El Magazín Cultural

José Saramago es evocado en un seminario con ambiente de fiesta en Coimbra

La obra y trayectoria de José Saramago (1922-2010) se evoca hoy en un seminario internacional en Coimbra (centro de Portugal) que, en un ambiente de fiesta, reúne a unos 300 intelectuales y numerosas autoridades con ocasión de los veinte años de la concesión del Nobel de Literatura.

Cynthia de Benito (EFE)
08 de octubre de 2018 - 04:39 p. m.
Fruto de un hallazgo fortuito en los archivos de Saramago, las páginas de este diario hacen parte de Los cuadernos de Lanzarote.   / Cortesía
Fruto de un hallazgo fortuito en los archivos de Saramago, las páginas de este diario hacen parte de Los cuadernos de Lanzarote. / Cortesía

El convento de São Francisco, una de las joyas arquitectónicas de Portugal, es desde hoy y hasta el miércoles epicentro de intensos debates sobre el autor "Ensayo sobre la ceguera", hasta el momento el único autor lusoparlante merecedor del prestigioso galardón.

Esa excepcionalidad, lograda por conseguir, a través de "parábolas de imaginación, compasión e ironía" hacer "comprensible una realidad esquiva", según expuso en 1998 la Academia sueca, tuvo un notable impacto en su país, henchido de orgullo, que no olvidan las más altas autoridades.

Entre ellas, el jefe de Estado, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, quien definió a Saramago en Coimbra como un "luchador" con sus convicciones.
"Saramago era realmente un luchador con sus convicciones, y militó en ellas", afirmó Rebelo de Sousa, para quien el gran valor de la obra de Saramago reside en que su trabajo, que "da una importancia enorme a la historia y geografía" de su país, también "se abre al mundo".

"Y fue esa proyección mundial, ese abrazar al mundo (que es también una cosa muy portuguesa), lo que acabó por justificar el Nobel de Literatura", apuntó.

Los portugueses, que según el propio escritor crecieron "tres centímetros" de orgullo con un nobel que sintieron como propio, recordarán este mes su figura con varios actos que comenzaron el pasado sábado en la isla española de Lanzarote, donde residió los últimos años de su vida y falleció en 2010.
Pero dentro de la agenda, el evento de Coimbra es especial porque es la primera vez que se hace un congreso internacional sobre los recovecos de su obra.

Alrededor de 300 investigadores de todo el mundo han acudido a esta convocatoria en el centro de Portugal, donde el entusiasmo es palpable. "El ambiente es maravilloso, con lectores y estudiosos de la obra de Saramago que aportan distintas visiones", destacó a Efe el brasileño Ricardo Viel, agente literario y autor del libro "Un país levantado en alegría", que cuenta cómo se gestó la noticia del nobel y que se publica esta semana en España y Portugal.

La jornada inaugural, en la que se ha expuesto entre otras cosas el "diálogo" entre la obra de Primo Levi y el portugués, estuvo marcada por la charla sobre el último diario inédito del nobel, escrito precisamente durante ese trepidante 1998 en que le fue atribuido el galardón.

"El cuaderno del año del nobel", que completa la serie "Cuadernos de Lanzarote", se ha presentado formalmente en la cita de Coimbra, que incluye también un concurso de ensayos de estudiantes sobre la obra del autor.

"Es un ambiente de fiesta", resume Viel, que destaca el trabajo de Carlos Reis, responsable de la Biblioteca Nacional cuando el Nobel se anunció, como decisivo para lograr esta enorme reunión cultural, previa a la presentación de su propio libro.

"Un país levantado en alegría" culminará las conmemoraciones del veinte aniversario al arrojar luz definitiva sobre los entresijos de aquel anuncio histórico no solo para las letras lusas, sino también para el conjunto de los ciudadanos portugueses.

"Creo que el libro, para la gente que acompañó, que vivió esa alegría, es una manera de recordar. Veinte años después hay mucha gente en Portugal que sabe exactamente dónde estaba y cómo recibió la noticia del Nobel de Saramago", apunta Viel.

Para los que no crecieron tres centímetros en 1998, en cambio, supone la oportunidad de "acercarse un poco a vivir por primera vez esa alegría".
Saramago falleció en 2010 a los 87 años en la isla española de Lanzarote, donde residió los últimos 17 años de su vida. 

Por Cynthia de Benito (EFE)

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