Charlie Sheen, miembro de una familia de actores, escaló al reconocimiento como protagonista de títulos icónicos de la década de los ochenta: Platoon (1986) o Wall Street (1987). Cuando pasó a la televisión su suerte no fue distinta: Por la serie Spin City recibió el Globo de Oro en 2002. Tras un correo de rumores sobre su estado de salud, el actor de Hollywood declaró que porta el virus VIH desde hace cuatro años, en entrevista con Matt Lauer en el programa de mayor rating de la televisión estadounidense Today.
El cómico de 50 años aseguró que durante su silencio fue víctima de chantajes. Lauer le preguntó cuánto dinero había pagado a quienes lo extorsionaron. “Lo suficiente para decir que han sido millones", respondió. También admitió no estar seguro de quién lo contagió. Su responsabilidad ahora, dice, es ayudar a otras personas que padecen la enfermedad y ser estricto con su tratamiento, que consiste en tomar cuatro pastillas diarias.
El pasado del actor está vinculado a los excesos. Paseaba con frecuencia por clínicas de desintoxicación —en ocasiones al filo de la muerte —, y sus escándalos artísticos y maritales han marchitado los logros de su carrera. Aun así, Sheen dice que “siempre usé preservativos y fui honesto acerca de mi estado con mis parejas”.
Artistas que han perdido la batalla con el virus
Héctor Lavoe
¿Cuántas muertes tuvo Héctor Lavoe en vida? Es difícil saberlo. Lo que sí puede precisarse es el comienzo de su ocaso. Eran finales de los setenta cuando conoció la cocaína en una fiesta privada. Años más tarde, en 1988, contrajo VIH por compartir las agujas con las que se inyectaba. Lavoe, según amigos y familiares que lo visitaron en el hospital, aseguraron que la enfermedad no aplastó su ironía ni las ganas de volver a las tablas. Sin embargo, el mismo año intentó arrancarse el deterioro físico y psicológico: se estrelló contra el asfalto desde el noveno piso del hotel Regency, de San Juan, Puerto Rico. Falló. El 29 de junio 1993, en Nueva York, un paro cardiaco le cortó el último suspiro al cantante que no era feliz pero hizo feliz a mucha gente.
Reinaldo Arenas
Si algo acompañó al escritor cubano en vida fue la persecución. Fue enviado a un campo de reeducación por ser homosexual y anticastrista a viva voz. A los 44 años le diagnosticaron sida en Nueva York y a los 47 calmaron las dolencias: se escapó del hospital donde estaba internado y se encerró en su casa. Cortó toda comunicación con el mundo de afuera. Horas después lo encontró tendido su asistente, a quien le dejó unas instrucciones: debía llamar a su traductora y agente para avisar a la policía.
Freddie Mercury
En la pascua de 1987 el mítico cantante de Queen supo que estaba infectado de VIH. Por años mantuvo oculta la situación, en un intento por blindar su vida y la de su familia. Solo cuatro años después, el 23 de noviembre de 1991, declaró en público que padecía esa enfermedad: “Ha llegado el momento de que mis amigos y fans de todo el mundo conozcan la verdad, y espero que todos se unan a mí, a mis médicos y a todos cuantos luchan por combatir esta terrible enfermedad, para luchar contra ella”. Agregó que no concedería entrevistas. Al día siguiente, murió a causa de una bronconeumonía en su casa de Londres.