El Magazín Cultural

Alexis García-Ahumada: “Simbolizar lo que nos amenaza con destruirnos desde el terror"

El poeta antioqueño, quien presenta este 14 de septiembre su más reciente trabajo en la Universidad de Medellín, en el marco de la Fiesta del libro, dice que por intuiciones ha llegado a los autores que ama, por intuiciones se he vinculado a las pocas personas que le han apoyado. La intuición es el lenguaje del destino.

Óscar Jairo González Hernández
12 de septiembre de 2018 - 03:40 p. m.
Alexis García-Ahumada, quien presenta su más reciente libro, Raíces de la nada.  / Coretsía
Alexis García-Ahumada, quien presenta su más reciente libro, Raíces de la nada. / Coretsía

 

¿Qué es para usted ser poeta y cómo y desde dónde lo lleva a su mayor momento de realización y realidad?

Ser poeta es tanto una condición humana general, la posibilidad de asombro, de angustia, de curiosidad ante el mundo, como un sentir individual, no todo nos asombra, angustia o nos causa curiosidad.

Es también una forma de acercarse a los fenómenos, es una cierta manera de sentirlos que no tiene aún una definición precisa y que permite ver algo más de lo que está ahí ante nosotros en su desnudez material. Todo poeta es simbolista, aunque no lo quiera. Todo poeta es sabio, aunque su sabiduría esté equivocada. Todo poeta es un espejo del universo. Poeta es aquel que asume la tarea que el común de los humanos rechaza, la de vivir en la conmoción. El poeta le puede temer a los rayos, pero no deja de ver en ellos resplandores divinos.

La poesía, como la otra cara que es de la filosofía, hace parte de esa tarea iniciada por los griegos, la de conocernos a nosotros mismos. Nos permite jugar con la imagen de lo que somos y en ese juego, como con todo juego, aprendemos algo, y ese algo es lo particular de nuestra existencia inscrito en lo universal.

¿Cómo y por qué siente y sabe usted que la poesía es necesaria y esencial, para el desarrollo de la formación del ser humano y sí le da sentido o no  a su existencia?

La poesía es esencial porque es ella la que permite distorsionar la imagen que tenemos del mundo para crearnos otra.

En el programador de computadoras y diseñador de robots veo a los nuevos poetas, a los nuevos demiurgos que con la materia crean vidas cibernéticas. Hoy la belleza no solo se encuentra en las artes tradicionales, también lo está en las que usan el código binario.

¿Qué tiene que ver esto con el poeta tradicional? Que sus sueños más oscuros y hermosos ahora están cobrando vida. La ciencia de hoy hace lo que la alquimia soñaba ayer.

¿En su técnica o método de creación poética, que intervención tienen y qué poder le da y le concede a la intuición y a las sensaciones?

La intuición es lo esencial, por intuiciones he llegado a los autores que amo, por intuiciones me he vinculado a las pocas personas que me han apoyado, que la han aportado un poco de belleza mi existencia. La intuición es el lenguaje del destino.

La intuición en el arte es primordial, solo que por mucho tiempo no la escuche y antes bien, negué sus llamados. No le quise abrir la puerta cuando tocó en la noche. Con el tiempo es que he afinado el oído para escucharla su canto de búho.

La intuición obra en nosotros, hijos de los románticos, suplantando a la técnica tradicional que tenía unas respuestas para las preguntas del novicio. La métrica, en la poesía, ha vuelto a ser lo que fue en los inicios del hombre primitivo, un canto nacido desde el fondo de las entrañas.

Con grandes esfuerzos nos construimos una técnica personal, asumimos nuestros errores y derrotas, nos levantamos más vigorosos y lanzamos nuestras inmundicias metamorfoseadas en poesía.

¿Podría indicarnos tres principios básicos y nodales que cubren y poseen su poética y como los involucra en su poesía e indicarnos el por qué?

1. Asombro permanente.

2. Juego con las formas que nos han sido entregadas por nuestros predecesores.

3. Tensión moral.

Estos tres principios se entrelazan alterándose los unos a los otros. Lo moral provoca asombro, el crimen impune y absurdo no puede pasar como parte de lo cotidiano, tiene que ser cuestionado. De esas preguntas que nos hacemos frente a él tiene que nacer una serie de palabras que podamos articular, ya sea en forma de verso, prosa o cine, debemos jugar con eso que nos asombra y nos causa miedo. Simbolizar lo que amenaza con destruirnos desde el terror y poderío enfermizo. Lo moral no se resume solo en el dictar conductas o aprobarlas, es la permanente tensión del propio ser debido a las respuestas que nunca llegan, a los deseos irrealizados y al continuo sufrimiento que la vida nos entrega a domicilio y sin esperarlo.

Se debe jugar con las palabras, en el caso del poeta, como lo hacía Lewis Carroll en Alicia, y no solo para demostrar conocimientos y habilidades, sino para desmontar las verdades que nos han impuesto, tanto morales como estéticas.

¿Cómo y desde dónde median y se incrustan en su poesía, las relaciones con el misterio de la naturaleza o no y por qué?

En la medida en que somos animales, homos sapiens, hacemos parte de eso que hemos llamado naturaleza, somos ella. El biólogo y el físico desean en el fondo de su obrar, lo mismo que el filósofo, entenderse a sí mismos.

La naturaleza es misteriosa, no porque detrás suyo esté un creador, sino porque nuestras limitaciones temporales y epistemológicas nos impiden conocerla en su amplitud, y la imposibilidad de conocerla es imposibilidad de conocernos a nosotros mismos. La tarea aquella de conócete a ti mismo, es un permanente y soberano fracaso.

 

Por Óscar Jairo González Hernández

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