En el campo de concentración de Auschwitz murieron más de un millón de personas. La importancia de preservar el lugar se centra en homenajear las memorias de quienes allí padecieron la Segunda Guerra Mundial. / Pixabay
Los rostros a blanco y negro, evidenciando el sufrimiento y la desesperanza; los trajes de quienes le recordaron a la humanidad que la esclavitud no se había abolido; las cercas que aun dan la impresión de colgar cuerpos; un aire que huele a pólvora; una tierra con manchas de sangre y todo un potrero en el que antaño se aglutinaron los cuerpos desnudos que fueron extraídos de cámaras de gas o de los pasillos donde el frío y la desnutrición los condenó a una debilidad que no era perdonada y era castigada con tiros de gracia.
Por Andrés Osorio Guillott
Temas recomendados:
Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación