El Magazín Cultural

Gambeta por la paz

Un ensayo sobre cómo el fútbol y las elecciones políticas tienen similitudes en sus reglas y su forma de impactar nuestras vidas.

Tatik Carrión
17 de junio de 2018 - 02:57 a. m.
Imagen de la selección de fútbol de Colombia.  / Archivo
Imagen de la selección de fútbol de Colombia. / Archivo

Tanto en el fútbol como en la política y como en la vida, hay que jugar limpio y jugar limpio es respetar las reglas y ser honestos; es decir, no alterar los resultados, por citar un ejemplo actual… si al finalizar el partido, un equipo metió 10 goles y el otro 1, no se puede poner un uno (1) al lado de ese otro uno (1) para formar un 11 porque eso es trampa, es manipular los resultados y violar las reglas.

Ahora bien, los jugadores de los equipos frecuentemente, son renovados, culminan su ciclo y se van…dieron sus aportes, jugaron, ganaron y perdieron… no he visto ancianos en equipos de otros lugares del mundo; sin embargo, recientemente hemos visto un equipo cuyo único jugador joven es un total desconocido en la cancha y sus compañeros de equipo son ancianos profesionales de diversos equipos, llenos de mañas y de faltas, con tarjetas rojas, amarillas y muchas expulsiones. Por supuesto, el jugador joven ha logrado conquistar buena parte de la fanaticada, pero cuando lo dejan solo con la pelota, no sabe qué hacer y debe buscar el apoyo de los suyos, no se defiende solo ni ante las cámaras ni lejos de ellas. Y no se trata, óigase bien, de que los ancianos no saben, saben mucho, pero cuando están al servicio de la oscuridad son potenciales sombras que se perpetúan en la falsedad, la conveniencia y la corrupción.

El capitán del equipo no es el jugador joven, pero lo ponen como titular para que se piense en una renovación, lo ponen como comodín porque se necesita de caras nuevas para ocultar así, las faltas realizadas anteriormente y que se quieren seguir ejecutando como cambiar el reglamento a su antojo y beneficio. El capitán del equipo, es rechazado por muchos de los espectadores porque su actitud deja mucho que desear, es un jugador tramposo, pero amable, acostumbrado a comprar resultados y árbitros…y hablando de jueces se puede decir que el actual “juez” está “fuera de lugar” porque está más del lado de un equipo que del otro, por citar un ejemplo, el registrador acompañando a un candidato en plena campaña… ¿Hay ética en esa acción? ¿No es falta grave? Como espectadora no veo juego limpio, pues los resultados finales, estarán afectados por esa “extraña cercanía”.

Pasando a hablar del árbitro, es bastante sospechoso e indignante que el árbitro exprese ante el país: “Hubo trampa en el primer tiempo, pero cuando acabe el partido, les cuento qué fue lo que pasó”. Eso es complicidad en la estafa de los marcadores; por lo tanto, el árbitro estuvo comprado y no es válido el puntaje obtenido. Tampoco la ley de la transparencia está presente en este juego democrático.

¿Voto en blanco? En el primer tiempo sí, en el segundo, no. De los conocimientos que tengo sobre fútbol, recuerdo las tarjetas amarilla y roja, la roja te saca de una del partido y queda registrado el suceso, la amarilla te advierte de tu mala conducta y tienes que cambiar y tener un comportamiento leal y sincero según la normatividad, pero no he visto que saquen una tarjeta blanca en algún momento del partido y menos en el segundo tiempo, que es cuando se define el marcador. Que haya tarjetas blancas cuando haya infracciones, me parece hasta poético…pero no al voto en blanco en el segundo tiempo, eso no define nada.

Ahora repasando sobre las reglas del fútbol, recuerdo una que es “doble amarilla es igual a una roja que expulsa”. ¿Por qué las reglas son más que un equipo que para otro? Más para un jugador que para otro… Doble roja sería para el capitán del equipo no asistir a los entrenamientos y entrevistas…pero no pasa nada.

El autogol en Colombia, nos dolió mucho, digo nos dolió porque lloré la muerte de Andrés Escobar y no quiero llorar el autogol de la población que vota enceguecida ya sea por miedo, por ignorancia, por error, por dinero, por incertidumbre, por rencor, por incomprensión…

No más “mano” en este juego, mano negra, mano de muerte, mano sucia de dineros… si al “tiro libre” de la oportunidad de cambio en los marcadores que al país le han tocado durante décadas. Sí, al “tiro de esquina” de mañana con la idea que una mujer delantera en este segundo tiempo, meta los goles a favor de todos y no a favor de pocos, como siempre.

Mañana votemos por el arquero que no dejará meter más goles corruptos, pongámonos la camiseta y seamos una hinchada serena, reflexiva, crítica y humana. No a la compra de votos, no a la trampa en los tarjetones, si a un defensa pedagogo y verde como nuestras montañas, si a una jugadora mujer que, por no pasar en las eliminatorias para no quedarse en la banca mirando el juego, tomó posición y decidió jugársela negociando condiciones de un mejor trabajo en equipo por el bien común.

Démosle el chance al cambio de jugadores, cortemos la cadena de repeticiones de faltas y agitemos las banderas pensando en el futuro, pero no sólo para nosotros, sino para los que vienen a este juego difícil de la justicia social. ¡Vamos por el mundial de la paz!

Por Tatik Carrión

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