El Magazín Cultural

Culto a la música popular en el Festival de Música de Cartagena

“Yo pienso que tocar música clásica tal vez no se acerca lo suficiente a la realidad como sí lo hacen la cumbia o el vallenato. Lo ideal sería hacer música clásica pero influenciada por estos géneros”, dice Richard Galliano, el protagonista del cierre del Festival, que será con entrada libre.

Eliza Vélez
15 de enero de 2017 - 02:00 a. m.
/Joaquin Sarmiento
/Joaquin Sarmiento

Mis días de infancia los recuerdo cálidos y armónicos. Guardo en mi mente escenas en las que mi papá, con poco talento pero con mucha gracia, cantaba las canciones sentidas de Diomedes Díaz, Los Betos, los Hermanos Zuleta y Rafael Orozco, probablemente los artistas del vallenato más admirados para la época.
Las letras románticas que concedían encanto a las serenatas para mi madre todavía las cantan con igual intensidad, sin importar que el sentimiento de amor haya perdido aliento con el paso del tiempo. Ellos siempre encuentran la canción oportuna para comunicar lo que íntimamente están viviendo. Y mis hermanos y yo hemos sido testigos de una historia de amor tejida entre versos musicales.
He crecido y ya no vivo con ellos para escucharlos, pero a donde quiera que vaya, el vallenato me recuerda mi lugar de origen, las historias que me anteceden, los relatos del Caribe, las mañanas en que las canciones de Rafael Orozco ingresaban en mi cuarto primero que el sol.
 
Hace pocos días tuve la oportunidad de asistir a la rueda de prensa del acordeonista Richard Galliano, invitado especial del Cartagena XI Festival Internacional de Música, en la que relató su primer contacto con la música popular colombiana, y pude entender con claridad la relación intensa que la música conserva con la identidad cultural.
Cuenta el maestro Galliano que hace treinta años viajaba en un crucero por el océano Atlántico, acompañado de una amiga francesa cantante. La embarcación hizo escala en Caracas y planearon salir a conocer la ciudad. Fue entonces cuando en un pequeño bazar el acordeonista se sintió atraído por un casete grabado con música colombiana, que finalmente compró.
Precisa que lo que escuchó fue tan extraordinario que desde entonces se considera un admirador del vallenato y la cumbia. El maestro se sintió cautivado por la relación mística que guardaban aquellas canciones con el territorio de origen.
 
Recordó que su amigo y mentor, Astor Piazzolla, decía que “un músico debe tocar la música de su tierra”, y que él siente que la música tradicional colombiana tiene muy buena representación.
Pero quién más idóneo que él para hablar de la importancia de reinventar las manifestaciones artísticas populares. La influencia del bandoneonista Astor Piazzolla en su carrera musical fue tal que le hizo soñar con una nueva “musette francesa”. Esa motivación que lo ha inspirado a componer piezas musicales en las que convergen sonidos del jazz y el tango.
Para el acordeonista, es un sueño cumplido estar en Cartagena, pues siempre ha deseado conocer personalmente a un intérprete del acordeón colombiano. Aunque no distingue alguno, considera que sería gratificante poder compartir saberes y experiencias con uno de ellos durante su estadía en Colombia.
Con la misma sinceridad, admite que le hubiese encantado venir acompañado de su cuarteto para interpretar algunas de las canciones del vallenato, pues sabe de la importancia de este género en la región Caribe colombiana.
 
Sin embargo, serán los barranquilleros quienes podrán deleitarse, este lunes 16 de enero, con la sonoridad de la música popular francesa, con piezas como Spleen, Tango pour Claude y Libertango. Antonio Miscená, director general del Festival, asegura que este concierto promete ser impactante. Lo han planeado estratégicamente al aire libre en el parque Sagrado Corazón-Concha Acústica, con entrada libre y el repertorio del maestro Galliano, acompañado del clarinetista Gabriel Mirabassi y la participación del cuarteto colombiano Q-Arte.
Yo nunca hubiera pensado que el instrumento insigne del vallenato tuviera lugar en la música clásica. He visto cómo mis tíos, mis primos y mi hermanito de 10 años amenizan nuestras reuniones familiares tocando canciones parranderas, pero era insospechado, hasta entonces, que esta también fuera la herramienta utilizada para revolucionar la musette francesa.
La voz del acordeón, parque Sagrado Corazón-Concha Acústica (Barranquilla), a partir de las 6:30 p.m.El Festival ofrece clases magistrales en la Universidad del Norte con Gabriel Mirabassi y los integrantes del cuarteto colombiano Q-Arte, de 10:00 a.m a 12:00 m.

Por Eliza Vélez

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