El Magazín Cultural

La nueva era de “Playboy”

Tras 62 años de mujeres desnudas, la revista se pone la ropa y planea su primer gran cambio estructural.

Camila Builes
14 de octubre de 2015 - 03:15 a. m.

1952. Hugh Hefner renuncia a la revista Esquire luego de que la publicación decidiera mudarse a Nueva York. Le pide prestados US$5.000 a su madre, vende todos los muebles de su casa y comienza a hacer, en la cocina, una revista de mujeres desnudas. El primer número de Playboy, publicado en noviembre de 1953, apareció en los quioscos en plena Guerra Fría. Los demócratas perdieron dos décadas de control de la presidencia de Estados Unidos, Elvis Presley todavía se dedicaba a conducir camión por Memphis, el movimiento beat no existía y la moral dominante no dejaba muchas posibilidades al hombre blanco de clase media: su misión era encarnar el perfecto padre de familia que disfrutaba de una apacible vida hogareña en los suburbios norteamericanos. El prototipo de esposo fiel y trabajador, que no fue a la guerra, pero que desde casa convencía a su familia del amor a la patria, a la bandera. Un hombre que pescaba truchas o cazaba patos los fines de semana.

Marilyn Monroe está sentada sobre lo que parece una nube, un abrigo blanco que cubre sus piernas y va hasta la mitad de su cadera. Tiene los ojos cerrados por la sonrisa, un vestido sin mangas con un escote que por poco revela su ombligo. La mano izquierda extendida, saludando. Esa fue la primera portada, una portada sin fecha porque Hefner no estaba seguro de sacar más ediciones, la portada de una revista que en su primer mes vendió 53.991 copias.

Los hombres de Estados Unidos se volcaron hacia una publicación que desafiaba el sueño americano establecido por el Estado y los medios de comunicación, y en la que aparecía retratado un hombre diferente: libre, soltero, con éxito profesional y de agitada vida sexual. Frente a la narrativa del sueño americano familiar, Playboy propuso una utopía paralela: “el imperio del soltero en la ciudad”.

En su primera carta editorial, Hefner escribió: “Si eres un hombre entre 18 y 80 años, Playboy está hecha para ti. Nosotros disfrutamos mezclando cocteles con un aperitivo o dos, poniendo música de ambiente e invitando a una conocida para charlar sobre Picasso, Nietzsche, jazz, sexo…”. Y en esos dos ejes dirigió la revista: temas profundos de conversación en ambientes sexuales.

Su línea editorial se hizo a base de grandes firmas. En sus páginas se han publicado entrevistas con Martin Luther King Jr., Malcolm X, Jimmy Carter o con John Lennon y Yoko Ono, solo un año antes de que muriera el exbeatle. Pero siempre había una mujer semidesnuda en portada, hasta hoy.

Scott Flanders, consejero delegado de la publicación, propuso al fundador dejar de publicar desnudos en sus páginas a partir de marzo del año que viene, cuando estrene su rediseño. Hefner aceptó la que parece la única solución para el futuro de la revista, que ha pasado de vender 5,6 millones de ejemplares a 800.000.

“Estás a un clic gratis de cualquier acto sexual imaginable. Así que la coyuntura ha pasado”, explicó Flanders al New York Times. Luego de 60 años de circulación, la revista que popularizó el sexo pierde la batalla ante las nuevas alternativas en torno al mundo erótico que ofrece internet.

La publicación seguirá teniendo fotos de mujeres con poses atrevidas y aún se elegirá una conejita cada mes, pero las imágenes serán aptas para mayores de 13 años y menos elaboradas, al estilo de Instagram. “Un poco más accesibles, un poco más íntimas”, dice Flanders, para que puedan tener cabida en las redes sociales, clave en el desarrollo actual de los medios de comunicación. Como prueba, en agosto retiraron los desnudos de la web y pasaron de cuatro millones de usuarios únicos a 16, y la edad promedio de sus lectores cayó de los 47 a los 30 años. “La diferencia entre nosotros y Vice es que nosotros nos centraremos en hombres que tienen un trabajo”, añadió Flanders.

Otro de los cambios que tendrá es la aparición de una nueva columna sobre sexo femenino, tema controversial por el enfoque machista de la revista, la misma que catapultó a la fama a cientos de mujeres que aparecieron en su portada debutando como “conejitas”.

Playboy se pondrá la ropa y traerá una nueva línea editorial que intentará preservar el legado de años atrás: calidad narrativa y “presentar a la chica de la puerta de al lado”

Por Camila Builes

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