El Magazín Cultural

Camilo Marulanda López: "Uno termina siendo una mezcla de la gente que tiene alrededor"

Presentamos a Camilo Marulanda López en este capítulo de la serie Historias de Vida, creada y producida por Isabel López Giraldo para El Espectador.

Isabel López Giraldo
24 de junio de 2019 - 07:11 p. m.
Camilo Marulanda López, quien dice que que cree en los círculos de confianza y rodearse de gente en la que confía, intachable en lo moral y en lo ético.  / Cortesía
Camilo Marulanda López, quien dice que que cree en los círculos de confianza y rodearse de gente en la que confía, intachable en lo moral y en lo ético. / Cortesía

Provengo de una familia muy arraigada a la ciudad, cuento once tíos, los mayores comprometidos con temas públicos pero ninguno ya activo, como Oscar Marulanda e Iván Marulanda. Es una casa de economistas, cinco o seis de mis tíos lo son. Puedo decirte que somos muy unidos, de grandes tradiciones y valores. La cultura de la familia de mi mamá es algo diferente, un poco más cerrada.

Mi abuelo paterno Carlos Marulanda y mi papá (Jaime) son de Pereira; mi mamá es de Paraguay y llega a Colombia porque mi abuelo, César López Pérez, era un jugador de futbol que vino al país en la época del Dorado y luego como Técnico del Deportivo Pereira y de otros en equipos en Colombia.

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Estudié en el Calasanz pero nunca fui el mejor estudiante, era un tema de atención y disciplina. En la  Universidad de Los Andes estudié economía con la influencia de mi casa. El primer trabajo formal que tuve fue en una banca de inversión y muy rápido me di cuenta que no era lo mío, por lo menos no en ese momento, consideré que era mejor trabajar en una empresa más estructurada con mayor potencial de carrera. Estuve en Procter & Gamble un par de años, esta experiencia me gustó mucho porque está hecha para que la gente aprenda; quien es ahora el gerente general en Colombia fue mi jefe en su momento, Juan Carlos Trujillo y varios que hoy son amigos me aportaron y enseñaron mucho como jefes; por ser una empresa global permite acceder a muchas fuentes de conocimiento.

Luego paso a Ecopetrol, me llaman a un proceso para ser Jefe del Departamento de Mercadeo, me presento por curiosidad y me sonó bien; era un momento de grandes cambios de la compañía, con un presidente con muchas ganas de cambiar el rumbo de la compañía; era un área que no existía y en la que yo no había trabajado y con un enfoque distinto, dirigido más a un tema regulatorio, de canal y no tanto de marca y cliente. Tenía en esa época 24 años y en un periodo muy corto pasé a la Gerencia de Ventas Nacionales donde permanecí un año, pues se dieron cambios importantes por jubilaciones; era el mes de diciembre cuando cambian al vicepresidente comercial en el año 2005 y no había nadie que se encargara en vacaciones así que asumí la responsabilidad mientras definían y permanecí cinco años; debo confesarte que nunca pensé que me fueran a dejar, trabajé, empujé cosas, los resultados fueron buenos, cinco meses después me llaman de la Junta Directiva para decirme que me habían ratificado, se hicieron muchos cambios en esta área; hoy es normal que un porcentaje de las ventas importante del crudo de Ecopetrol se haga a Asia, pero en eso momento no y fue cuando empezamos a exportar a la China, a la India, manejamos todo el programa de masificación de gas natural en vehículos, en casas. Luego paso a la Vicepresidencia de Estrategia y Crecimiento que se encargaba de la planeación estratégica y financiera y de los temas de fusiones y adquisiciones, aquí permanecí cuatro años tiempo durante el cual la empresa crece de manera importante como en un 60% en términos de producción, hicimos varias adquisiciones grandes, lo que era British Petroleum BP en Colombia y Ocensa.

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Pasé a un proyecto que era la separación de las actividades de transporte, atendiendo los oleoductos desde la nueva empresa Cenit de la que fui su presidente pero seguí siendo Vicepresidente de Ecopetrol por un tiempo; estando allí impulsamos una nueva regulación, negociamos los acuerdos de accionistas de las compañías que teníamos a cargo entre muchas otras cosas; es una empresa muy linda, con una cultura para destacar y en la que permanecí por dos años. Hace nueve meses me piden que regrese a la Casa Matriz y me refiero a Ecopetrol, como vicepresidente ejecutivo del grupo, con la visión de apoyar al presidente en todos los temas operativos y preparando un esquema de sucesión entre dos presidentes; llego pues en un momento complejo y en una coyuntura de precios difícil, donde se impulsaron cambios, en costos, en gente, en la manera de hacer las cosas.  Mi trabajo en gran parte fue facilitar esa sucesión entre Javer Gutiérrez y Juan Carlos Echeverry con quien estuve los últimos siete meses, quien lideró y me apoyó mucho en todos los cambios requeridos en la compañía dado que el difícil entorno de precios de crudo.

