El Magazín Cultural

Felipe Arturo y Alberto Baraya: rescatando el paisaje

La exposición “Bar Huerequeque”, de Felipe Arturo, y “Estudios comparados de paisaje”, de Alberto Baraya, estarán hasta este sábado en Espacio Odeón.

Karen Rodríguez Rojas
10 de junio de 2017 - 09:32 p. m.
“Bar Huerequeque”, de Felipe Arturo. / Cortesía
“Bar Huerequeque”, de Felipe Arturo. / Cortesía

Espacio Odeón, ese antiguo Teatro Popular de Bogotá que estuvo en el olvido por casi una década y que después de ser recuperado les ofrece a los bogotanos una amplia programación en música, cine, teatro y arte contemporáneo, ha transformado el segundo piso del lugar en un bar. Uno en el que la gente puede sentarse en la barra o si lo prefiere, en una especie de restaurante. Entre ese espacio rústico y gris que es Odeón, ha aparecido el Bar Huerequeque, una instalación del artista Felipe Arturo.

En 2008,   Arturo viajó a la ciudad más grande de la Amazonía peruana, Iquitos, motivado por el deseo de recorrer la ruta del caucho e inspirado por la película Fitzcarraldo (1982), de Werner Herzog, en la que un hombre obsesionado por la ópera desea construir un teatro en medio de la selva en pleno siglo XIX. Para lograrlo tendrá que hacer una fortuna en la industria del caucho.

En esa cinta fue la primera vez que Arturo vio a Huerequeque. Estaba interpretando el papel del cocinero. Al llegar a Iquitos y encontrarse con este hombre, vio en él al narrador de la historia reciente del Amazonas colonizada. Su idea de crear un documental a partir de la película cambió, se enfocó en reconocer a la persona que está detrás del personaje, vio al real Enrique Bohórquez, quien tiene un bar en medio de la amazonia.

“Felipe Arturo encontró en este personaje a un narrador auténtico de la selva y todas las experiencias que se involucran ahí, como el género, la raza y la economía. Lo que Felipe quizo hacer fue recrear toda esa experiencia de estar en medio del Amazonas y escuchar las historias de Huerequeque, que es como conocen a Enrique Bohórquez en la región”, explica la curadora de Espacio Odeón, Alejandra Sarria.

A partir de sus experiencias fue que nació la idea de replicar el Bar Huerequeque en Espacio Odeón, para que todos los asistentes pudieran escuchar de primera mano a este narrador de historias. Para que a través de videos y fotografías conocieran ese bar en el que Huerequeque se sienta a contar una y otra vez los acontecimientos que ha visto desde que llegó a Iquitos.

La instalación del bar consta de tres espacios: el primero es la barra donde hay fotografías y videos de Huerequeque en el rodaje de la película. La segunda estación es el restaurante, en el que se proyectan videos de menos de cinco minutos; en escena está Huerequeque narrando su vida y recitando poemas. La última parte es un video ensayo de 20 minutos en el que Felipe Arturo relata desde su mirada esa historia que encontró, ese personaje que salió de una película y la identidad original de su intérprete.

Todo este recorrido se realiza a través de una plataforma que está interconectada en cada sección por una rampla. El objetivo es que los espectadores ingresen al mundo de Huerequeque y se sientan parte de él. Todo es un proceso de inmersión en la vida de esta persona.

“La obra de Felipe siempre ha estado relacionada con los procesos de extracción de nuestro territorio. Cuando se encuentra con este personaje puede ver que sus narraciones e historias no hablan solamente del caucho, ve en él sus mismas inquietudes e influencias por resistirse al proceso de colonización de América Latina”, complementa Sarria. 

Esa forma de narrar los procesos pos coloniales y las problemáticas del territorio son el eje central de las muestras que se encuentran en Espacio Odeón. El tercer piso ha sido dedicado a la exposición de Alberto Baraya, Estudios comparados de paisaje, donde el artista pone en diálogo los paradigmas científicos y políticos a los que nos hemos acogido desde la época de los colonizadores.

En este caso los paisajes de Baraya también son un proceso de interpretación y narración de los lugares en los que habitamos. Aunque sus óleos suelen ser del territorio colombiano, ha incluido pinturas del rio Hudson, en Nueva Yotk, como parte de la idealización de homogeneidad del paisaje. Su mirada aguda sobre lo que significa el paisaje como género ha sido asociada con una construcción de idea nación y con la idea de explorar el mundo.

“Su trabajo tiene una connotación muy económica y utilitaria, es un proceso de instrumentalización de la naturaleza por descubrir los recursos naturales que tenemos y el uso que se le da, pero también simbólica por idealizar la belleza del paisaje como una manera de exuberancia colombiana. Baraya siempre plantea que la pintura de paisaje es un proceso de interpretación del lugar. Lo que uno ve nunca es la realidad de lo que está allí, las distintas miradas cambian el sentido de lo que está representado”.

La muestra de Baraya propone que sus paisajes invertidos o replicados se conviertan en una partitura musical para que los espectadores sean capaces de darle sonoridad a eso que están observando a través del piano. Todos los asistentes pueden tomar la obra de la pared y sentarse a tocar los sonidos que le transmite.

Este ejercicio se complementa con la exhibición de tres pinturas que han tenido una interpretación sonora previa, al escuchar los sonidos que han salido de este óleo es como si el espectador se transportara a ese lugar en donde el verde del campo y el azul del cielo se roba la atención, y el paisaje es complementado por un par de chulos que van volando.

Aunque las dos propuestas de Espacio Odeón visualmente son muy distintas, la relación que tienen, según la curadora, es ese proceso de narración y construcción del imaginario del lugar. Es ver cómo dos proyectos culturales presentan de alguna forma una crítica a todos los procesos políticos y sociales que originó la colonización del territorio americano, y cómo las dos obras necesitan del espectador para estar completas, necesitan de su interpretación e inmersión para completar sus relatos.

Último día de las exposiciones

El cierre de las muestras de Felipe Arturo y Alberto Baraya es este sábado 10 de junio. Por ello Espacio Odeón abrirá las puertas de 6:00 p.m. a 9:00 p.m., algunas de las actividades que tendrán es la interpretación en piano de las pinturas de Baraya a cargo de los docentes de la Universidad Javeriana. Para finalmente terminar la noche con la fiesta un “Bailoteo casual”. La entrada es totalmente gratis.

Por Karen Rodríguez Rojas

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