El Magazín Cultural

François Ozon y su película 'Gracias a Dios': "Quise hacerles justicia a las víctimas de pederastia”

La película de Ozon ha generado revuelo en la Berlinale y con ella llegan los casos de pederastia en la iglesia católica a la competición por el Oso de Oro del festival.

Janina Pérez Arias – Berlín
10 de febrero de 2019 - 05:21 p. m.
Imagen de una de las escenas de la película "Gracias a Dios", del francés François Ozon, que relata los casos de pederastia en el seno de la iglesia católica ocurridos en los 70 en la arquidiócesis de Lyon. / Cortesía Festival de cine de Berlín
Imagen de una de las escenas de la película "Gracias a Dios", del francés François Ozon, que relata los casos de pederastia en el seno de la iglesia católica ocurridos en los 70 en la arquidiócesis de Lyon. / Cortesía Festival de cine de Berlín

Literalmente, François Ozon trajo a Berlín una bomba bajo el brazo. En Gracias a Dios (Grâce à Dieu), cinta que compite por el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín, el realizador francés recoge los testimonios de las víctimas de un sacerdote pederasta.

Los casos tienen nombres y apellidos. Son personas reales que entre 1970 y 1990, cuando eran niños, sufrieron abusos por parte del clérigo Bernard Preynard. Esta historia corresponde a uno de los casos más sonados de abusos sexuales a menores en la iglesia católica en Francia, y a la larga lucha emprendida por el colectivo La Parola Libérée (La palabra liberada), conformado por las víctimas de Preynard. 

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En este caso la realidad se matiza con la ficción. En enero se celebró el juicio en el que se acusa al Cardenal Philippe Barbarin y a otros cinco responsables de la diócesis de Lyon por no haber denunciado los actos del cura Preynard después de que varias de sus víctimas ya adultas revelaran los hechos ocurridos antes de 1991. La película de François Ozon relata cómo se iniciaron en 2014 las denuncias, rompiendo el silencio al que se vieron sometidas las víctimas durante décadas.

Protagonizada por Melvil Poupaud, Denis Ménochet y Swann Arlaud, con Gracias a Dios en la Berlinale, los casos de pederastia en la iglesia católica llegan a las páginas culturales de los periódicos, portales de internet y noticieros, una nueva oportunidad para no obviar su importancia. El realizador francés François Ozon lanzó, pues, una bomba en el centro del Festival Internacional de Cine de Berlín, pero más que titulares que mañana caerán en el olvido, Ozon alberga la esperanza de que la historia de estas personas, similar a la de miles alrededor del mundo, sea una aportación al debate de la pederastia en la institución eclesiástica, que genere más preguntas, pero sobre todo que ayude a “liberar la palabra”.

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¿Cuál fue el mayor desafío al que se enfrentó en la realización de este filme?

El mayor desafío fue reflejar la lucha de la gente que ha denunciado los abusos, y quise hacerle justicia a la lucha de las víctimas. Los miembros de La Parola Libérée y sus familias se emocionaron mucho viendo la película porque retrata no solamente lo que han vivido y hecho recientemente, sino también lo que experimentaron hace 20 o 30 años. 

Al ser un tema tan sensible, ¿se le presentaron algunas dificultades para filmar?

No hubo problemas porque procuramos rodar con un título falso, usamos un nombre código, “Alexandre”. Si hubiéramos dado a conocer el proyecto por Grâce à Dieu, de inmediato se hubiese entendido de qué trataría el filme, ya que esa frase también es parte de la declaración del Cardenal Barbarin, el cual es un caso muy conocido en Francia. Para no despertar tanta atención, decidimos rodar en varias iglesias en Luxemburgo y Bélgica.

¿Es cierto que ha habido presiones para tratar de cancelar el estreno de Gracias a Dios?

Si, ha habido algunas solicitudes para retrasar el estreno en vista del juicio al que ahora mismo se enfrenta la representación de la iglesia católica de Lyon. Los abogados defensores del Cardenal Barbarin se sustentan en la presunción de inocencia, pero es un hecho que en enero se celebró el juicio con la acusación de no haber reportado los crímenes que el padre Preynard había confesado, ya que nunca negó haber abusado de niños. Barbarin tenía conocimiento de esto y no hizo nada. El juicio aún está en curso (se espera una sentencia en marzo de este año), sin embargo la solicitud de detener el estreno de la película no está justificada. Francia es un país en el que se defiende y respeta la creación artística, y ese intento de la iglesia es un desastre más para la imagen esa institución.

Le mostró la película a dos diócesis en Francia, ¿cómo fue la reacción?, ¿estaba usted nervioso?

Ellos son quienes deberían estar nerviosos. Había mucha curiosidad por parte de ellos, y son muy conscientes del significado de la pedofilia en el seno de la iglesia. Sin embargo no soy muy optimista en relación con el futuro porque están bastantes desligados de la realidad, como institución están detenidos en el tiempo. 

¿Cómo se puede renovar la iglesia católica lidiando con el perdón, la impunidad y el sentido de la justicia, en particular en relación con los crímenes de pederastia?

El perdón es muy importante en la iglesia católica. Me hago preguntas tal como tú, pero no sé todas las respuestas, y tampoco soy político. El perdón es un tema muy presente en varias de mis películas porque por una parte está relacionado con el alivio y la liberación, pero por otra el perdón hace que te quedes callado, que te sumas en el silencio y continúes en la posición de la víctima. 

¿Qué opina de la actitud del Papa Francisco en este sentido?

Se ha expresado con palabras muy fuertes contra los casos de pederastia, pero no sé cómo es el mecanismo del Vaticano, porque a pesar de su pronunciamiento, no parece que esté actuando. Todavía me pregunto cómo puede cambiar la iglesia católica si se piensa que sigue manejada por un puñado de curas ancianos totalmente desconectados de la realidad. Este es el momento para que le hagan espacio a nuevas generaciones de sacerdotes y posiblemente también a mujeres, porque de lo contrario ese cambio no se producirá.  

¿Qué relación tiene usted con la fe y la iglesia católica?

Fui criado como católico, tuve una educación religiosa, y cumplí con los sacramentos. Mi fe la perdí cuando llegué a la adolescencia porque no logré entender la hipocresía, la negación de la belleza que yo veía en otras cosas, como mi percepción hacia el góspel, para poner un ejemplo, y por supuesto en lo concerniente a la sexualidad. Sin embargo me siento muy feliz de haber sido educado en la religión católica porque me proporcionó la dimensión cultural del mundo occidental, pero también el sentido de la transgresión y el pecado. 

¿Qué reacción espera que genere Gracias a Dios?

Es difícil predecir las reacciones, pero es significativo el hecho de que en cuanto dimos a conocer el tema de la película, prácticamente de inmediato la adquirieron muchos países católicos, y eso fue sin verla. 

 

Por Janina Pérez Arias – Berlín

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