El destacado escultor colombiano Edgar Negret falleció el jueves en horas de la noche, en su residencia en Santana, Bogotá.
Varias versiones se manejan a esta hora sobre las causas de su deceso. De hecho sus allegados, en varios medios radiales, aseguran que la muerte se produjo por una insuficiencia cardiaca, pero también como consecuencia de un cáncer que padecía el escultor.
Según uno de sus asistentes más allegados, Rodolfo Buitrago, el maestro fue consumido por el cáncer, señala que él junto a Germán Alvarado, otro de sus asistentes, eran su familia y así los presentaba, cuenta que Negret estuvo ausente varios años de los medios, mas no de sus amigos cercanos quienes frecuentemente lo visitaban en su casa, que también es sede de muchas de sus obras.
Nació en Popayán el 11 de octubre de 1920, hijo del general Rafael Negret Vivas y de María Dueñas, Negret fue alumno de la Escuela de Bellas Artes de Cali. Durante varios años vivió en Nueva York, pero luego se radicó en Bogotá.
A Negret el tiempo le había arrebatado la memoria, esa que le hacía recordar cómo de niño su mamá lo protegía de cualquier imagen de la muerte, esa que le hacía sonreír cuando admitía que de pequeño su máxima aspiración “era ser santo”.
Su voz ya se había escondido y no leyó más a Rilke ni a Kavafis y sus manos desde hace 12 años ya no disciplinaban más el metal. Un Alzheimer tiránico había desatornillado sus recuerdos. Negret creyó buscar a Dios en sus obras “siempre y en todas partes”.
Según la ministra de cultura, Mariana Garcés, “se nos fueron dos grandes que le harán mucha falta a la cultura en Colombia y también al periodismo” refiriéndose a Negret y Bernardo Hoyos quien falleció en la noche del jueves.
Garcés cuenta la voluntad desde hace unos años del Ministerio de Cultura de condecorar a Negret con la gran orden del ministerio de cultura, algo que habían intentado hacer varias veces y, por distintas circunstancias, no habían podido. Como una premonición el jueves, un día antes de su muerte uno de los funcionarios de la entidad logró condecorarlo.
La ministra recuerda con nostalgia la importancia de su obra “frente al palacio de Justicia, sobre la carrera octava, existe una escultura maravillosa en homenaje a Luis Carlos Galán, uno de los maravillosos legados de Negret” y recalca que desde el ministerio “apoyamos el conocimiento de su obra a través del Museo Casa Negret en Popayán, y a través de la recuperación de sus esculturas deterioradas”