El Magazín Cultural

Bogoshorts llegó a los Óscar

Después de muchos años de trabajo, Bogoshorts entró a la lista de festivales que pueden aplicar a los premios Óscar. Mañana empieza su nueva edición.

Camila Soriano Wilches /cajuso@gmail.com
03 de diciembre de 2018 - 10:00 p. m.
Jaime Manrique, director del festival Bogoshorts, cuyas funciones se inician este 4 de diciembre.  / Cortesía
Jaime Manrique, director del festival Bogoshorts, cuyas funciones se inician este 4 de diciembre. / Cortesía
Foto: Daniel Arguello

Vivir en Colombia es una constante lucha contra la desesperanza. Tal vez esta frase aplique para todos los lugares del mundo. Entre puentes caídos, políticos corruptos y derechos vulnerados la incredulidad se ha ido afianzando. Pero aún en estos tiempos hay quienes le apuestan a los actos de fe, prueba de esto esBogoshorts el Festival de Cortos de Bogotá que este año llega a su decimosexta versión.

¿Usted en qué cree?  Esa es la pregunta que plantea esta versión del Festival a sus asistentes. Una pregunta que es más bien una “apuesta por la fe en un momento del mundo donde es muy fácil perder la esperanza”, dice Jaime Manrique, fundador y director de este Festival, quien afirma que la invitación no es solo a creer en el cine sino a que el Festival sea una espacio para reflexionar sobre la idea de creer en algo aún en medio de la incertidumbre que nos plantea el mundo actual.

Hablamos con su director, quien nos contó sobre la próxima versión, que se realizará del 4 al 11 de diciembre, y sobre cómo este Festival, a punta de creer en los cortometrajes y en el cine colombiano, logró entrar en la lista selecta de festivales que pueden aplicar para los premios Oscar.  

¿Cómo fue el proceso para que Bogoshorts hiciera parte de la lista de festivales calificadores para los premios de la Academia?

Este proceso tuvo dos fases. Una fue el proceso de consolidación histórica del festival. Bogoshorts es un festival que cumple dieciséis años dedicado exclusivamente al formato del cortometraje. Esa consolidación ha tenido varias etapas que incluyen el fortalecimiento de la competencia nacional, posteriormente el de la internacional e incluso el año pasado se llegó a construir un mercado dedicado al cortometraje con una presencia importante de distribuidores, agentes de ventas y agencias compradoras y movilizadoras del corto en el mundo. Cada uno de esos elementos nos ha permitido configurar la fuerza del festival no solo como una ventana del cortometraje en Colombia o como una apuesta por promover este formato, sino como un referente para muchos realizadores que dentro y fuera del país piensan a este Festival como un espacio para promocionar sus creaciones. Este interés por el Festival se refleja en que este año recibimos 3900 aplicaciones de aproximadamente 120 países.

A partir de esa consolidación consideramos que el festival ya se encontraba en un punto de madurez para empezar la gestión con la Academia. Ellos piden una serie de requisitos, incluso miembros de la Academia visitaron el Festival en ediciones anteriores para verificar si el impacto es real, contundente y para ver si el Festival aporta al desarrollo del cine en el mundo. Después de cumplir con todos los requisitos y de que tuvieran todos los argumentos confirmados entramos a un comité de evaluación, este es un comité interno de la Academia al que llegan muchísimos festivales del mundo esperando ser calificadores oficiales y ahí es donde se toman las decisiones. La decisión fue positiva y eso es maravilloso para nosotros.

Cada festival tiene un perfil e intereses temáticos, estéticos y narrativos.  ¿Considera que para este año el jurado va a buscar cortometrajes que puedan ser atractivos para el perfil de los premios Oscar?, ¿la decisión de la Academia influirá en la premiación de los contenidos?

Yo creo que el ejercicio de los jurados es un ejercicio que tiene varios niveles. Primero, cuando las aplicaciones llegan a Bogoshorts, nosotros tenemos un comité de veinte curadores que son nuestro equipo seleccionador. Este equipo es el que define cuáles cortos van a cada una de las competencias que tenemos. Este comité tiene un perfil que obviamente tiene muchas características subjetivas pero que combina muchas voces, esto da la posibilidad de tener una selección lo más solida posible en las diferentes competencias. El segundo nivel es el jurado. Cuando uno escoge los jurados eso ya marca de alguna forma una línea del enfoque que el Festival quiere. Siempre intentamos que el jurado sea una combinación de miradas nacionales con miradas internacionales que logren contextualizar qué es lo que pasa en el cine colombiano para llevarlo al mundo en un sentido más amplio.

Ya le hemos informado a los jurados que los cortometrajes ganadores van a tener esa opción pero no creo que eso modifique la visión del jurado en sí mismo. Nosotros siempre les hemos pedido que independientemente de todas las características, circunstancias o condiciones alternas que el Festival pueda tener su misión, su responsabilidad, es premiar lo que consideren como el mejor corto en cada una de las categorías y premios que tenemos asignados.

