El Magazín Cultural

Carta de Abril a Febrero (Cuentos de mochila)

Así que piensas que lo tienes todo controlado, que el 2020 está siendo un buen año en compensación por el 2019 que estuvo cojo y medio ciego.

Natalia Méndez Sarmiento / @cuentosdemochila
17 de abril de 2020 - 01:17 a. m.
Cortesía
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¿Qué te hace pensar así? Ha de ser el trabajo que llueve a borbotones y que te acerca a tu sueño de tener aquello que deseas hace años. También puede ser el tiquete de avión que acabas de comprar y que te llevará directo a ver tu familia en abril. ¿Acaso será que el ejercicio y la meditación te están fortaleciendo el cuerpo y el espíritu, y esta sintonía de armonía contigo hace que atraigas toda la abundancia universal? 

Ay, Febrero… pareces perfecto anticipando todo lo bueno que vendrá en adelante. Sigue preparándote, pues todo aquello que estás obteniendo ahora te será útil mañana para la supervivencia. 

No entres en pánico cuando te cuente cómo pasaré de ser Abril, el florecido mes de la primavera en el hemisferio norte, a ser una especie de pesadilla, que advierto, no te la vas a creer. Lo que está sucediendo está entre la realidad y la irrealidad, sin importar si es mentira o es verdad.

Si desea leer otro texto de Natlia Méndez, ingrese acá: Reaprender para vivir (Cuentos de mochila)

En este momento la humanidad está dividida, como siempre, tampoco es que sea algo para sorprenderse. Está dividida entre los escépticos que aseveran que todo esto es una gran mentira y dentro de esta mega mentira hay diferentes objetivos que dependen del ojo con el que se le mire, y entre los que abogan por la verdad de los hechos. 

El cuento, Febrero, es que no importa si estás convencido de que estamos en la matrix, si generalmente piensas que todo es un ejercicio de poder y que somos mascotas ingenuas al servicio del sistema, si te encanta creer que todo es mentira y rebuscas todas las posibilidades para argumentarlo, o si, por el contrario, generalmente confías en los medios de comunicación y basas tu vida en aquello que te dicen. Porque, aunque esto sea falso o verdadero, de alguna forma u otra te va a tocar. 

Verás, nos encontramos en medio de una pandemia que fue declarada en marzo. A propósito, Marzo no te escribió porque quedó confundido, no entendió la magnitud de lo que estaba sucediendo. ¿Has escuchado del Coronavirus?, ¿esa enfermedad instalada en China que en Occidente te resbala como mantequilla? Seguro estás escuchando que el escándalo es demasiado para una simple gripa. Que nada va a suceder y que todos estamos preparados para lo que se venga. 

Sí, Febrero, ya te imagino decir que una vez más las farmacéuticas están esparciendo virus de los que ya tienen la vacuna y después ¡pum!, en abril todos vacunados, los ricos, más ricos, y el resto del rebaño feliz y agradecido. Hasta estarás burlándote de los paranoicos y mentando madres a los que se dejan convencer. Como el cuento del AH1N1, ¿recuerdas?, todos con tapabocas y no pasó del susto, con suerte el dueño de la farmacia tuvo su momento de gracia económica en aquellos meses de 2009

Al principio de esta carta te dije que todo lo bueno de ahora era una preparación para la supervivencia, no estoy exagerando, creas en lo que creas te voy contar lo que está pasando. 

Hay miles de millones de personas encerradas en sus casas, no creas que todos le tienen miedo al virus, están encerradas porque afuera no hay nada por hacer. Muchos, muchísimos, incontables, se han quedado sin trabajo. Los trabajos relevantes aún se conservan, por ejemplo, los médicos están a tope, los maestros dictan clases desde su habitación y los vigilantes cuidan aún los edificios. 

Las empresas que no prestan servicios relevantes para la supervivencia están cerradas, las aerolíneas no tienen pasajeros, el tráfico en las ciudades disminuyó, los niños toman clases por medio de un computador – los que tienen -. Las fronteras están más cerradas que nunca, no hay eventos públicos, olvídate de las eliminatorias al Mundial de fútbol, las ligas de deportes están suspendidas, los conciertos se hacen online y los artistas cantan desde su casa.

No hay viajes más que los humanitarios, hay turistas atrapados en países que no son los suyos. La brecha económica cada vez es más evidente en el mundo, quienes tenían poco dinero ahora no tienen, los que tenían algo están gastando poco para sobrevivir, y quién sabe qué estarán haciendo los que tenían mucho y que aún les queda mucho. 

¿Crees que todo esto es posible?, supongo que no, pero lo es.

Si está interesado en leer otro texto de Natalia Méndez, ingrese acá: Una década viajada (Cuentos de mochila)

Por eso te decía, Febrero, que no importa cuáles son tus creencias, porque desde los más idealistas hasta los más crédulos viven bajo el mismo sistema. Si el sistema se frena, se frena para todos. Hoy, más que nunca, es posible vernos como una red, lo que sucede allá afecta acá y viceversa.

Desde esta posición privilegiada de verlo todo dos meses después, te digo que espectaculares peleas políticas ya se están fraguando. Pocos creyeron que este enramado entre real e irreal pudiera ser posible y nadie hizo algo para detenerlo. Ahora todos se culpan entre todos, la payasada de los gobiernos brota y se hace más evidente que nunca. 

Los sistemas de salud se están cayendo a pedazos, hasta los del primer mundo. No hay hospitales, ni médicos, ni respiradores para tanta gente. Respiradores porque la gripita de la que probablemente estás hablando causa en algunas personas una neumonía potencialmente mortal.  

No tengas miedo, te estoy anticipando cómo será abril mientras me carcome la ansiedad esperando una carta de diciembre. Tendrás momentos de pánico, de rabia, de soledad, de tristeza, de desesperación, pero también de felicidad, de calma y de reflexión.

Cuando todo esto suceda, porque créeme que sucederá, enfócate en ser la mejor versión de ti para ti. Acepta todos los estados de ánimo que te quieran aplastar, trata de entenderlos, de no juzgarte por sentirlos y de liberarlos. Llora, grita, ten miedo, enójate y recuerda que el de al lado está al borde del abismo al igual que tú, la paciencia y la empatía serán claves para tu supervivencia. 

Perdóname si no sé qué decirte si te preguntas por el hambre, Febrero, no tengo idea qué decir. Estas sugerencias de supervivencia son meramente espirituales, también puedes mandar esta carta al carajo porque tiene un poco de comodidad económica y social.

Febrero, no sé si sabiendo todo esto puedas hacer algo para cambiarlo, probablemente no. Prepárate para resistir Abril, que yo me estoy preparando para resistir Mayo.

 

Por Natalia Méndez Sarmiento / @cuentosdemochila

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