Durante el éxtasis, al acercarse al deseo, el placer, la angustia, toda opinión, todo juicio (moral, estético, etc.,) cambia sensacionalmente. Asimismo, toda imagen cambia sensacionalmente.
Sería de creer que por medio del éxtasis tenemos acceso a un mundo tan alejado de la realidad como el del sueño. –Lo repugnante puede transformarse en deseable, el afecto en crueldad, lo feo en hermoso, los defectos en cualidades, las cualidades en negras miserias. –El éxtasis es la consecuencia culminante de los sueños, es la consecuencia y la comprobación mortal de las imágenes esencialmente surrealistas, auténticamente surrealistas. –El éxtasis constituye “el estado puro” de exigente e hiperestésica lucidez cital, lucidez ciega del deseo.
El mundo de imágenes provocadas por le éxtasis es infinito y desconocido. –Se trata de imágenes neologísticas, de imágenes extra-rápidas comparativamente a las imágenes hipnagógicas. –No poseemos aún ninguna metodología a este respecto. –A veces, las imágenes provocadas por el éxtasis repiten las imágenes transfiguradas de éxtasis, ya se trate de la “aparente” estereotipia de las orejas (que están siempre en éxtasis), o del éxtasis de cierta “cosa atmósferica”, o también del fino éxtasis de una aguja modern style.
Yo le pregunto al crítico de arte: ¿qué piensa usted de tal o cual obra de arte en el momento de su éxtasis? Primero entre usted en un estado de éxtasis para contestarme. –El éxtasis es por excelencia el estado mental crítico que el inverosímil pensamiento actual, histérico, moderno, surrealista y fenomenal aspira a volver “continuo”. –En busca de imágenes susceptibles de extasiarnos.
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SÍ. Barcelona. Editorial Ariel. 1977. Págs. 99-100.Minotaure. París. Nro 3-4. 1933