La categoría de mejor corto en los premios Oscar es un espacio donde se visualizan las tendencias nuevas, caminos laterales y otras formas de ver la producción cinematográfica en el mundo por eso no tendría mucho sentido que un jurado trate de acomodarse a lo que busca la Academia. La idea, más bien, es mandar la propuesta más sólida posible.

¿Los cortometrajes ganadores de ediciones pasadas, en especial la del año pasado, podrían aplicar?

No, absolutamente no. Es a partir de la edición de este año del Festival y para la edición de los Oscar de 2020 porque para el 2019 las películas ya están inscritas pues la premiación es en febrero o marzo. Esto aplica para los cortos que ganen en Bogoshorts en 2018 para que puedan realizar su proceso de aplicación en 2019 para losOscar de 2020.

¿Qué significa este logro para la cinematografía nacional?

En general los festivales calificadores a los premios Oscar, sobretodo los especializados en cortometrajes, son festivales donde la categoría que califica para participar es la de “Competencia internacional” porque es la más amplia. Entonces todos los cortos que aspiran al Oscar son los que ganan en esa categoría que premia los cortos internacionales. Pero nuestro caso es diferente, tuvimos un logro maravilloso porque las competencias que quedaron admitidas por la Academia son la “Competencia Nacional Ficción” y la “Competencia Nacional Animación” eso quiere decir que tenemos la posibilidad de que lo que va a llegar a la Academia son solo cortos colombianos.  

Bogoshorts es un Festival que ya tiene reconocimiento internacional pero este espaldarazo de la Academia lo convierte, de alguna forma, en el Festival más importante de América Latina pero esto no es solamente un logro para nosotros. Este reconocimiento es valioso para el cine colombiano no solo porque lo visualiza a nivel internacional sino porque los cortos colombianos que ganen en las categorías mencionadas son los que tendrán la posibilidad de aplicar haciendo así que se abran muchos caminos para los talentos nacionales y que ellos tengan una posibilidad de reconocimiento y un camino más elaborado y seguro para llegar a los niveles más altos de la industria.

Todo esto reafirma la premisa del Festival que es creer en el corto. Sin embargo, aún es posible escuchar realizadores que dicen “mejor apostémosle a un largo o a una serie”. Entonces, ¿por qué tenerle fe al corto como expresión narrativa?

El asunto es muy sencillo y es un asunto de mercado. El cortometraje es la expresión más pura de lo cinematográfico no solo porque el cine nació como cortometraje (no olvidemos que las primeras expresiones cinematográficas, realizadas los hermanos Lumiere, Melies y otros  pioneros, son cortometrajes) sino porque finalmente el cortometraje es el lugar donde el cine evoluciona en términos de lenguaje porque es un tipo de formato que por su duración admite la experimentación, es el lugar donde se encuentran las nuevas voces.

Pero es un tema de mercado porque cuando se habla de series o de películas de largometraje lo que sucede es que son comercializables mientras que lo que sucede con el corto es nunca ha encontrado un universo tan amplio de posibilidades para tener un retorno de la inversión. Esto pasó seguro porque cuando se popularizó el cine como espectáculo y entretenimiento era muy complejo cobrarle a alguien por una experiencia cinematográfica que solo dura  diez, quince o veinte minutos. La gente pagaba por una experiencia de mínimo una hora y media. Esto quiere decir que no es un asunto de posibilidades artísticas sino de dinero, por el contrario las posibilidades artísticas en el corto son mayores.

Entonces cuando alguien dice “yo quiero apostar por un largo o por una serie” pues obviamente está pensando en la comida y eso está muy bien porque esto  tiene que ser un medio de supervivencia pero no se puede olvidar que también es arte y en esa medida el cortometraje es el medio que nutre esa posibilidad de la visión y la  creación a otros niveles.

Esta versión del Festival demuestra un interés especial por el tema de los movilizaciones estudiantiles en el marco de la conmemoración de los 50 años de Mayo del 68. ¿De donde surgió esa inquietud y cómo se relaciona esto con la coyuntura de nuestro país?

En Bogoshorts siempre hemos tenido como punto de referencia la historia porque hay que entender que la fuerza de lo cinematográfico, de la narración audiovisual radica en parte en la capacidad que tiene de reflejarnos como sociedad a través de la historia. Esto se ha convertido en un elemento cohesionador de las línea de programación del Festival.

