El Magazín Cultural

‘Las Venas Abiertas de América Latina’: El libro que transformó una generación

Marc Chernick, director del Centro de Estudios de América Latina de Georgetown University, realiza un incisivo análisis de la relación entre la obra del escritor uruguayo y los debates económicos de la época.

Marc Chernick- Washington / Especial para El Espectador
19 de abril de 2015 - 06:14 p. m.

 La visión que salió de la pluma de Eduardo Galeano moldeó y transformó a una generación de jóvenes, estudiantes, intelectuales y políticos en toda América Latina. Después de Galeano, las regiones más marginalizadas del continente fueron vistas con otros ojos, con una mirada más desafiante.

Potosí en Bolivia, Zacatecas en el norte de México y Ouro Preto en Brasil ya no eran ejemplos del "subdesarrollo" por falta de la modernización y la incapacidad de instituciones y capital humano, como había planteado la teoría de la modernización, guía de las políticas de asistencia de los Estados Unidos en ese entonces.

Desde América Latina surgió una nueva teoría, la teoría de la dependencia, que planteó una respuesta a los tecnócratas del norte con sus paquetes de asistencia, con sus medidas económicas y sociales, con su gran plan de desarrollo y seguridad contra al avance comunista. Para los ‘dependistas’, el ‘subdesarrollo’ no es un estado natural, sino creado por el saqueo económico e histórico por parte de los países que son definidos como ‘centro’ en relación con otros considerados ‘periféricos’, comenzando con Europa y luego los Estados Unidos.

“Potosí, Zacatecas y Ouro Preto cayeron en picada desde la cumbre de los esplendores de los metales preciosos al profundo agujero de los socavones vacíos, y
la ruina fue el destino de la pampa chilena del salitre y de la selva amazónica del caucho; el nordeste azucarero de Brasil, los bosques argentinos del quebracho o ciertos pueblos petroleros del lago de Maracaibo tienen dolorosas razones para creer en la mortalidad de las fortunas que la naturaleza otorga y el imperialismo usurpa. La lluvia que irriga a los centros del poder imperialista ahoga los vastos suburbios del sistema”, anota Eduardo Galeano en su libro.

Las ideas muchas veces toman alas por la poesía, o por una prosa tan gráfica y poética, que se puede sentir el dolor. Mientras los teóricos de la dependencia, muchos reunidos en Santiago de Chile, producían sus tomos y artículos, Galeano escribió la versión literaria y más accesible de las primeras articulaciones de la teoría de la dependencia. ‘Las venas abiertas de América Latina’.

Rápidamente se convirtió en la biblia, en una referencia obligatoria de una nueva generación. Para ese entonces, André Gunder Frank había publicado ‘Capitalismo y Sub-Desarrollo en América Latina’ exponiendo el argumento de que el “atraso” y el “subdesarrollo” son los resultados de la codicia de los países de la ‘metrópoli’. Pero fue Galeano quien hizo llegar estas ideas a toda una generación, a todo un continente, escribiendo un libro encontrado en los morrales y mochilas de casi todo universitario, en las casas de los obreros, en las bibliotecas de profesionales y políticos.

“Para quienes conciben la historia como una competencia, el atraso y la miseria de América Latina no son otra cosa que el resultado de su fracaso. Perdimos; otros ganaron. Pero ocurre que quienes ganaron, ganaron gracias a que nosotros perdimos: la historia del subdesarrollo de América Latina integra, como se ha dicho, la historia del desarrollo del capitalismo mundial. Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus caporales nativos. En la alquimia colonial y neocolonial, el oro se transfigura en chatarra, y los alimentos se convierten en veneno”, señaló Galeano en su libro.

Galeano, uruguayo nacionalista e hincha fanático del Nacional de Montevideo, también describió cómo los Estados Unidos había saqueado la identidad americana, un argumento tan contundente y acogedor por su verdad innegable:

“Ahora América es, para el mundo, nada más que los Estados Unidos: nosotros habitamos, a lo sumo, una sub América, una América de segunda clase, de nebulosa identificación. Es América Latina, la región de las venas abiertas”.

El libro en medio de la guerra fría

Las palabras de Galeano formaron parte de una lucha de ideas y de poderes. Por una parte entre las potencias de la época; EEUU y la URSS. Pero más significativamente, hicieron parte de las armas de una región de la periferia que logró responder a la verdad impuesta por la metrópoli.

Los EEUU lograron presentar la modernización como la guía definitiva para interpretar la pobreza y el ‘subdesarrollo’. Argumentaron que el camino del desarrollo de Europa y Norte América era el camino universal para el desarrollo.

La teoría de la modernización tuvo raíces profundas en la sociología del siglo XIX, sobre todo en las obras de Max Weber y Emilio Durkheim pero luego fue actualizada por intelectuales norteamericanos como W.W. Rostow, Seymour Martin Lipset, Samuel Huntington y otros. Después de la revolución cubana, se convirtió en el marco teórico para orientar la asistencia económica norteamericana hacia la región, en un intento de prevenir "otra Cuba."

La dependencia descrita con la emocionante y penetrante prosa de Galeano, muy basada en los escritos de Gunder Frank, era la versión de dependencia que captó la imaginación de una generación. Pero la verdad es que el debate intelectual sobre el ‘dependismo’ fue mucho más complejo.

