas de Agripa, Apolo y Bruto, el torso del Laocoonte y de Belvedere, o la Venus de Milo, o temas representados del natural, como cabezas de hombres y niños, elementos arquitectónicos, obras preexistentes, estatuas y yesos.
A diferencia de la sección masculina, dedicada a la representación de temas clásicos, religiosos y de cuerpos del natural, en la sección femenina se premian, además de los estudios de cabezas humanas, otros motivos, como la naturaleza muerta y la pintura de flores y frutas, temas tradicionalmente asociados al quehacer pictórico femenino debido a las restricciones temáticas que se imponían a las mujeres artistas. Aun con este tipo de limitaciones, en el contexto más general de la historia de la educación en Colombia, la Escuela fue de gran importancia para la formación profesional de las mujeres en general y en las artes en particular.