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La ilusión en movimiento

Les Grands Ballets Canadiens de Montréal, compañía dirigida por Gradimir Pankov, presenta en Colombia la puesta en escena “Minus One”, un montaje en el que se reparten protagonismo el pánico y la elegancia.

Juan Carlos Piedrahíta B.
13 de noviembre de 2015 - 03:21 a. m.

El American Ballet Theater le frustró el sueño a Gradimir Pankov. El hoy reconocido director y coreógrafo quiso, hasta los 17 años, ser odontólogo. En ese entonces, su máximo aspiración era ayudarles a los demás mortales a conservar una salud oral adecuada y multiplicar las sonrisas en las calles. En ese deseo se interpuso de manera radical el colectivo de baile estadounidense, porque fue el responsable de una velada onírica que presenció Pankov en su natal Skopie, en el territorio antes conocido como Yugoslavia.

Del montaje recuerda pocos detalles, lo que sí tiene muy presente son las sensaciones que recibió en aquella oportunidad como si se tratara de un chaparrón refrescante. El corazón, el espíritu, la mente y el alma le cambiaron mientras unos seres humanos, que Pankov veía en ese momento como extraterrestres se la jugaban sobre las tablas con movimientos armónicos. Ahí, sentado entre el público, entendió que las lindas sonrisas que antes quería cuidar, era capaz de generarlas a partir del empleo de la danza, el arte humano en movimiento.

Después de ver en acción a los bailarines del American Ballet Theater, Gradimir Pankov tomó la decisión de contar historias teniendo como pretexto el baile, el cuerpo y las capacidades de comunicación no verbales que caracterizan a la especie humana. De ese cambio de vida han pasado un poco más de cuatro décadas y su sentimiento por la danza se ha ido afianzando más cada vez que asume la dirección de una nueva compañía. Pasó por el Nederlands Dans Theater, el Ballet Nacional de Finlandia y el Cullberg Ballet en Estocolmo, entre otros colectivos de relevancia en Europa.

“Antes de asumir la dirección de Les Grands Ballets Canadiens de Montréal quería parar y dejar a un lado mi actividad. Sin embargo, la oferta que me hizo el presidente fue muy tentadora. Aquí yo sería libre para hacer lo que quisiera, sin la presencia de un director de ópera. Es mi temporada 16 y estoy feliz de esa decisión. Cuando asumí esta compañía tenía 61 años y pensé que ya había hecho suficiente. Pero mirando hacia atrás, creo que la decisión fue correcta”, cuenta Gradimir Pankov para quien una de las, grandes diferencias de su agrupación es la fortaleza física aplicada a la expresión armónica.

Durante sus primeras temporadas con Les Grands Ballets Canadiens de Montréal, este coreógrafo trató de marcar diferencia asumiendo montajes novedosos y apartando de los recuerdos de sus bailarines los títulos recurrentes de la danza universal. No fue sencilla su labor, pero con trabajo y disciplina obtuvo la credibilidad suficiente para convertirse en un líder diestro. Contagió a sus dirigidos y, todos empujando para el mismo lado, han ubicado el colectivo en un lugar de privilegio.

“Un buen ejemplo de lo que hacemos ahora es el montaje Minus One, una pieza muy interesante porque está construida con diferentes trabajos de Ohad Naharin. Nosotros decidimos montarla porque el autor no tenía una idea especial de qué hacer con su propuesta en escena, así que yo le sugerí realizar una especie de collage y enlazarlos con un nuevo trabajo coreográfico. A estas alturas ya la hemos presentado en París, Pekín, Múnich, Berlín… y espero que sea apreciada en Colombia”, asegura Pankov, quien dice que el engranaje de su compañía es tal que en este momento no requieren de intensas jornadas de ensayo.

Bailarines de China, Japón, Canadá, Estados Unidos, Polonia, Francia y España hacen parte de Les Grands Ballets Canadiens de Montréal. Al director le interesa resaltar las diferencias culturales dentro de su equipo, pero en el momento de la puesta en escena no son 35 artistas, sino un solo cuerpo dispuesto a asumir la música como viene.

“La música en Minus One también es como un collage. Tenemos algunas bandas de rock de Israel, también hay música de marimba, creo que el compositor es de Nueva York, pero influenciado por sonoridades latinoamericanas, algo del folclor y de la tradición inglesa. Hay mucha mezcla, pero resalto la unidad”, concluye Gradimir Pankov, quien define el montaje como “La ilusión de belleza y una fina línea que separa la locura de la cordura”. Ese movimiento fuera de lo común es lo que quiere exhibir en Colombia.

Viernes 12 y sábado 13 de noviembre, 8:00 p.m. Teatro Mayor, calle 170 # 67-51 (Bogotá). Información y boletería: www.primerafila.com.co.

 

Por Juan Carlos Piedrahíta B.

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