Particularmente este año estamos cumpliendo 50 años de Mayo del 68, es una efeméride puntual con un número interesante pues es medio siglo de un año donde surgieron muchos movimientos estudiantiles que fueron vitales para el mundo. No solo fueron los de Mayo en Francia, también los Tlatelolco en México, Berkeley en Estados Unidos, la resistencia de los estudiantes en el final de la primavera de Praga…de alguna forma los estudiantes en 1968, cuando habían pasado un poco más de dos décadas del final de la Segunda Guerra Mundial,  entendieron que la sociedad iba en un camino que no era el ideal y que ellos tenían que hacer algo para tratar de buscar un camino diferente. Lo que es curioso es que si bien se dieron esos movimientos toda esa búsqueda terminó diluyéndose, pero fue un momento maravilloso en términos del acercamiento a la posibilidad de la utopía.

Cuando pensamos en nuestra realidad concreta, en este momento lo que nos damos cuenta es que si bien tenemos momentos como este donde los jóvenes están saliendo a las calles pidiendo por unos derechos que les están siendo vulnerados, sobre todo el derecho a la educación, pero no están saliendo específicamente porque crean que en general la sociedad está en problemas. De hecho se ha demorado mucho en surgir un movimiento estudiantil que valiera la pena y de todas maneras le falta fuerza porque tenemos un mundo muy complejo. Trump, presidente de los Estados Unidos, el Brexit, Bolsonaro en Brasil… es como un momento en el que es muy difícil creer en la posibilidad de un mundo mejor y entonces lo que el Festival busca es decirle al publico y a todo el mundo que crea en algo. No, no les decimos que crean específicamente en el cortometraje o en el cine sino que vemos en esta pregunta una posibilidad de reflexión para decir que necesitamos retornar a algún tipo de fe para pensar que el mundo puede ser mejor. 

Tenemos de referencia que hace medio siglo los estudiantes lo intentaron y se lograron algunas cosas. Digamos que todo este marco de referencia histórica lo que nos lleva es a que tengamos por ejemplo el primer encuentro nacional de estudiantes de cine en el marco de Bogoshorts, en este participarán 200 estudiantes de todo el país y analizaremos para dónde va la pedagogía cinematográfica en Colombia. También en el BFM, Bogoshorts Film Market, tendremos la primera edición de Vocesque es la reunión de todos los festivales y muestras de cine universitario del país. En esta se realizarán cerca de 17 eventos para analizar por qué son ellos los epicentros de las nuevas narraciones y cómo fortalecerlos. Adicionalmente hay una cantidad de programas con el marco histórico de la conmemoración de los movimientos del 68, y con el fin de  que este contexto cobre sentido se quiere hacer un análisis de qué paso en ese momento y cómo esto se refleja en nuestro presente.

Esta apuesta que ustedes han realizado por un Festival que promueve y exhibe solo cortometrajes ya llega a su decimosexta versión. ¿Qué esperan ustedes de esta edición del Festival?

Es una edición muy particular en la medida en que estamos haciendo una apuesta por la fe en un momento del mundo donde es muy fácil perder la esperanza y por eso estamos haciéndole a la gente una pregunta muy compleja: “¿Usted en que cree?” Lo que queremos plantear con esta pregunta es que la esperanza es una forma válida de construir no solamente un discurso sino una presencia en el mundo. Para nosotros los cortometrajes y las narraciones cortas son la esperanza y la posibilidad de encontrar nuevos públicos. Ese es uno de los pilares del Festival en términos de su norte, pues nos cuestionamos sobre cómo acceder a nuevas audiencias y cómo acercar a la gente al cine colombiano, latinoamericano, europeo, asiático para que el publico colombiano no solo tenga la opción de consumir cine norteamericano sino que tenga acceso a una diversidad de contenidos.

Lo que nosotros sentimos es que el cortometraje en términos de formación de públicos es mucho más contundente que el largo porque si uno está acostumbrado a ver todo el tiempo narrativas tradicionales y se acerca por ejemplo a una película china pues seguramente esas dos horas será muy difícil conectarse con una forma de contar que es ajena a la que uno conoce. Pero si uno ve en un programa de hora y media cinco o siete cortos de muchas nacionalidades puede que algo le guste. El cortometraje se convierte en un menú de degustación que puede picar el paladar y hacerte dar cuenta de que sí te interesan otros sabores. El gran problema es que la gente todo el tiempo está comiendo perro caliente y cuando prueba el sushi le cambia la impresión y se da cuenta de que no sabe feo. Es así, ¿no?

En ese sentido nuestro principal objetivo y expectativa de esta edición es ampliar los números de participantes y asistentes que ya hemos tenido. El año pasado tuvimos 37 mil, esperamos superar esa cifra y que esta noticia del Oscar, también sea un gancho para que la gente venga y vea otros tipos de historias.

-------

Para consultar la programación de los cortometrajes que se exhibirán del 4 al 11 de diciembre ingrese a http://festival.bogoshorts.com/

Por Camila Soriano Wilches /cajuso@gmail.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar