El Magazín Cultural

Cada canción, una espiral en la búsqueda de sí mismo

Espriella presenta su cuarto trabajo discográfico Todo empieza ahora, un disco con nuevos riesgos sonoros, con algunas canciones más experimentales, e incluso más oscuras que en discos anteriores. Donde hay desgarre, intensidad, profundidad.

Camila Melo
14 de diciembre de 2017 - 09:04 p. m.
Cortesía Colonia
Cortesía Colonia

Creo que entre más nos sanamos del miedo al fracaso y los estereotipos que tienen que ver con eso, más auténticos podemos ser y más nos podemos gozar el camino y todos sus frutos”

Alfonso Espriella.

Espriella cierra el año con una segunda presentación en Bogotá de su cuarto trabajo discográfico Todo empieza ahora, lanzado el mes de octubre en la capital y expuesto en diferentes certámenes de Antioquía como el Festival Zona 2.  Un disco con nuevos riesgos sonoros, con algunas canciones más experimentales, e incluso más oscuras que en discos anteriores. Donde hay desgarre, intensidad, profundidad.

Ya destruí muchos mitos impuestos, para que brille la luz desde adentro, se puede escuchar en el track número dos del nuevo trabajo de estudio del bogotano, quien inició de manera independiente este acelerado e inenarrable camino en la escena musical colombiana hace más de 9 años. 

Desde temprana edad sintió que la música despertaba en él una emotividad profunda, como si estar inmerso en ella fuera una experiencia vital. Las canciones tienen el poder de conmover, de tocar fibras que generalmente no se tocan, y creo que esa experiencia me conectó conmigo mismo, me reveló espacios internos y fue imposible no adentrarme en ese camino.

Espriella es músico desde que tiene memoria. Recuerda que en sus primeros años lo enganchaba lo que sonara en su casa, como por ejemplo, la cercanía de José Luis Rodríguez "El Puma"; ya hacía los 12 años el rock and roll lo encontró a través los riff de Guns N' Roses, Metallica, Mötley Crüe y Left Leppard y más adelante en la estridencia de los sonidos de Sepultura y Pantera, llevándolo a iniciar su primera banda de metal a los 16 años. A la par, los sonidos noventeros se convertían en una convulsión para sus creaciones, con bandas como Nirvana, Pearl Jam, Smashing Pumpkins y por el lado latino con Soda Estéreo y Caifanes.

Desde ahí, ha liderado distintas bandas de rock en Colombia y en Estados Unidos, donde complementó sus estudios en música en Berklee College of Music y donde vivió durante 11 años. Regresó al país para seguir apostándole a su proyecto, defendiendo como bastión su manera profunda de escribir donde su mano es capaz de derivar una intensidad emotiva, escudriñando lo humano, para generar emociones, sensaciones, reflexiones y sensibilidad frente a la esencia del ser. 

Trazos de ser 2009, Anima 2011, Somos estrellas 2013, lo han llevado a participar en incontables presentaciones en vivo, algunas en solitario y muchas de ellas con su banda. Ha tocado en Festivales como Rock al Parque (Bogotá), Altavoz (Medellín), Estéreo-Picnic (Bogotá), Festival 212 RMX (México), Festival Verde (Panamá), San Diego Indie Music Fest (California), Fiesta por la Paz (Madrid, España), entre otros, y ha compartido cartel con artistas como Robi Draco Rosa, Slash, Fito Páez, Café Tacuba, Fobia y Los amigos invisibles.

El aquí y ahora a través de las canciones

El también compositor, arreglista, productor, músico terapeuta, multi-instrumentalista y líder de su propio proyecto, después de cuatro años, regresa a la escena con Todo empieza ahora 2017, un disco que florece en una gran variedad de tipos de canciones: momentos muy fuertes, rockeros, pesados; otros suaves, dulces, introspectivos, y como es ya característico en Espriella, en una constante búsqueda interior para darle un sentido más profundo y amoroso a la vida.

