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La Filbo se pintará de naranja

Este año, Países Bajos participará con una muestra de su literatura, en un pabellón de 3.000 metros cuadrados en el que tendrán cabida el urbanismo, el diseño, la arquitectura y una exposición dedicada a Ana Frank.

Enrique Patiño
17 de abril de 2016 - 02:00 a. m.

Visto desde el espacio –los holandeses mismos lo dicen–, el Reino de los Países Bajos es una potencia de creatividad y talento en un territorio del tamaño de una estampilla. Pero hay algo que también se puede ver desde el espacio que habla a las claras de quiénes son los 17 millones de habitantes de esa nación de 42.679 km² de la que también forman parte Aruba, Curaçao y Saint Marteen: sus pólder; aquellas extensiones de tierra que desde hace casi 900 años vienen ganándole al mar y que han transformado para convertirlas en fronteras agrícolas y para sembrar de molinos su país con la intención de drenar las aguas y generar energía. (Ver especial de la Feria del Libro)

¿Pero qué tiene que ver eso con la literatura? Mucho. Porque en un país que se consagró al trabajo, ganó espacio para cosechar y construyó sus casas a pulso, que vive inviernos arduos en un continente que soportó el hambre y las guerras, pero cuyos antepasados también fueron piratas e implacables colonizadores, las historias están en todas partes. Y hacerlas es una vocación que nace del esfuerzo pero que requiere, por supuesto, de mucha creatividad. Tanto como hacer un país a pulso.

No es casual que cerca de un millón de holandeses se consideren “escritores”, que haya suplementos culturales en cada diario, que al año se impriman 13 mil nuevos títulos, que se comercialicen 50 millones de ejemplares por año y que existan 96 grandes editoriales y cerca de 200 editoriales independientes.

Ese reino pequeño con vocación de grandeza es el Invitado de Honor de la Filbo 2016. No solo traerá libros y cerca de 34 traducciones al español, sino una muestra con lo mejor de su arquitectura, diseño, urbanismo y bicicletas, junto con exposiciones en 3D, diseño gráfico, arte, turismo y una exposición trascendental sobre la vida de Ana Frank.

Autores consagrados como Cees Nooteboom, Tommy Wieringa y Herman Koch; noveles como Mano Bouzamour; creadores para niños como Ted Van Lieshout; figuras emblemáticas como Nanette Blitz –compañera de Ana Frank que sobrevivió al Holocausto–; diseñadores gráficos como Irma Boom y artistas de la talla de Jan Rothuizen; ilustradores como Philip Hopman y Marije Tolman; fotógrafos como Fetze Weerstra; la firma de arquitectos MVDRV; sociólogos como Abram de Swaan; pensadores sobre la diferencia como Maxim Februari; autores de las islas como Roland Colastica o Rosabelle Illes, e incluso DJ de dance para animar la “noche de los libros”, o la arpista Gwyneth Wentink, además de cine, teatro infantil y jazz, son parte de la programación nutrida de este país, que llega a la Filbo con lo mejor, dispuesto a dejar huella. Como lo ha venido haciendo desde que comenzó a ganarle el terreno al mar.

Un pabellón reutilizable

Ese dejar huella pasa también por la propuesta arquitectónica de diseño de la firma holandesa MVDRV para el pabellón del país invitado, elaborado en colaboración con la diseñadora gráfica y artista Irma Boom

Para que así suceda, el pabellón será construido con cajas de madera que podrán fácilmente desmontarse y ser ensambladas en un sinnúmero de combinaciones, de manera tal que una vez haya terminado la feria, el pabellón sea distribuido por Bogotá con el fin de proporcionarle a la ciudad espacios de lectura y esparcimiento.

“Nuestro diseño es el de un pueblo, accesible y democrático, ejecutado con el mejor espíritu holandés, y divertido”, afirma el socio fundador de MVRDV, Jacob van Rijs.

