El Magazín Cultural

La fuerza de la memoria

Los fantasmas del recuerdo, los protagonistas principales de la exposición “La Visita” de la artista Juliana Ríos, una propuesta que reivindica las voces de quienes no están.

Ángela Canizales
30 de diciembre de 2016 - 05:50 p. m.
La fuerza de la memoria

No hay verdad más reveladora que el pasado, que las sombras y recuerdos de quienes han ocupado espacios de nuestra infancia. Los fantasmas de abuelos y abuelas, tíos, hermanos y primos llegan a la memoria para desempolvar momentos que aún siguen marcando nuestra existencia. Su presencia invisible supera las barreras del olvido, se desliza por todos los recovecos y establece un diálogo silencioso con la cotidianidad de nuestros días.

Son precisamente los fantasmas del recuerdo los protagonistas principales de la exposición “La Visita” de la artista Juliana Ríos, una propuesta que reivindica las voces de quienes no están y les da el lugar que les corresponde.  La abuela descansando en el sillón, una reunión en medio del calor de la tarde o la celebración de un matrimonio tradicional, revelan el poder de las ausencias y la fuerza indescriptible del pasado.

Pintura al óleo, acuarelas y técnicas de impresión tradicionales como la punta seca, el aguafuerte y la litografía fueron utilizadas por la artista para recrear su obra, en la que se destaca siempre la figura femenina como epicentro del mundo. Abuelas, hijas, primas, tías, ocupan un lugar importante en su universo reconociendo en la familia su principal inspiración, así como en los viajes que realizaba de niña a Cali y la Guajira, donde descubría con cada visita los orígenes de su historia. Al hablar sobre su obra, Ríos sonríe mientras afirma: “Mi trabajo pretende hablar desde mi contexto como ciudadana colombiana, artista, mujer latinoamericana, que entiende el valor de la palabra, de la herencia, de las tradiciones y de  la importancia de escuchar a los mayores. Mi obra es un puente entre generaciones.”

La visita estará abierta hasta el 3 de enero en la biblioteca del Teatro Mayor Julio Mario Santodomingo, una exposición que nos invita a desconectarnos de nuestros móviles o computadores y viajar un momento por el tiempo, por el país y por la memoria de la familia.

Juliana Ríos Martínez es maestra en Artes Visuales de la Universidad Javeriana. Ha realizado dos exposiciones individuales y múltiples exposiciones colectivas en espacios como la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, la Biblioteca Virgilio Barco, el Centro Cultural Gabriel García Márquez, Casa Cano, Salón Arte Joven Club el Nogal y Espacio 517 Montreal, Canadá, entre otros. Ganadora en el 2015 de la residencia artística del consejo de artes y letras de Quebec y recientemente ganadora de la residencia Sitka Art Fine Arts en Alaska, Estados Unidos.

¿Cuáles son las referencias que inspiran su obra?

Para crear imágenes hay que estar rodeada de ellas, por eso mi taller está lleno de recortes de periódicos, de postales y reproducciones de imágenes de Kathe Kollwitz, Débora Arango, Marlene Dumas, Paula Rego, Mary Cassatt, Leonora Carrington, Louise Bourgeois, Goya, Rubens, Rembrandt, el Greco, Sargent, Toulouse Lautrec, Balthus, Dix, Freud, Kentridge y muchos otros. Lo que me motiva a crear es la historia, mi familia y una fascinación por el arte. Soy melómana, me encanta el teatro y la fotografía de archivo.

Su exposición tiene una mirada optimista sobre la familia ¿cuáles son sus mejores recuerdos?

Me considero una persona muy afortunada en la vida y siento que parte de esa fortuna se debe al origen de mi familia. Los mejores recuerdos que tengo hasta ahora están relacionados con mis viajes y   justamente con la idea de visitar a la familia en las vacaciones. Yo me crie en Cali y vivo en Bogotá pero mi mamá es Guajira y mi papá del Quindío, así que desde muy niña he estado viajando.  Creo que no existía para mi nada más emocionante que en junio poder subir a un avión, ver el mar y escuchar las historias de mi abuela, mis tíos y mi mamá.  Y en diciembre viajar por carretera y cantar con mis hermanas y mis papás en carro hasta llegar a la finca.

Muchas de nuestras familias tienen un pasado oscuro ¿a quién o qué quisiera olvidar?

Para que exista una conciencia de la luz es importante entender la oscuridad.  Y si somos conscientes del pasado podemos vivir el presente con mayor intensidad y proyectar un futuro mejor. Yo quisiera poder recordar a todas las personas que se han cruzado en mi camino, pero la memoria es selectiva y terminamos recordando lo que realmente nos marca y define.

Estamos en un momento trascendental para el país ¿cómo aporta su obra a la construcción de paz?

Yo me siento en modo Reconciliación y estoy apostando desde mi obra a la idea de generar una identidad consciente. 

 

 

Por Ángela Canizales

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