El Magazín Cultural

Apuntes para una historia de la danza contemporánea en Colombia

El presente texto es un resumen, basado en la revisión de fuentes documentales, que hace un recorrido por más de cuarenta años de la presencia de este arte en el país.

Raúl Parra Gaitán*
07 de agosto de 2017 - 07:47 p. m.
Según algunos textos, se comienza a hablar más extensamente de este género a comienzos de los años 80. /Archivo
Según algunos textos, se comienza a hablar más extensamente de este género a comienzos de los años 80. /Archivo

La historia de la danza contemporánea en Colombia está en proceso de construcción, desde diferentes ángulos y con diferentes perspectivas, algunos documentos de reciente aparición en heterogéneos formatos buscan recuperar la memoria de este arte. El presente texto es un resumen, basado en la revisión de fuentes documentales, que hace un recorrido por más de cuarenta años de la presencia de este arte en el país. Esta es una compilación cronológica de escuelas o academias, grupos y compañías de danza que da relevancia a los diferentes festivales en el desarrollo de la danza contemporánea en el país.

Según algunos textos, se comienza a hablar más extensamente de este género a comienzos de los años 80. Aunque, en los años setenta, algunas academias de danza cuentan ocasionalmente con profesores extranjeros de modern dance, solamente a mediados de esta década se funda la primera de las escuelas que prioriza el estudio de algunas de estas técnicas. El Estudio (1973-1988), dirigido por la rumana Irina Brechel y el colombiano Rafael Sarmiento, iniciará en técnicas modernas a bailarines como Peter Palacio, Carlos Jaramillo, Sonia Ryma, Martha Ruiz, entre otros.

Paralelamente, con la llegada a Colombia (1976-1982) de la argentina Cuca Taburelli se continua este impulso inicial de formación técnica de la que podríamos llamar como primera generación de bailarines modernos del país. La maestra proporciona una formación en Graham y jazz, así como en improvisación y creación, realizando las primeras coreografías colombianas en este género, ejemplo de lo anterior es la pieza Preludio para un final (1981), estrenada en el Teatro Nacional.

Desde los años cincuenta, las escuelas y academias de danza y de ballet, oficiales y privadas proveerán de bailarines a la danza de todo el país, entre las que podemos destacar: Academia Nacional de Danza (Bogotá, 1946-1958), Academia de Ballet de Lilian Stevanovich (Medellín, 1948-1954), Escuela Departamental de Danza (Cali, 1955), Academia de Ballet Ana Pavlova (Bogotá, 1961-) y la Escuela Distrital de Ballet Clásico (1987-2004). En Bogotá la Escuela Distrital de Danza, dirigida por Estela Sandoval (Ballet Cordillera), donde la formación basaba sus estudios en danza interpretativa, en la línea de Isadora Duncan, para la interpretación de la danza folklórica colombiana, se conforma el grupo de danza moderna Zaman-Ek, dirigida por Yesid Carranza. Sus integrantes Carlos Latorre, Jorge Tovar, Gino Peñuela, Leyla Castillo, Raúl Parra van a crear posteriormente grupos de danza moderna, participando activamente del movimiento de los años 90.

En general, y gracias a la formación técnica de muchas de las academias privadas de danza clásica y moderna, así como de los ballets folklóricos (Sonia Osorio y Jaime Orozco) algunos bailarines llegarán a la danza moderna. Sin embargo, frente a la escasa formación en este “estilo” existente en el país, en los años 80, llevará a gran número de bailarines a buscar escuelas en el extranjero para complementar su formación. El Martha Graham School de Nueva York será la preferida durante este periodo. Luego de estos estudios, aquellos que regresaron a lo largo de los años ochenta fundan academias y abren espacios para la danza especialmente en Bogotá. La escuela Triknia Kabelioz, dirigida por Carlos Jaramillo y Sonia Ryma, se convierte en un importante centro del movimiento de danza de esta década, cuya formación corporal se centra en técnicas modernas (Graham, Jazz), así como un curso de experimentación basado en el movimiento afrocolombiano. Este curso, conocido como étnico, daba relevancia a la búsqueda de una forma de movimiento danzado de corte nacionalista, así como a la improvisación que la música de percusión, utilizada para la clase, proponía. En este periodo es claro que tanto la formación técnica, como la creación coreográfica obedecen a parámetros propios de la modernidad en danza, como son los de la utilización de códigos de movimiento, desarrollo de la narración e importancia otorgada a la representación.

De la misma manera en esta década, grupos y pequeñas compañías independientes de danza aparecerán a lo largo del país. En Bogotá: Triknia Kabhelioz de Carlos Jaramillo, Deuxalamori de Álvaro Fuentes, Athanor Danza de Álvaro Restrepo, Muñecos y Tambores de Federico Restrepo, Zajana Quin de Jorge Tovar, Danza Experimental Contemporánea de Katy Chamorro; en Cali: Gaudere Danza de Elsa Valbuena; en Bucaramanga: Grupo experimental de teatro-danza DICAS dirigido por Sonia Arias; en Barranquilla: Grupo Koré de Mónica Gontovnick.