Venía desde hace un rato pensando en hacer un cambio que me brindara balance porque la vida se va mucho más rápido de lo que uno cree y estaba trabajando con una altísima exigencia y se dio la oportunidad en un Fondo de Capital con unos socios grandes que conocen muy bien su negocio y enfocados al sector de la infraestructura en el que nunca había trabajado; esta la defino como una etapa de aprendizaje que me ha permitido hacer cosas desde conseguir oficina, dotarla, armar el equipo. Como bien sabes tengo un bebé que obró como catalizador en la decisión de retirarme de Ecopetrol porque cambiar no es fácil.

Mucha gente menciona que mi retiro tuvo que ver el hecho de que no llegara a la presidencia de la compañía. Todo tiene su tiempo y uno no llega a ser presidente de Ecopetrol a los 36 años; muy importante la construcción de la carrera paso a paso, todo tiene su momento, no se puede acelerar más allá de lo que dan las cosas y la oportunidad que me dio la Junta al tenerme en cuenta para ese cargo ya es importante pero yo era consciente de que no era el momento; fui muy ecuánime y soy muy realista, pragmático y directo, esto me describe. Los colombianos somos excesivamente diplomáticos pero cuando hay algo que a mí no me gusta lo digo directa y respetuosamente, soy pragmático pues no me enredo en tanto discurso, analizo y tomo decisiones después de escuchar comentarios; el mundo tiene un orden y yo supe que no era el momento adecuado ni para mí, ni para la empresa, ni para mi familia.

Ser el Vicepresidente Ejecutivo para la empresa más grande del país, ya, por sí mismo es una posición bien importante. Trabajé con Juan Carlos de cerca, tenemos una buena relación, lo conocía desde antes, los dos tenemos un carácter fuerte, somos directos, analíticos y a los dos nos gusta que las cosas pasen, tomamos decisiones rápidamente, buscamos alternativas, nos complementamos muy bien; la definición de nuestro trabajo fue de apoyo mutuo y lo mejor que le puede pasar al país y a la empresa es que a él le vaya muy bien como Presidente de la compañía. Lo del cambio lo tenía en mente hacía mucho rato y se aceleró porque apareció una oportunidad que me gustaba, después de eso han salido rumores para otras posiciones pero no son de mi interés en este momento.  Mi objetivo es hacer bien lo que se me ha encomendado, que es el manejo de unos recursos importantes para invertirlos en carreteras donde los inversionistas en su mayoría son los Fondos de Pensiones, con la conciencia de que manejo recursos que no son propios sino de mucha gente.

En mi carrera siempre he tratado de rodearme bien, con gente  abierta, sencilla, tranquila, muy profesional.

Las carreras profesionales  se hacen por etapas, corres un tramo, caminas otro, se debe ir con calma, con paso firme, tomando buenas decisiones, sin desesperarse y las cosas se van dando solas. Nunca pienso para dónde voy, ni qué voy a hacer en cinco años, por lo menos en términos de carrera; el error más común es cuando la gente se desespera por tener un “asiento más grande” y por lo mismo trabaja menos en equipo, la gente le tiene desconfianza, toma malas decisiones, toma riesgos que no debe etc…

Una vez me retiro de Ecopetrol  voy a mi finca en Pereira con mi familia y me dedico a descansar; estaba completamente agotado, tres años sin vacaciones, trabajando muchas horas, sin bajarme de un avión y de hotel en hotel, así pues que estaba literalmente cansado.

Soy una persona tímida lo que hace que parezca distante, tengo un círculo de amigos muy cerrado y no soy muy abierto con las personas que no conozco; me gustan cosas simples, me gusta leer, soy un ratón de biblioteca, mantengo 20 libros en mi mesa de noche, es un tema de mi casa, mi mamá siempre nos regaló libros lo que era inusual; leo de todo y me gusta ir a las librerías a compararlos; leo varios libros al tiempo, algunos técnicos, me gusta mucho la historia, las novelas clásicas, temas que me lleven a pensar en cosas distintas. Me gusta Jualia Navarro, es muy fluida, son novelas que tienen historia, escribe muy fácil, estoy enganchado pero tengo oleadas, por ejemplo, el año pasado fue Roma, le dediqué 10 libros de historia. Ni presto ni boto libros, no los re leo porque tengo muy buena memoria, libro que ya leí es libro que generalmente recuerdo con claridad, se me quedan los temas. Estoy en el punto en que en mi casa ya no me caben más.