El pabellón es una muestra de todo lo que se considera holandés; el paisaje, una sociedad igualitaria que busca el consenso, el acercamiento al diseño, la sostenibilidad, la historia y la ambición. Los tulipanes acogen la llegada de los visitantes al pabellón, el cual los transportará a un pueblo holandés. En su interior se presentan obras visuales de cartografía contraponiendo Bogotá con Ámsterdam, poesía de escritores holandeses y la histórica figura de Ana Frank. El diseño se evidencia con la exposición de miniaturas de diseño y mobiliario impresas en 3D. Habrá un punto de turismo, exhibición de la literatura holandesa moderna y diseño de libros; una tribuna que conjuga un centro de negocios y una exhibición de la historia comercial que une los dos países, pero que a su vez se podrá cerrar con una cortina para aislar el espacio y crear un auditorio para presentaciones. Los visitantes recargarán energías en el bar frente al espacio central, la “Plaza de Holanda”. Para finalizar se encontrará la librería, con 900 títulos holandeses. Afuera del pabellón, los visitantes degustarán comida holandesa en un restaurante.

 

Desde Holanda, te presentamos algunos de nuestros invitados

Cees Nooteboom
 
El escritor debutó en 1955 con la novela “Philip en de anderen” (“Philip y los otros”). Desde entonces ha construido una imponente obra compuesta por novelas, poesía, cuentos y relatos de viaje. Su trabajo le ha otorgado los premios Bordewijk y Pegasus por “Rituelen” (“Rituales”) y el Premio Europeo Aristeion de Literatura por “Het volgende verhaal” (“La historia siguiente”).
 
Philip Hopman
 
Graduado de la Academia de Artes Rietveld en Ámsterdam. Desde 1988 ha ilustrado más de 250 libros infantiles con una técnica cinemática, imitada  por muchos ilustradores. En Holanda es conocido como “el artista que puede dibujar todo”. Sus libros ilustrados, incluyendo el ganador de premios “22 wezen” (“22 huérfanos”), han sido traducido a varios idiomas.
 
Mano Bouzamour
 
Desde la publicación de su novela “De belofte van Pisa” (“La promesa de Pisa”), Bouzamour ha sido objeto de fabulosas críticas y extensos artículos en la prensa holandesa. Este gran perfil mediático ha provocado una tempestad de críticas por parte de la comunidad marroquí, mientras los derechos cinematográficos de la novela han sido ya vendidos.
 
Tommy Wieringa
 
Autor de “Alles over Tristan” (“Todo sobre Tristan”) y el libro que catapultó su carrera  “Joe Speedboat” (“Andanzas de Joe Speedboat contadas por el luchador de un solo brazo”). Las historias de viajes de Wieringa fueron recopiladas en “Ik was nooit in Isfahaan” (“Nunca estuve en Isfahán”). Su obra ha sido traducida a idiomas como hebreo, coreano, francés, alemán e inglés.
 
Maxim Februari
 
Maxim Februari obtuvo un doctorado por su tesis sobre el conflicto entre la economía y la ética. Su premiada novela “De literaire kring” (“El círculo literario”) fue publicada en inglés por Quercus. Ha  escrito colecciones de ensayos y “De maakbare man” (“El hombre en construcción”), el  testimonio sobre su  cambio de sexo.
 
Nanette Blitz
 
Una de las compañeras de clase de Ana Frank, nació en Ámsterdam en 1929, diez años antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Fue deportada al campo de concentración Bergen-Belsen y es la única sobreviviente de su familia. En 1953 se casó y mudó a Brasil, en donde terminó sus estudios en economía.  Recientemente publicó un libro contando su experiencia en la guerra.
 
Herman Koch
 
El escritor y actor hizo su debut con la colección de historias “De Voorbijganger” (El transeúnte). Su primera novela fue “Red ons, Maria Montenelli”. Su libro más famoso es “La cena”, que relata el dilema de los padres sobre hasta qué punto deberían proteger a sus hijos cuando han hecho algo que no se puede justificar.
 

Por Enrique Patiño

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