El Magazín Cultural

Cien palabras para ganar un premio

Estos fueron los cuentos ganadores del concurso "Relato corto 100 palabras" de la Secretaría de Cultura de Bogotá, premiados el pasado 6 de diciembre.

REDACCIÓN CULTURA
11 de diciembre de 2018 - 10:27 p. m.
Cortesía
Cortesía

Ganador:

La vergüenza que rompe el corazón

Llegando con mis amigos al lugar de mi ceremonia de graduación, se me acerca una señora de apariencia pobre, justo en la carrera Novena, y me dice, mijo, ¿para dónde vas tan elegante?, y le respondo, a la ceremonia de un amigo y voy tarde, ¡hasta luego!, y mis amigos me preguntan, quién es ella, y les digo, no sé. Horas más tarde llego a mi casa y no sé cómo pedirle perdón a mi mamá.

Emerson Stiven Capera Leal

17 años

Kennedy

 

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Mención Categoría Adultos:

Karen

Karen (a la que todos los días le tocaba bañarse con agua helada, caminar media hora hasta la estación esquivando charcos, dar codazos, recibirlos, cuidar que no le espicharan mucho la barriga, respirar más esmog que aire, subir un puente, bajarlo, trabajar aunque tuviera licencia, sentarse ocho horas en una silla sin espaldar, almorzar arroz y papa fría en quince minutos, volver a embutirse dos horas más, coger el camino largo pero seguro, aguantar sin paraguas la llovizna y no dormir por el ruido de carros de la avenida) parió ayer en Meissen a una niña. Le puso Blanca Estrella. 

Eduardo Mestre Rodríguez

22 años

Teusaquillo

 

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Mención Categoría Juvenil:

El pez de Sumapaz

Un día, por allá en Usme, yendo para el páramo de Sumapaz, vi cómo de la represa La Regadera salió un pez. Recuerdo muy bien lo colorido que era: dorado, rojo y azul. Me sorprendí al verlo, y aún más cuando me miró y me dijo: Te concederé un deseo. Pide lo que quieras. Al oírlo imaginé millones, ferraris, mansiones, harenes. Pensaba en todo esto, cuando ¡Grrrr! ¡Grgrgr!, mi estómago rugió con hambre feroz. Entonces lo supe, aquel pez debía saber tal como se veía, delicioso.

Juan Pablo Cortés Bolaños

17 años

Usme

 

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Mención Categoría Infantil:

Gato


Un gato imponente sube y baja por casas de un barrio que se llama La Candelaria, va y lee libros con Luis Ángel, va y visita a los políticos en la Plaza de Bolívar, va y sube de piedra en piedra para ver una vista espectacular desde una iglesia que queda en un cerro, sube una

loma con rapidez para ver el chorro de un tal Quevedo, va a escuchar ópera en una gran casa de Colón. Corriendo, caminando, saltando, buscando otra aventura se distrajo con una gran torre llamada Bacatá y una inmensa serpiente roja con ruedas le quita su vida aventurera.


Juan Felipe Peralta Quesada

13 años

Antonio Nariño

 

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Mi padre el vagamundo

Destacado por el jurado 

Mi padre recorre el mundo, dice mi mamá, y yo cuando estoy con él así lo creo. Mi padre viaja a la ciudad fundada por Bolívar, es amigo de Juan el Rey, pasa a Egipto y de paso a las cruces, luego vuelve y pasa a saludar a un presidente gringo que ya murió. Llega a casa con rostro de cansancio y una gran sonrisa, deja sus libros, un poco desojados y viejos, que son, creo, su pasaporte en cada aventura. Mi mamá me dice que mi padre es un vagamundo, pero mi hermoso padre, es profesor provisional del distrito. 

 

Laura Sofía Rodríguez Lara 

12 años 

Kennedy  

 

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El cantante 
Destacado por el jurado 

Empieza a sonar “Besos usados” de Andrés Cepeda, y Carlos comienza a cantar. Ya no tiene voz y a duras penas se escucha, la gente pasa de lado sin ponerle atención o haciéndole mala cara, los pitos de los carros opacan su voz y la polución llena sus pulmones. Pero él no lo ve así, para Carlos su voz llena la congestionada calle, la mala cara de los transeúntes son aclamaciones a su canto y los pitos son fuertes aplausos. Carlos no es ese viejo raro que canta en un semáforo, es un cantante y la Quince es su escenario. 

Luciana Vélez Arango 
13 años 
Usaquén  

 

 

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Lo que el viento no se llevó 
Destacado por el jurado 

El Alzheimer ha devastado la memoria de papá como un ventarrón. Me llama por otro nombre, pero se deja llevar los domingos de sol por la Séptima a comer mazorca o a ver al hombre que toca su saxofón eterno. Ayer, mientras me agachaba a atarle los zapatos, me señala con el dedo un punto vacío. ¡Allá!, dice triunfante, ¡Allá viene el tranvía! El viento anuncia lluvia y me subo con papá a su tranvía del recuerdo. No hablamos en el viaje de regreso. Sus ojos vuelan a través del vidrio y yo le tomo con fuerza de la mano. 

Laura Cristina Luna Noreña 
33 años 
Antonio Nariño  

 

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Indeleble 
Darle la vuelta al mundo en un día: Roma, Egipto, San Cristóbal, Venecia. Viajar en el tiempo por el precio de un paquete de arroz: 20 de Julio, 7 de Agosto. Encontrarse estatuas nuevas en cada esquina con el asombroso poder de moverse por un pedazo redondo de cobre. Asistir a funciones circenses mientras la luz cambia de rojo a verde. Presenciar el show taciturno de los fantasmas de otros tiempos que colman las calles de un barrio que es magia. Evadir bandadas de palomas que convierten cualquier plaza en una postal. 1.775 km2 para no parpadear. 
Mónica Parada Llanes 
29 años 
Fontibón  

 

 

El viaje del diente de león

En una fría acera al lado de la 1º de Mayo había un diente de león. Al marchitarse los pétalos, los vilanos crecieron y en una dulce brisa uno inició su viaje, atravesó la enorme avenida y pasó hacia el 20 de Julio visitando primero la plaza de mercado, donde se posó en una

enorme granadilla hasta que la brisa lo apartó de allí para guiarlo por el comercio de aquellas calles donde objetos raros llaman la atención.

Pronto la magnífica iglesia dejó ver su esplendor y en una pequeña

grieta le ofreció tierra fértil para volver a crecer.
Laura Dayana Solano Rodríguez

17 años

Antonio Nariño

 

En busca de inspiración 

Hoy me levanté decidido a escribir mi cuento para el concurso, pero antes debía buscar algo de inspiración para escribirlo, así que decidí dar un recorrido por la ciudad. Visité la Biblioteca Julio Mario Santo Domingo, pero esto no funcionó. Visité el centro comercial Santafé, pero esto tampoco funcionó. Y así, seguí recorriendo lugares como el Museo del Oro, el 20 de Julio, incluso Monserrate. Al final del día, desanimado volví a casa, pero no todo está perdido: mañana será un nuevo día, y Bogotá es una ciudad grande en la cual se puede hallar inspiración. 

Cristian David Limas Cortés 

11 años 

Usaquén

Por REDACCIÓN CULTURA

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