No soy amigo de la televisión; veo el periódico pero no lo leo a excepción de mis columnistas favoritos como Mauricio Vargas, pues me identifico mucho en su análisis y en su postura política; me gusta Pascual Gaviria, a quien considero muy inteligente, es analítico y en su manera descomplicada de ver las cosas tiene mucha profundidad; Ricardo Silva me parece muy inteligente y destaco sus calidades como persona. Un domingo en cinco minutos leo a Mauricio en El Tiempo, los confidenciales de Semana y algo de El Espectador, puedo no leer el resto a diferencia de mi papá que sí le dedica todo el tiempo para revisarlo a profundidad y en su totalidad.

No soy capaz de trabajar ni leer con música. Voy a cine cuando la situación me obliga, hace rato con mis sobrinos veo películas infantiles. Me gusta salir a comer y cocinar, el asado es lo más común pero preparo de todo para mis amigos y para mi familia; cuando estoy solo como bien pero muy sencillo; me gusta mucho la carne y como prefiero prepararme la comida a que me la hagan, enciendo el asador de la terraza de mi apartamento y listo.

Me gusta hacer deporte, casi todos los días y a cualquier hora, soy de gimnasio, de bicicleta, de nadar.

Llevaba diez años con escoltas y choferes ahora entré a la realidad del transporte público como Uber y de manejar, pero las distancias que actualmente recorro son menores; pago cuentas, voy al banco y estoy mucho más tranquilo.

También me gusta viajar pero hacerlo con tiempo; no soy mochilero prefiero la comodidad; disfruto los museos; a mi señora le gusta caminar lo que es muy bueno; hace un par de años fuimos a Turquía tres semanas con playa, con historia, en camiseta y tenis, completamente desconectados, acompañado de diez libros que fui dejando en el camino. Uno de mis destinos favoritos es Nueva York y otros en los que puedo disfrutar de la gastronomía. Trato de ir a Pereira dos o tres veces al mes, porque me da tranquilidad, me siento más cerca de lo que yo soy, pues me crié en el Club Campestre así que voy todo el tiempo. Me gusta montar a caballo aunque ahora menos que antes pero busco hacerlo mínimo una vez al mes.

La vida nos cambia muy rápido, cada vez veo a los amigos más viejos y eso quiere decir que uno también lo está. Hay que cuidar la salud, estar tranquilo y compartir el tiempo con la gente que uno quiere. Ir a Pereira para mí significa estar con mis papás, con mis tíos y abuelos, tenemos un núcleo familiar muy fuerte y mi casa es la casa de mis amigos, allá llegan todos sin avisar, almuerzan, comen, se toman un trago o una cerveza y se van; tengo los mismos cinco amigos desde el colegio, algunos los veo dos días al año pero es como si los tuviera todo el tiempo; aquí en Bogotá tengo tres o cuatro amigos de toda la vida e igual, la casa mía es la de ellos, llegan, abren la nevera, se comen un sánduche, ven televisión y luego se van.

Quiero decirte que yo creo en los círculos de confianza y tengo como clave de éxito rodearme de gente en la que yo confío, intachable en lo moral y en lo ético, que nadie tenga una duda sobre ella, se trata de gente ayudándote a que te vaya bien y uno a ella; he traído gente muy buena, muy profesional, con quienes hemos construido confianza; soy una persona de feeling, de delegar la capacidad de tomar decisiones y la responsabilidad de hacerlo. Creo en la gente joven y a ella hay que darle oportunidades como me las dieron a mí y reconozco que están mucho más preparados. A mí me reportaban más de ocho mil personas y entre ellos veía gente muy capaz, unos monstruos.

No me gusta la política, no me gustan los cargos públicos y quisiera volver a Pereira mucho más rápido de lo que cualquiera se pueda imaginar pues la crianza de un hijo allá es muy distinta.

Uno termina siendo una mezcla de la gente que se tiene alrededor. Mi papá, Jaime Marulanda, es muy conservador, algo cerrado; mi mamá, Graciela López, es más liberal, más abierta, con una faceta más espiritual y esotérica y de todos se aprende, siempre nos están enseñando algo incluso quienes menos te imaginas.

Tengo un hermano mellizo, Lucas y Miguel nuestro hermano menor; mi familia es de hombres pues de once tíos diez son hombres por parte de mi papá y mi mamá es la única mujer de su familia.

Uno a veces se enreda mucho la vida pero siempre termina volviendo a lo que vale la pena y es disfrutar lo simple. No perder la esencia es lo que hace la diferencia.

***

Camilo Marulanda López ocupa la Presidencia de ISAGEN desde Noviembre de 2017.

Por Isabel López Giraldo

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