El portavoz del Kremlin no vio "nada provocador" en el ballet "Nureyev"

El ballet, la vida y la obra de Rudolf Nureyev. / Flickr

"Hay momento discutibles, pero en general, posiblemente, desde el punto de vista de la búsqueda creativa (...) es un acontecimiento, un acontecimiento mundial", dijo Peskov a la agencia oficial rusa TASS al comentar el estreno del ballet sobre Rudolf Nureyev (1938-1993), uno de los más grandes bailarines clásicos del siglo XX.

El portavoz de la Presidencia rusa recalcó que no vio "nada provocador" en la puesta en escena del director Kiril Serébrennikov, quien se encuentra en arresto domiciliario acusado de malversación de fondos públicos.

Al término de la presentación, varios miembros de la compañía salieron a recibir los aplausos del público vistiendo camisetas con una fotografía de Serébrennikov y la leyenda "Libertad para el director".

"Es injusto que Kiril Serébrennikov no haya estado en su estreno", escribió en Twitter el influyente exministro de Finanzas ruso Alexéi Kudrin.
Considerado uno de los directores de teatro más respetados de Rusia, Serébrennikov fue detenido e interrogado en mayo pasado y tanto su domicilio como su despacho fueron registrados.

Varias personas vinculadas con Séptimo Estudio, compañía creada por Serébrennikov, han sido detenidas por la presunta desaparición de los fondos destinados entre 2011 y 2014 al proyecto "Plataforma" de popularización y desarrollo del arte moderno.

Serébrennikov, de 48 años, ha participado en varias manifestaciones de protesta contra el presidente ruso, Vladímir Putin, y criticado la creciente influencia de la Iglesia Ortodoxa en Rusia, por ejemplo en su última película, "El Estudiante", premiada en Cannes.

Inicialmente, el estreno de la obra estaba programado para el 11 de julio pasado, pero fue aplazado a última hora por el director del Bolshói, Vladímir Urin, con la explicación de que no estaba a punto para ser presentada al público.

Fuentes citadas por TASS indicaron que el aplazamiento fue ordenado en persona por el ministro de Cultura, Vladímir Medinski, quien supuestamente consideró que el espectáculo era una pieza de propaganda de la homosexualidad.

En 2013, Rusia aprobó una ley que prohíbe la "propaganda de relaciones sexuales no tradicionales entre menores de edad", normativa que según Gobiernos occidentales y grupos de defensa de los derechos humanos alienta los prejuicios contra las minorías sexuales.