Melissa Gaona, bailarina del Ballet Nacional de Panamá, siguiendo con las rutinas y clases básicas desde casa. / Cortesía
La verdad llevaba varios días, podría decir que semanas sin estar en una clase de ballet. Cuando llegaba a casa, luego del trabajo o de la universidad, hacía uno que otro ejercicio de fortalecimiento y de flexibilidad para mantenerme en forma. Me conformaba con esto, aunque sentía que me mentía, no es lo mismo hacer uno que otro ejercicio que ir a las dieciséis horas por semana a las que ya estaba acostumbrada.
Por Laura Valeria López Guzmán / @Lauravalerialo
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