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Grafitis, conmemoración urbana del Bicentenario de Independencia de Colombia

El grafiti, considerado el arte urbano por excelencia, se apoderó de siete muros del popular barrio bogotano del 20 de Julio para rendir un homenaje con sus trazos al Bicentenario de la Independencia de Colombia y convertirse en una herramienta eficaz y novedosa para dar a conocer la historia del país.

Claudia Polanco Yermanos / EFE
04 de agosto de 2019 - 04:36 p. m.
Bogotá es considerada el epicentro del grafiti en América Latina en la actualidad.  / Tomada de http://www.bogotaturismo.gov.co/
Bogotá es considerada el epicentro del grafiti en América Latina en la actualidad. / Tomada de http://www.bogotaturismo.gov.co/

Los artistas locales Pear, Riso, Ospen, Kaber, Jota2, Skore999 y Mugre Diamante -reunidos por Camilo Andrés Saldaña Garzón, conocido en la escena artística como "Meco Saldaña" del colectivo Zona 57- se dieron a la tarea de dibujar el proceso libertador.

Por solicitud del Gobierno nacional los grafiteros debían recrear con sus diseños las escenas que hicieron posible el fin del dominio del imperio español, un conflicto que se extendió de 1810 a 1819 y que logró emancipar los territorios del entonces Virreinato de la Nueva Granada.

Lo primero que hicieron fue definir el lugar en el que iban a hacer las pintadas. Para ello eligieron las paredes exteriores de un colegio del barrio y tres familias prestaron las de sus propiedades.

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Luego en tres días hicieron los bocetos y en conjunto con representantes del Gobierno concretaron las imágenes definitivas.

Ya con las ideas claras, los artistas se enfrentaron al reto de tener frente a ellos una pared en blanco y empezaron a hacer lo que mejor saben: "grafitear".

De este modo, la cotidianidad del 20 de Julio, un barrio ubicado en el sur de Bogotá y conocido por albergar la iglesia del Divino Niño Jesús que cada domingo congrega a miles de fervorosos feligreses de diferentes partes del país, se alteró durante dos días por cuenta de estos siete jóvenes.

Llegaban temprano, cuando apenas salían los primeros rayos del sol, y se iban cuando la noche les impedía seguir pintando.

Ellos se dedicaron en cuerpo y alma a recordar la historia de Colombia, esa que les enseñaron en el colegio pero a la que no siempre le prestaron atención.

"Cuando niños aprendimos la historia del país pero aún así para hacer los grafitis fue necesario volver a leerla para crear los bocetos", dijo Saldaña.

La técnica que utilizaron fue aerosol y vinilo, y en los muros se evidencian estilos que van del cómic al realismo, pasando por un collage y fondos de un solo tono.

Poco a poco fueron tomando cara "La Conquista", "El Florero de Llorente", "El Grito de la Independencia", "La Reconquista", "El Pantano de Vargas, "La Campaña Libertadora" y "La Batalla de Boyacá", como fueron bautizados los grafitis.

Cada hora, los transeúntes se detenían por algunos minutos para ver a los artistas en acción y repasar o descubrir algo de la historia nacional mientras los muros se transformaban, el más pequeño de los cuales tiene 12 metros de largo por tres de alto y el más grande 16 metros de ancho por tres de alto.

Un Simón Bolívar acompañado de caballos que galopan por entre el amarillo, azul y rojo de la bandera de Colombia o un conquistador español que observa por primera vez a los nativos y los enigmas de la espesa selva hacen parte del aporte de los artistas urbanos a la conmemoración del Bicentenario que tendrá lugar este 7 de agosto.

Los grafiteros, aclaró "Meco Saldaña", tuvieron "vía libre para representar la escena que les correspondió bajo sus propios criterios gráficos".

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Por ello, quienes hicieron parte del proyecto lo consideran "enriquecedor" debido a que "los artistas fluyeron y eso permite que el espectador vea la pasión reflejada en cada pared al fusionar en ella el arte y la historia", comentó.

De este modo, la conmemoración urbana del Bicentenario era, a juicio de Saldaña, "algo inevitable".

Y es que hoy Bogotá es considerada el epicentro del grafiti en América Latina, tanto que turistas de Holanda, Alemania, Estados Unidos, Japón o Australia llegan a la capital con el único fin de hacer el "Tour Graffiti" por la ciudad.

De hecho, ahora el 20 de Julio es visitado a diario por los turistas que encuentran en sus calles no solo la amabilidad y religiosidad de su gente, sino buena parte de la "Justa Libertadora" en sus paredes.

"Este es un verdadero paso del Gobierno para que la economía naranja se sostenga y enseñar de una forma diferente porque más allá del tema estético, estos murales son una herramienta de enseñanza poderosa para las nuevas generaciones", indicó Saldaña.

De hecho, así también lo han entendido los residentes del 20 de Julio para quienes está claro que los grafitis "tienen dos lados".

Obviamente, explicó Saldaña, "la esencia del grafiti es lo ilegal, lo callejero, pero también hemos descubierto todos con este ejercicio que permite hacer obras con las que la comunidad se identifica y eso ayuda a recuperar el territorio y a fomentar la convivencia entre los colombianos basados en el respeto y el valor del arte". 

Por Claudia Polanco Yermanos / EFE

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