Pasó todo el 2015 componiendo en su casa, haciendo maquetas, grabándolas en su computador. Al final tuvo que elegir entre las 30 canciones compuestas, las 12 que harían parte de este trabajo, junto a sus dos co-productores Alvin Schutmaat y Javier Rodríguez. Luego empezaron a montar los temas con músicos en vivo y finalmente, entraron al estudio junto a su banda actual conformada por Francisco Ospina (batería), Camilo Torres (bajo), David Alarcón (teclados), Nicolás Rodríguez (guitarra) y Espriella en guitarra y voz. Cuenta con el apoyo del Sello Intolerancia Colombia, un grupo mexicano que está abriendo su división Colombia y que lleva varios años conectado con toda la escena musical colombiana, pactando con bandas como Doctor Krápula.

Hay un aspecto de este disco que es más humano, ya que el periodo de composición se me juntó (al final) con una tusa, por lo cual algunas canciones hablan de eso: del despedirse de alguien, del dolor de un desprendimiento, de sanar esos vacíos que quedan. Junto con esto sigue estando muy presente esa búsqueda espiritual y del mundo interior que siempre ha marcado mi trabajo. Musicalmente es un disco con nuevos riesgos sonoros, con algunas canciones más experimentales, incluso más oscuras, que en discos anteriores. De igual manera sigue estando presente el lado luminoso en mis composiciones, las canciones de sensibilidad más “pop” dentro de lo rockero, manifiesta.

La propuesta gráfica fue liderada por Mauricio Mateus, un gran amigo de Espriella, con el que tuvo su primera banda de metal en la adolescencia. Trabajaron en un contenido sobrio y sencillo, pero con un look especial. Les gustó la idea de combinar fotografía y dibujo a mano, para plasmar el rostro del músico.

Atravesar todo el miedo y andar.

Aunque aún le falta bastante trecho en ese andar de la música independiente, cree que un principio fundaméntela es irse liberando de ataduras, miedos, creencias, ideologías, limitaciones.  Por ejemplo, en el camino musical, creo que entre más nos sanamos del miedo al fracaso y los estereotipos que tienen que ver con eso, más auténticos podemos ser y más nos podemos gozar el camino y todos sus frutos (sean grandes o pequeños. aunque eventualmente estas medidas también son relativas). Así Espriella, que en este nuevo trabajo presenta 14 tracks, hace de cada canción, una espiral en la búsqueda de sí mismo, ya que considera que la música nos ayuda a navegar la rabia, la tristeza, el dolor, la alegría, muchas emociones que a veces son más difíciles de aceptar a palo seco. Como dice Bunbury “la música me abre secretos que ahora están dentro de mí”. La música es un espejo para el mundo interior, sobre todo el mundo emocional.

Todas las composiciones son suyas excepto “El pescador” de José Barros, en la que el bogotano matizó la famosa cumbia en una versión rockera donde confabuló Totó la Momposina, “yo me la había soñado alguna vez que vi a Totó cantar en un teatro y me impactó su fuerza. Un par de años después me la encontré en lugar donde ambos ensayábamos con nuestras bandas, le eché el cuento y ella aceptó entrarle al experimento. El resultado es la versión rock de” El Pescador” que ya muchos conocen”, relata Espriella. Producto de esta colaboración, un cortometraje que fue producido por La Octava productora y el mismo Espriella, que rotó en Cine Colombia al rededor del país en meses pasados.

El disco será presentado el día viernes 15 de diciembre en Canterbury (cra 17D #3ª-37 sur) Frente al Multiplex CineColombia de Plaza de las Américas. El costo de la entrada será de 10 pesos (20 mil pesos incluye el disco). Banda invitada The Nation

Mayor información en www.alfonsoespriella.com

Escuche el disco completo aquí:

http://www.deezer.com/es/artist/877108

Por Camila Melo

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