Los debates económicos: la dependencia y la CEPAL

En ésta época, se encontraron en Santiago de Chile varios de los grandes del debate temprano sobre la dependencia, incluyendo el futuro presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso; el historiador chileno Enzo Faletto; y el gran economista argentino Raul Prebish, por entonces director de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

Pronto la tesis básica de Gunder Frank fue rechazada, no el concepto general de metrópoli-satélite, sino la manera rígida en que el concepto fue aplicado.

Los críticos de Gunder Frank argumentaron que sus ideas dieron una visión errada la región como un continente de víctimas pasivas. Muchos insistieron en que la historia latinoamericana no se tejía de esta manera, y que Gunder Frank había quitado el protagonismo y la historia de los actores sociales y políticos de la región.

Cardoso y Faletto en su libro clásico ‘Dependencia y desarrollo en América Latina’ hablaron de un método de análisis histórico-estructural mostrando que la relación metrópoli-satélite era parte de la condición histórica del desarrollo en los países de la periferia, que no niega el desarrollo, sino que abre un camino muy distinto a los procesos europeos y norteamericanos. El método de Cardoso y Faletto era más sutil y rico, lejano del argumento sencillo de Gunder Frank.

Por su parte, Raúl Prebish y sus colegas en la CEPAL lograron influir en toda una época de desarrollo industrial en la región, promoviendo la industrialización por la vía de la sustitución de importaciones como respuesta a las relaciones desiguales y los términos de comercio cada vez más favorable a los países industriales.

Mientras los intelectuales debatían, y mientras Gunder Frank fue eclipsado, la popularidad de Galeano solo crecía y él siguió como el profeta de aquellos tiempos. Las historias literarias de saqueo y de violación económica eran visibles para todos.

La literatura y el arte apelan al corazón igual que al intelecto. Galeano siguió en la vanguardia por casi dos décadas, tanto en los tiempos de dictadura como en la época de las transiciones democráticas.

La ‘teoría de la dependencia’ se derrumbó casi al mismo tiempo que el muro de Berlín. Con el triunfalismo del occidente, la teoría de la modernización regresó con una nueva fuerza, mientras la dependencia clásica casi se desapareció del debate.

Un nuevo giro en las relaciones mundiales

Con el nuevo auge de la exportación de los productos primarios que comenzó a mediados de la primera década del Siglo XXI, ahora definiendo a China como ‘centro’, ha salido uno que otro artículo resucitando la ‘teoría de la dependencia’.

Por su parte, Hugo Chávez, durante el primer encuentro de Barak Obama con los líderes de Unasur en 2009, regaló una copia de Las Venas Abiertas al presidente norteamericano. El gesto fue televisado y logró estimular un nuevo auge de ventas en el corto plazo, pero ya su época había pasado. En general, los intentos de revivir las antiguas categorías no han alcanzado la centralidad ni el peso del pasado cuando la dependencia logró formar la política de desarrollo para casi toda la región.

Sin lugar a dudas, la dependencia sembró las semillas de movimientos anti-globalización en todo el mundo. Inclusive el gran esfuerzo por recuperar las ideas indígenas en la región andina sobre un desarrollo en armonía con la Pacha Mama, expresado en el concepto quichua de Sumak Kawsay en el Ecuador, y el concepto Aymara del Suma Qamaña en Bolivia, han sido construidos sobre la base de las resistencias a las tendencias homogenizantes de la modernización. Así mismo, han surgido nuevas líneas de análisis para confrontar este avance de la modernización.

Muy notable es el trabajo del gran antropólogo colombiano Arturo Escobar quien ha formado toda una generación de estudiantes y pensadores críticos de las teorías hegemónicas del desarrollo y el hacer y el deshacer del Tercer Mundo.

La renuncia de un autor a su obra

Dentro de esta historia, fue algo curioso cuando Galeano renunció a su propio libro en el año 2014.

“Las venas abiertas intentaba ser un libro de economía política, pero yo no contaba con suficiente entrenamiento o preparación”, dijo Galeano en abril pasado al responder algunas preguntas en la bienal del libro en Brasil, donde se celebraba el 43 aniversario de la publicación de su libro. Y agregó: “no sería capaz de leerme el libro de nuevo; me desmayaría. Para mí esa prosa de la izquierda tradicional es extremadamente pesada y mi mente no la tolera" (El Espectador, 7 Junio 2014).

Curioso porque ya sabíamos que la versión tan gráfica y sencilla de ‘Las venas abiertas’ tenía sus límites y el debate intelectual había llevado a esta conclusión muchos años antes. Pero aún así, que Galeano reconociera públicamente y muchos años después los límites de su versión literaria de un ‘dependismo’ que fue demasiado sencillo y rígido, no resta la importancia central del impacto del libro en educar sobre las relaciones desiguales de poder entre el norte y el sur. Después de la ‘dependencia’, cualquier análisis del “subdesarrollo” tiene que examinar tanto la historia de relaciones económicas como las relaciones de poder entre el centro y la periferia. Todo el movimiento sur-sur, un gran parte de la promoción de los estados pluriétnicos y multiculturales, y los procesos subregionales como el Mercosur, salen de allí.

Pocos escritores han tenido la influencia que logró Galeano. Con el desafío que la dependencia representó para la teoría de la modernización, en plena Guerra Fría, Galeano logró encarnar uno de los movimientos intelectuales más importantes que han surgido en América Latina. Él puede renunciar al contenido de su libro, lo que no se puede quitar de él es su papel histórico como uno de los protagonistas literarios más grandes del último medio siglo, que logró influir profundamente en el mundo político a través de su arte.

Por Marc Chernick- Washington / Especial para El Espectador

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