El Magazín Cultural

La vida, la muerte y las emociones humanas en el cuerpo de un gato

"A cuerpo de gato", de Hiro Arikawa, invita a los apáticos a darles una oportunidad y a los amantes de esos tiernos, ronroneros, con ojos luminosos y voluntariosos a reafirmar que los felinos quieren tanto a sus dueños, como los perros. 

Lucety Carreño Rojas (@LucetyC)
21 de febrero de 2018 - 04:58 a. m.
"A cuerpo de gato", de Hiro Arikawa.  / Editorial Lumen.
"A cuerpo de gato", de Hiro Arikawa. / Editorial Lumen.

Definir a un gato es muy difícil. Cada uno tiene su temperamento, independencia, personalidad y forma de demostrarle el cariño a su amo. Pero todos tienen algo en común: una curiosidad por cada sonido, objeto y movimiento. Así es Nana, un gato blanco con la cola en forma de siete de A cuerpo de gato, de Hiro Arikawa. Presumido, de eso no queda duda. Petulante. Voluntarioso. Y se da el lujo de definir a los amantes de los gatos como “chiflados por los gatos”.

El protagonista del libro es un gato callejero que fue adoptado por Satoru Miyawaki, un joven alto y larguirucho. Los dos se convierten en una pareja muy unida, que, por cuestiones de la vida, debe separarse. Nana viaja por lugares hermosos de Japón, conoce el mar e identifica las emociones de las personas que van entrando en escena y que hacen parte del pasado de su amo.

Es un libro perfecto para los amantes de los felinos, pero no es sólo una historia de un gato que cuenta su vida y sus viajes. La autora, Hiro Arikawa, mueve fibras y llega a lo más profundo del ser al tocar temas como la vida, la amistad, el amor, la rivalidad, la soledad y la muerte.

Nana acompaña a Satoru a reconciliarse con su pasado. A los barrios donde creció, al monte Fuji, a reecontrase con los amigos de cada etapa de su vida, (Kosuke, Yoshimine, Sugi, Chikako), a la tía Noriko, a conocer a otras mascotas (Momo y Toramaru), a ver las flores de color violeta y amarillo, el arcoíris y a preservar la sonrisa de quienes amó. 

La novela habla de la estrecha relación que se forja entre un felino y un humano y lo doloroso que resulta una separación. “Él me abrazó con fuerza sin pronunciar una sola palabra. Yo ronroneé hasta que me dolió la garganta restregando con fuerza la cabeza contra su cuerpo”.

Más allá de un cariño entre amo y mascota los unían sus experiencias. “Cuánto lo habían querido sus padres. Lo feliz que era su vida. Lo comprendo. Cuando Satoru me recogió, estuve tan contento como él lo estuvo entonces”.

Nana, quien aparenta ser un gato que no expresa mucho su aprecio, revela lo feliz que lo hizo el hecho de que Satoru lo adoptara. “Aunque lo habitual es que a los gatos callejeros los dejen tirados, Satoru me salvó cuando me rompí la pata. Y, por milagroso que eso fuera, haberme convertido, además, en su gato me hizo la criatura más feliz del mundo. Esas cosas, tarde o temprano, hay que decirlas…”.

Aunque Satoru no pudo conservar a Nana, le enseñó al particular felino a agradecer. A cuerpo de gato, de la editorial Lumen, invita a los apáticos a darles una oportunidad y a los amantes de esos tiernos, ronroneros, con ojos luminosos y voluntariosos a reafirmar que los gatos quieren tanto a sus amos, como los perros. 

“Porque yo siempre, siempre, recordaré los cinco años que he vivido a su lado. Siempre, siempre, llevaré el nombre de Nana, tan inadecuado para un gato macho”. 

Sobre la autora:

Hiro Arikawa es una escritora japonesa que se dio a conocer tras obtener el premio Dengeki concedido por la editorial Media Works. A cuerpo de gato es un éxito en ventas en su país y es su primer libro en ser traducido al castellano. 

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Por Lucety Carreño Rojas (@LucetyC)

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