La mente es un universo curtido de infinitas posibilidades, historias paralelas y versiones etéreas. Es así que mientras más se interioriza en una situación o acción, más vertientes se recorren por nuestros pensamientos, navegando en caminos posibles, algunos realizables en un mundo tangible, mientras otros se alimentan y se crean en nuestra mente. Pero ¿qué pasaría si se manifestaran aquellos mundos que el subconsciente crea y que solamente pueden vivir en nuestra cabeza? Si se recrearan cabría el lugar de la duda y se encontraría lejos de la verdad absoluta, esto sin soltarse totalmente de sus raíces ancladas a la realidad misma.
Un acercamiento a aquella idea la propone el artista norteamericano Matt Mullican, quien por más de cuarenta años se ha cuestionado el mundo de las imágenes, su incidencia entre el mundo real y la invención que propone el ser humano. Es en este punto en el que su trayectoria, que despegó en la década del setenta siendo parte del grupo de artistas denominados ‘Pictures generation’, es influenciado por las imágenes de los medios de comunicación, fundamentando su obra en esa línea que divide la ficción y la realidad. Su interés entonces recae en diversos formatos orientados principalmente a ese mundo conformado por las imágenes, y Mullican se convierte en un creador capaz de expandir lo absurdo.
“Matt lo que trata de decir es que no existe una imagen que sea final. Nosotros vemos algo y luego proyectamos nuestras experiencias, nuestras emociones y nuestras relaciones con el mundo en la imagen y ahí es cuando completamos la imagen”, explica Juana Berrío, curadora independiente y quien hizo posible que el artista Matt Mullican se encuentre actualmente exponiendo en NC – arte de la ciudad de Bogotá. ‘Representando la obra’, como se titula la exposición, hace alusión a lo manifestado por Berrío. Existen distintas maneras de entender y comprender y Mullican pretende en esta exposición re – representar sus obras icónicas, dándole un toque de autenticidad y mirada exclusiva atraída por sus experiencias y vivencias en la ciudad de Bogotá.
Los millones de matices que componen las obras de este artista son una exploración curiosa tras sumergirse en cada mundo que representa. Su cosmología está compuesta por el mundo verde que representa los elementos físicos y materiales, el azul la vida cotidiana, el amarillo las artes, el negro el lenguaje y los símbolos y el rojo lo subjetivo. Cada uno de ellos contiene distintos formatos artísticos inspirados en aquellas concepciones que van más allá de las definiciones culturales y coloquiales que podrían tener.
“Cuando Matt tenía veinte años se empezó a cuestionar cómo podía entrar en una imagen, así que empezó a hacer performances donde simulaba estar entrando en una imagen, algo totalmente simbólico… esta exploración lo llevó a utilizar uno de los medios más importantes que es la hipnosis. En el trance aparece otro tipo de imagen y otro tipo de mundo del inconsciente, a partir de ahí registra las imágenes en su mente”, comenta Berrío sobre tal vez uno de los formatos más ambiciosos del artista, para, en primera persona, representar lo que su inconsciente pretende amarrar a aquellos mundos creados en la realidad. Sus performances suelen estar cargados de un lenguaje explícito acompañado de acciones de manera inconsciente y que solamente puede personificar ‘That person’, personaje creado por Mullican y quien aparece luego de la hipnosis.
Bajo este trance, el artista suele realizar dibujos en pintura negra y para esta exposición, hacen parte algunos de ellos en su gran instalación compuesta por 64 sábanas que se encuentran dispuestas en el espacio en tres filas con sábanas de lado y lado. En las sábanas se encuentran además de estos dibujos, fotografías de sus primeros performances, diagramas, mapas, simbología y un personaje particular al que titula Glen, un muñeco hecho con palos y que invia al espectador a recrear la acción en su mente.
“No se trata de consumir información (y yo creo que esto es en general en la cultura) sino más bien de permitir desarrollar mi pensamiento crítico y eso yo creo que es fundamental desde cualquier tipo de arte. Una buena obra de arte es la que alimenta y enriquezca nuestro pensamiento crítico”, comenta la curadora y es que la experiencia tras recorrer esta exposición en NC – arte siembra inquietudes sobre nuestro mundo y posibles realidades vistas desde un punto de vista más que personal, totalmente alejado a la realidad, un sitio en el que caben mundos paralelos y recreados.
La exposición en NC -arte estará abierta hasta el 08 de junio.