El Magazín Cultural

La narrativa expedicionaria de Juan José Cavero

Juan José Cavero, escritor peruano, hace de la literatura un pretexto para viajar a través de sus páginas y así reconocer el pasado de su territorio y los lugares más recónditos de la memoria y el sentimiento del ser humano.

Andrés Osorio Guillot
22 de marzo de 2018 - 09:08 p. m.
Imagen del escritor peruano Juan José Cavero, ganador del premio Barco de vapor del 2017.  / Cortesía
Imagen del escritor peruano Juan José Cavero, ganador del premio Barco de vapor del 2017. / Cortesía

Juan Cavero nació en 1972. Las aulas de la Pontificia Universidad Católica de Perú lo vieron caminar, crecer y madurar en el proceso de escritura. Soñó desde niño con hacer de la realidad una fantasía. Con los ojos abiertos y una pluma en la mano, Cavero logró centrar sus imaginarios, pasiones y esfuerzos en la literatura.

Ubicar su obra en el género infantil o adulto es fragmentar todo un propósito de vida que busca educar desde las letras y los mundos infinitos que estas pueden llegar a crear con un sinfín de variables e historias. La ficción no choca con la realidad, pues ambas son capaces de converger. A esto le apuesta el escritor peruano, a crear narrativas capaces de enlazar lugares, personajes y relatos fácticos que pueden surgir de diversos orígenes plasmados en la historia de una nación o en la imaginación de un estudiante de letras que por despistarse en clase terminó construyendo una trama que se divide en toda una obra o que está presente en un solo texto y con una narración diáfana y transparente. La historia, la aventura, los fenómenos sociales y los sueños son elementos que conforman una narrativa comprometido con el acontecimiento como eje de la historia y con el subconsciente del ser humano como una parte que vislumbra nuestras intuiciones y nuestro tiempo.

Su literatura nos remonta a la Latinoamérica del siglo XIX, a las costas del pacífico y a las calles míticas del Perú que fueron destinos para navegadores errantes y ciudadanos de la China que llegaron a la tierra de los Incas en búsqueda de un nuevo sentido de la existencia. Las obras En la ruta de los hombres silentes (2015) y El océano interior (2017) hicieron posibles los premios de Bienal de Novela Copé Oro 2015 y el Premio Norma 2017 por sus rastreo de la historia y su exploración de la vida por medio de mundos y sensaciones aparentemente desconocidas. De allí no solo Cavero obtiene un reconocimiento especial, que si bien no lo busca por el galardón sino por su aporte a las letras peruanas, sí habla de una virtud asociada al descubrimiento de comportamientos y pasiones que determinan decisiones y caminos labrados por los seres humanos desde el génesis hasta el final de sus vidas.

Tanto El océano interior (2017) como En la ruta de los hombres silentes (2015) hay una conexión dado el contexto histórico. Para el autor, esa literatura de viajes o aventuras nace de la mitad del siglo XIX, más específicamente, de finales de la década de 1840, donde los balleneros estaban en auge por la oferta y la demanda exacerbada del aceite de ballena. De allí no solo encuentra el fenómeno migratorio de ciudadanos chinos o “culíes”, (trabajadores de escuetas habilidades para la carga) a  Perú, sino también la historia de Miguel Grau, marinero y militar que inició su vida entre aguas y odiseas desde los nueve años de edad.

Juan Cavero ha ido sumando a su trayectoria libros como Un manantial en el desierto (2017), texto con el que también se adjudicó el premio Barco de vapor, dedicado a enarbolar la literatura infantil en territorio peruano. Es esta otra razón más para él de seguir insistiendo en una narrativa que acerque a los niños a nutrir su imaginación entre renglones y trazos y no entre vídeos virales y videojuegos presentes en aparatos electrónicos. Es entonces relevante que esa mezcla entre la historia del Perú y antecedentes literarios como Mark Twain sigan generando frutos para que nuevas generaciones no solo conozcan la tradición literaria y los grandes clásicos que inspiran relatos como los de Cavero, sino que también desde pequeños exploren y sean conscientes de la historia, o mejor las historias que conforman una nación que, como suele ser característico en Latinoamérica, está plagada de pluralidad y de amplias manifestaciones culturales que levantan a Perú como un país atractivo por sus particularidades y sus incursiones de gran peso en las artes a nivel mundial.

 

Por Andrés Osorio Guillot

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