Podríamos decir que uno de los factores que han ayudado a la difusión de la danza contemporánea en el país son los festivales, encuentros o temporadas, los cuales se han organizado como una de las formas más importantes para la circulación de la danza escénica. Las calles, las plazas, las paredes de edificio, etc., en fin, diferentes escenarios que acercan esta manifestación al gran público y que la desacralizan, al sacarla de los “templos del arte”. Los festivales en general han utilizado estos espacios alternativos para llamar al gran público, pero también para dar a conocer manifestaciones a las cuales no se está acostumbrado a observar, como es el caso de la danza contemporánea. Algunos festivales organizados generalmente por instituciones gubernamentales, han realizado varios de estos eventos para la circulación de la creación en danza en nuestro país.

Uno de ellos es el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá FITB, que desde 1988 se impone como una de las vitrinas más ejemplares para el desarrollo de la danza contemporánea en Colombia. No solamente con la presentación de compañías nacionales e internacionales de danza, sino que a lo largo de todas sus versiones este festival ha incluido dentro de la programación de “eventos especiales”, talleres, charlas, conferencias y seminarios dirigidos a los bailarines y coreógrafos del país.

Entre 1987 y 1990 se realiza el Festival de Nacional de Danza Contemporánea: realizado por la Contraloría General de la República, en el auditorio Crisanto Luque, primer festival sobre éste género que se conoce en el país. Dirigido por Marithza García (directora general del auditorio), este evento promueve la formación y consolidación de agrupaciones de todo el país como: Triknia Kabhelioz, Deuxalamori, Katy Chamorro, Dicas, Zajana Quin, Koré, Adra, Danza Concierto, entre otros. En la cuarta y última versión el festival presenta una muestra internacional con invitados de: Argentina (El Descueve), Cuba (Danza Abierta), Ecuador (Bailejos, Danza y Movimiento, y Frente de la Danza Independiente), México (Barro Rojo) y Suiza (Dance Music Light Company). Este festival se termina por el cambio en las políticas de la Contraloría General de la República, la cual considera que los recursos deben ser aportados por otros entes oficiales más acordes con las actividades culturales.

De otro lado es importante señalar la gestión hecha por el coreógrafo Álvaro Restrepo tanto en Colcultura y en la Academia Superior de Artes de Bogotá (ASAB), ya que marca el ingreso de la danza en las instituciones públicas. Los talleres, encuentros, becas y otros organizados por él hacen parte de su gran influencia en los sectores culturales y políticos del país. Como director de artes de Colcultura, o director de la ASAB buscará desarrollar la danza contemporánea en el país: el primer y único Taller Nacional de Danza Contemporánea (1992), la creación del primer programa de este género al interior de la ASAB (1994), los convenios con la embajada de Francia para generación de becas de estudio en el Centro Nacional de Danza Contemporánea (CNDC) de Angers y el programa no formal de estudios en danza contemporánea (Colegio del Cuerpo) en Cartagena (1997), son algunas de sus gestiones para la formación en danza.

Para la década de los años 1990 hay un crecimiento importante tanto en la formación, gestión y producción, creación y circulación en el campo de la danza en general y de la danza contemporánea en particular. Se crean un gran número de compañías independientes, en Medellín: Danza Concierto de Peter Palacio, Tacita de Plata de Lindaria Espinosa, Danzarte de Henry Lou; Bogotá: Om-Tri de Carlos Latorre, Adra Danza de Marta Ruiz, Anaxis de Norma Suárez y Raúl Parra, la compañía Gustavo Llano, Filamento Caudal de Leyla Castillo y Francisco Díaz, Noruz Danza de Julio César Galeano, L’explose de Tino Fernández, Danza Común, Kaleidoz Holodanza de Mónica Farbiarz; Barranquilla: Ballet Contemporáneo de Barranquilla de Rosanna Lignarolo.

Paralelamente, en la década de 1990, en Colcultura, surge dentro de la División de Artes Escénicas un Encargado de danza, y a partir de ese momento, se proponen becas de creación y de investigación, pero sobre todo se comienza con la organización del sector. Para la conmemoración del V Centenario del descubrimiento de América, Colcultura, Proarte, la Comisión del V Centenario y el Teatro Municipal de Cali, bajo la dirección artística de Mónica Scarello se realiza el Primer (y único) Encuentro Internacional de Danza Contemporánea en el mes de octubre en las ciudades de Bogotá (Teatro Colón) y Cali (Teatro Municipal), en 1992. Las compañías Gaudere, Danza Concierto y Athanor Danza son las invitadas nacionales y Mudances (España), Jorge Domínguez (México), Danza Abierta (Cuba), Endança (Brasil) y Losdenmedium (Costa Rica) son las compañías internacionales.

*Docente Universidad Distrital FJC 

 

Por Raúl Parra Gaitán*

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